Solo para efectos ilustrativos
Portillo (Toledo) España
http://corredordeencierros.blogspot.com/2009/09/portillo-de-toledo.html
Refiere el diario “El Digital Castilla-La Mancha”, del 30 de septiembre de 2006, que fuentes municipales de Portillo (Toledo), España confirmaron a ese diario la muerte de un hombre de 75 años de edad en uno de los encierros nocturnos que se celebraron en la localidad con motivo de las fiestas patronales de 2006. Los encierros de esta localidad están entre los más antiguos y y de más tradición de la provincia y es habitual que se corra a los toros que después serán lidiados, aunque no es el caso de los encierros que se celebran de noche.
Al respecto, el Diario “El Correo Digital” del domingo 1 de octubre de 2006, publicó que un hombre de 75 años de edad, vecino de Portillo de Toledo, falleció la madrugada del sábado tras recibir una cornada en el cuello durante un encierro nocturno. El suceso ocurrió en los últimos minutos del festejo detrás del portón de la plaza de toros. Un novillo retrocedió y le «zarandeó como a un muñeco arrastrándolo por la plaza», relató un testigo.
Un mejor trabajo de investigación periodística sobre la identidad del fallecido se observa con mesura en el afamado diario español ABC, al comentar en su edición del 1 de octubre de 2006 que <<Un hombre de 75 años ha muerto al ser corneado durante un encierro taurino celebrado en la localidad de Portillo de Toledo, con motivo de sus fiestas patronales. Según informó la Delegación del Gobierno en Castilla-La Mancha, el fallecido en el encierro nocturno que tuvo lugar el viernes responde a las iniciales P.M.G. Según ha sabido este diario, el toro golpeó una puerta, ésta cedió y prendió por el cuello al infortunado.
Se trata del segundo anciano que muere este verano en la región al ser herido por asta de toro en un encierro, pues en agosto falleció un hombre de 69 años en uno de los encierros taurinos de las fiestas de Socovos (Albacete).>>
Como podrán observar mis lectores, a medida que avanza el tiempo, resulta cada vez más difícil para los cronistas, el honrar la memoria a las víctimas de la fiesta, pues es moderna usanza en los medios de comunicación, el no publicar el nombre de los fallecidos, como si el haber perdido la vida en un festejo taurino fuere causa de descrédito o de vergüenza para su familia, siendo todo lo contrario, puesto que el destino de todos esta en manos de Dios y no del hombre, quien nada puede hacer para precaverse de su suerte. Por otra parte, el que se publique su identidad en los medios masivos de comunicación, de alguna forma logra la trascendencia en el tiempo del fallecido, y así se conozca de su existencia; porque diera la impresión ahora, que fueramos animales y no personas las que fallecen, y que condenados estuviéramos a permanecer en un honroso anonimato que me resulta incomprensible. Quizá las desatentas presiones de los anti-taurinos, están logrando torcidamente que los taurinos escondan a sus fallecidos, y se deshumanicen, tal como lo hacen ellos, cuando en viendo que hay un difunto, a causa de las lesiones de un toro, se alegran por los males causados por la bestia y hacen mofa del hecho, perdiendo la óptica fundamental del respeto al derecho ajeno, puesto que no existe ley convenida que esten violando los taurinos, con independencia que les disguste a los anti-taurinos las fiestas de toros, y quienes pareciera que piensan que pudieran maniobrar el asunto de la prohibición de las fiestas de toros, como manejaron las proscripciones a los fumadores, cuando que en esto no les va ni su vida, ni la de los toros, quienes, con el desarrollo de las fiestas, han ganado en cuantía, por el negocio de su reproducción.
Mejor harían por esta noble especie de los toros, en comer más carne de res, que en tratar de impedir con protestas, que los taurinos se diviertan en lo que les plazca. Recuérdense que son los taurinos los que sostienen y alientan la cría del bravo desde antes del año 1100 en España y no han logrado terminar con la especie, por más que se les critique que son más de 50,000 las reses que se sacrifican por temporada.
Luego es verdad indiscutible que sin corridas de toros los hatos de bravo terminarían en las carnicerías y su extinción sería inmediata por lo difícil de su manejo. Luego el no comer hamburguesas ni carne de res, asegura también la no conveniencia económica de su reproducción, siendo entonces más humano a favor de la preservación de las reses, el impulsar las fiestas taurinas y el alimentarnos con más carne de res, de ahí que los religiosos no hayan visto mal en el curso de los tiempos, las fiestas de los toros, como una medida inteligente para la preservación de la especie.