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Ilustración de la revista La Lidia sobre la vida de
Ángel Soria Velasco
Novillero español nacido en Rincón de Olivado (Logroño) el 25 de marzo de 1918. Muy niño se trasladó con su familia a Valladolid, primero, y, luego, llegó a Madrid, donde comenzó a estudiar el bachillerato en el Instituto de San Isidro. Pequeño de estatura y gigante de corazón prendió pronto en él la afición taurina y abandonó las aulas para asistir a tentaderos y encerronas camperas.
Se vistió por primera vez de luces para torear como becerrista en Segovia el 16 de abril de 1933. Sin caballos siguió toreando hasta 1935. El 8 de septiembre de 1933 se presentó en la Plaza de Tetuán de las Victorias, por primera vez con picadores, y con tan buen éxito, que en 1936 llegó a ser repetido en aquella Plaza hasta cuatro veces. La Guerra Civil interrumpió sus actividades, que reanudó al terminar aquella. Llevaba toreadas doce corridas, cuando se presentó en Madrid el 15 de agosto de1939. Los reveses y las cinco grandes cornadas que tatuaron su cuerpo no hicieron mengua de sus arrestos, convirtiéndose en un extraordinario ejemplo de los sacrificios y desventuras de la ruda lucha por abrirse paso, de un novillero oscuro, pero lleno de ilusiones y ensueños, que terminó siendo una humilde víctima del toreo, del que no quedó más que el llanto de una madre rota de pena y el puñado de tierra que cubrió su cadáver.
Viajó a Sudamérica en busca de gloria y fue a parar a Venezuela, donde toreó con éxito muchísimas corridas, siendo el ídolo de la afición de Valencia.
Refiere el instruido cronista venezolano don Nilson Guerra Zambrano, que al tiempo encontró la muerte hacia el 18 de julio de 1948 en la Plaza de Toros de Valencia, donde alternó como primer espada, con el venezolano Juan Flores "El Chico del Ruedo" (antes llamado "Brillante Negro") y el hispano Vicente Vega "Gitanillo Chico" . Se lidiaron toros criollos (llaneros) de la Hacienda Márquez, popularmente llamados "Marqueros". En el cuarto, ante un descuido, por llamado de un amigo, fue prendido por el astado.
Refiere del hecho el cronista don Juan José Zaldívar Ortega, que << el cuarto novillo era manso, feo y descocido y de nombre el “Pollo-pelón”. Al sonar los clarines anunciando el tercio final, Soria empuñó muleta y espada, y preso de gran excitación, vivamente contrariado, se fue al toro. Éste, al segundo muletazo, lo ensartó por el muslo derecho, lo campaneó y lo lanzó al aire. El asta asesina le partió la femoral, llegando a la ingle y al peritoneo. Separado el toro de su presa, el pobre Soria de incorporó trabajosamente, dio unos pasos y se tambaleó, no llegando a caer al suelo porque lo recogieron a tiempo llevándole a la desprovista enfermería de la plaza y de donde fue trasladado a un hospital, donde determinaron que tenía destrozos en la pelvis, en la arteria femoral y, en otros grandes vasos sanguíneos, por lo que llegó casi sin sangre a recibir atención médica. Los destrozos causados por el cuerno eran espantosos. Al otro día le amputaron la pierna herida, pero ya era tarde: la gangrena se había diseminado por la sangre, enseñoreándose en su cuerpo. El infeliz muchacho, tras de invocar a su madre, expiró cristianamente, junto a su hermano, en un alarde escalofriante de serenidad y de valor ante la muerte. Él lo había anunciado desde mucho tiempo antes: "A mi me tiene que matar un toro. Ya me cogen hasta dentro del burladero. Me van a matar, y sé que muy pronto va a ser eso…" Y así fue. "
Cortesía de
http://gestauro.blogspot.mx/2014/05/angel-soria-velasco.html
Don Juan José de Bonifaz Ybarra, el ilustre historiador, refiere de esta infortunada víctima de la fiesta, que << el riojano Ángel Soria Velasco caería para siempre, el 19 de julio de 1948, en la ciudad venezolana de Valencia como consecuencia de la cornada que un astado “Pollopelón”, del hierro de los hermanos Márquez, le propinara el día anterior. El deceso se produjo en el Hospital Civil tras serle amputada la pierna afectada la misma mañana de su muerte. Lejos quedaban ya sus repetidos triunfos en la plaza de Tetuán de las Victorias (Madrid) al comienzo de la temporada de 1936. "
Cortesía de
http://gestauro.blogspot.mx/2014/05/angel-soria-velasco.html
El 22 de noviembre de 2009, el docto cronista Stalin Pérez publicó una editorial en el portal en la Internet “Venezuela Taurina.com” que tituló: ANGEL SORIA UNA MUERTE LEJOS DE SU TIERRA POR UN TORO CRIOLLO, donde anota que.- El domingo 18 de junio de 1948, en Valencia (estado de Carabobo) en la plaza de toros Arenas de Valencia se anunciaba una corrida donde con toros criollos de la ganadería Márquez, de los hermanos Márquez. Allí se anunciaban: el Español Ángel Soria, Gitanillo de Triana y Juan Flores. El 4to de la tarde de nombre “Pollo pelón”, en suerte al torero español Ángel Soria, toro criollo, áspero y muy bravo; en el segundo muletazo lo prendió en el muslo. El asta asesina le partió la femoral, llegando a la ingle y al peritoneo. Se cuenta que cuando lo llevaban a la enfermería –se pueden imaginar lo deprimente del momento con semejante cornada en esa época, en fin en ese momento la gente le gritaba del tendido que volviera a la cara del toro; él les respondió como pudo: -¡Ahora ya no reventareis chillando! Porque tenía la fama de seguir la lidia del toro como tanto lo hizo corneado, en plazas como el Nuevo Circo de Caracas, Nuevo Circo de La Victoria. Fue trasladado al hospital de la ciudad de Valencia, donde ya agonizando por la terrible cornada llamaba a su madre en la camilla delante de los galenos que no pudieron hacer nada. Murió a las pocas horas al lado de su hermano y banderilleros; fue enterrado en Caracas en el Cementerio General del Sur. Lejos de su país natal. Hasta disturbios hubo en Valencia, ya que era todo un ídolo, porque no fue enterrado en esta ciudad.
Ángel Soria venía de torear novilladas en Madrid y Zaragoza. En Madrid en un festival toreo con Manolete, Dominguín, Pepe Bienvenida entre otros, reinauguró la plaza de toros Vista Alegre de Madrid, el 18 de julio de 1947 hasta que vino a Venezuela donde toreó más de 10 novilladas. Fue corneado muchas veces en Venezuela; se recuerda la cornada que le propinó un toro que le sacó del burladero; ese día era su debut en nuestro país. El día anterior de la fatal cornada un toro saltó al callejón y le prendió sin consecuencias; por eso él dijo a su cuadrilla, la cual me comentó personalmente el mismo Pedroza en la Urb. La Isabelica de Valencia hace unos años que le dijo:
-A mí me tiene que matar un toro. Ya me cogen hasta dentro del burladero. Me van a matar, y sé que muy pronto va a ser eso… Estos presentimientos han sido fenómenos muy repetidos en el toreo… ¿Sería esto el presagio de que lo iba a matar un toro?
Fuente:
http://www.venezuelataurina.com/2009/11/plazas-de-toros-inactivas-en-venezuela.html
Cortesía de
http://gestauro.blogspot.mx/2014/05/angel-soria-velasco.html