Foto recorte cortesía del site taurino Opinión y Toros
Matador de toros de Méjico, nacido en León de los Aldamas el 14 de diciembre de 1922. Hijo de un zapatero, aprendió el oficio de su padre, se hizo después banderillero y acabó por matar novillos, ganando en 1942 la oreja de plata como mejor novillero, haciendo tales progresos, que el 31 de enero de 1943 tomó la alternativa en la capital de su país de manos de Armillita (Fermín), con toros de la dehesa de Pastejé y actuando Silverio Pérez como segundo matador. Se le puede encasillar entre los toreros más aventajados que de Méjico han venido a España. El 28 de febrero de 1945 obtuvo en dicha capital mejicana el galardón de la oreja de oro, y el 25 de marzo siguiente sufrió en la misma plaza una grave cornada en el muslo izquierdo. Nos visitó bien avanzado dicho año y confirmó su alternativa en Madrid el 4 de octubre, en la corrida de la Asociación de la Prensa, en la que se lidiaron toros de varias ganaderías; le cedió los trastos Albaicín y fue Pepín Martín Vázquez el segundo espada. Otras cornadas que sufrió: el 31 de marzo de 1946, en la capital de su país por un toro de Carlos Cuevas, y el 29 de mayo de 1948 en Papantla (Veracruz), por un toro de Rancho Seco. Nos visitó de nuevo en 1951 y toreó 32 corridas, que se redujeron a 14 en 1952. Pero no hemos de seguir sus pasos. Los más firmes que dio en su profesión fueron los de los diez años que transcurrieron desde 1943 a 1953. Antonio, habiendo sido banderillero (figuró en la cuadrilla de "El Soldado") En sus inicios fue banderillero y luego matador de toros. Ante públicos españoles toreó poco más de medio centenar de corridas alternando con primeras figuras. De él escribió el Sr. Icaza, "Ojo", que "su triunfo en una corrida de "La Oreja de Oro" hizo que el público se fijara en él, y luego, dando el paso adelante de Manolete y Arruza, logró escalar la altura que soñaba, a pesar de ser un torero corto y rudo". Antonio Velázquez fue muy castigado por los toros en su larga andadura por los ruedos. El recibió una casi fatal cornada en la garganta y otra gravísima en el pulmón, más nunca fue vencido en su afición. Murió el 15 de octubre de 1969 en Méjico D.F. al caer accidentalmente a la calle desde el sexto piso de su departamento, cuando arreglaba su antena de televisión. (Fuentes: Diario ESTO de México-El Gatomontés; Sitio Web Historia del Torero)
El 20 de octubre de 2011, el cronista Antonio Casanueva escribe una brillante editorial de nombre "Recordando al León de León" donde relata que.- El pasado sábado 15 de octubre de 2011 se cumplieron 32 años de la desaparición física del matador de toros Antonio Velásquez quien falleciera producto de un desafortunado accidente, al caer de la azotea de su domicilio particular, el que como podrá verse nada tuvo que ver con la valiente actitud con la que siempre cruzó por la vida y mucho menos de su arriesgada profesión un valiente como pocos por no decir ninguno, ha habido, de matador de toros.
Antonio Velásquez nacido en León, Gto. el 14 de diciembre de 1920, se inició en la profesión como un peón de brega, participando en la cuadrilla de Luís Castro "El Soldado" y posteriormente pasó a engrosar las filas de la novillería, en donde destacó lo suficiente para tomar la alternativa en la antigua plaza "El Toreo" la que se encontraba ubicada en la colonia Condesa de la ciudad de México, de manos de el llamado Fermín Espinosa, llamado por su habilidad y destreza: "El Maestro de Saltillo" quien le cedió al toro "Andaluz" siendo el testigo de la ceremonia, nada menos que el también llamado "Compadre" Silverio Pérez, el 31 de enero de 1943, fecha inolvidable para la historia taurina de nuestro país ya que tanto el llamado Maestro "Armillita Chico" como Silverio rayaron a gran altura al inmortalizar cada uno, en esa misma tarde de la ceremonia, y respectivamente a los toros "Clarinero" como "Tanguito" ambos procedentes de la ganadería de Pastejé, en la tarde del debut de esa vacada en la plaza capitalina.
SILVERIO, ARMILLA Y VELÁSQUEZ
Mas adelante y gracias al gran valor que tenía Antonio Velásquez para enfrentarse a lor toros, valor que llegó a verse seriamente afectado por las múltiples cornadas recibidas, llegó poco a poco a colocarse entre los primeros lugares de la torería nacional, en particular por su triunfo alcanzado durante la corrida de La Oreja de Oro de 1945, cuando ganó merecidamente este trofeo el que se encontraba en disputa entre los alternantes de aquella corrida, luego de una gran faena plena de valor lograda al toro "Cortesano" de Torreón de Cañas.
Luego de ese gran triunfo, Antonio Velásquez decidió viajar a España en donde confirmó la alternativa en Madrid, el 4 de octubre de 1945 de manos de "El Allbaicín" siendo el testigo de la ceremonia Pepín Martín Vázquez con el toro "Fuentecillo", si bien es cierto que en aquella primera temporada no tuvo mucho éxito en España la que se encontraba sujetas a múltiples conflictos internos, algunos de los cuales desencadenaron la ruptura de las relaciones taurinas hispano mexicanas, Velásquez retornó varias veces en el ejercicio de su profesión, llegando a superar a lo largo de su vida la cifra de 50 actuaciones en aquel país.
De regreso a México, Antonio Velásquez tuvo grandes actuaciones en diversas plazas de la república, entre las que destaca, aquella inolvidable realizada en el desaparecido Toreo de 4 Caminos, el que se encontraba ubicado en los límites del D. F. con Naucalpan de Juárez en el Estado de México, la tarde del 30 de marzo de 1958, en que alternaba con José Ramón Tirado y el regiomontano Humberto Moro, al toro "Escultor" de Zacatepec , toro de mucho poder y fuerza, como solían salir los animales procedentes de esa ganadería tlaxcalteca, al que realizó inolvidable quite por "gaoneras", el quite de su especialidad en el que además del arrojo, mostraba el valor y la exposición ante los toros que Velásquez solía mostrar en sus actuaciones, siendo muy ovacionado.
Durante el tercio final, el toro incrementó sus dificultades para la lidia, propinando grave cornada a su presunto matador, en la que el pitón derecho del animal le penetró por el cuello, perforándole la lengua y destrozando la cavidad palatina, fracturando tanto el maxilar como la base del cráneo. Tan grave cornada obligó a Velásquez a permanecer alejado por largo tiempo de la profesión mientras duró la recuperación física, anímica y mental de los graves daños provocados por aquella cornada.
Fue padrino de alternativa de Eloy Cavazos
El 28 de agosto de 1966, siendo testigo Manolo
Martínez, con toros de Mimiahuapam
Vaya pues un grato recuerdo al valeroso leonés Antonio Velásquez que tantos y gratos momentos dejara en la Fiesta brava por su valor indómito y destreza que lo llevaron a ser una figura del toreo de este país y alternar con los grandes monstruos del pasado taurino de nuestro país y competir, muchas veces favorablemente con la figuras extranjeras que nos visitaban por aquellos años.
Fuente:
Rincón Taurino/En Los Medios
Citan en el libro "Historia de la Cirugía Taurina en México (De los siglos virreinales a nuestros días) del Dr. Raúl Aragón López y el Maestro en historia D. José Francisco Coello Ugalde, México, 2018, Fomento Cultural Tauromaquia Hispanoamericana, que Antonio Velázquez murió al caer de la azotea de su casa en la Avenida Mariano Escobedo (en México, D.F.), construyendo un piso más, mientras la enseñaba a unos amigos periodistas que habían acudido a celebrar los éxitos de su hijo José Luis en Venezuela. Era el 16 de octubre 1969. Tenía 47 años…
Abundando sobre su hora final, D. Guillermo Salas Alonso escribió para el mexicano diario "El Universal" el 1 de febrero de 2005 una brillante editorial de nombre Recordando A Un Torero Cuyo Valor Era Monumental, Lo Llamaban "Corazón De León", donde cita en su última parte: "La raya del destino. Una tarde apacible, el 15 de octubre de 1969. Ofreció un ágape a un grupo de amigos en su residencia de Mariano Escobedo en Polanco, frente al centro comercial "Puerto de Liverpool", entre ellos estaba el matador de toros venezolano Carlos Málaga "El Sol". Su trágico signo ya se había marcado.
Al concluir el ágape, Antonio invitó al grupo a las obras que realizaba. Subieron al segundo piso.
¿Cómo se produjo el accidente?
Nadie, a ciencia cierta, lo puede explicar. El hecho es que, sin aparente peligro al deambular por ahí, Antonio resbaló, cayó al vacío, estrellándose en el piso para encontrar así una muerte casi instantánea.
La vida de cada quien, entre los toreros, es tan impredecible, incongruente, ilógica como la mismísima fiesta brava.
El epílogo, de todo un valiente de los ruedos, que del valor hizo su símbolo, se antoja incoherente, absurdo y descabellado."
Fuente:
http://www.azteca21.com/2005/02/01/recordando-a-un-torero-cuyo-valor-era-monumental-lo-llamaban-corazon-de-leon/