MIGUEL PEREA "PARRAÍTO" (1887 - 1915)
El domingo 9 de mayo de 1915, fue anunciado como sobresaliente, el hasta entonces aprendiz de novillero Miguel Perea (Parraíto), en una corrida de novillos, en la plaza de Santa Cruz de Tenerife (Islas Canarias, España), en la que habían de torear Isidro Lagares y Pascual Bueno, con ganado de Campos Varela, el segundo toro, de nombre “Cotorro”, de pelo cárdeno, formó un verdadero desaguisado, pues hirió a ambos diestros, encargándose “Parraíto” de lidiar a los que estaban en los chiqueros. Comenzó Perea por matar al protagonista del citado desaguisado, sin estar el toro a modo, por lo que fue enganchado, recibiendo una grave cornada en el tercio superior del muslo derecho, No se valoró la herida de mucha gravedad, y “Parraíto”, desatendiendo los consejos de los médicos, se empeñó estando todavía en cama, en embarcarse para la Península, como lo verificó, llegando a Cádiz en tan grave estado que falleció el día 17 de mayo en el Hospital de San Juan de Dios, al que fue conducido directamente desde el barco.
El historiador, Juan José Zaldívar Ortega, abundando sobre su vida nos explica que << fue un matador de novillos, nacido en San Roque (Cádiz) en 1887, y que falleció 1915, cuando contaba 28 años de edad. El 9 de mayo de 1915 fue anunciado como sobresaliente en una novillada, en la plaza de toros de Santa Cruz de Tenerife, que torearon Isidro Lagares y Pascual Bueno, con ganado de Campos Varela. El segundo toro hirió a ambos novilleros, encargándose “Parraíto” de pasaportar a los que quedaban. Al entrar a matar al causante de los lesionados, el toro “Cotorro” cárdeno, no encontrándose el astado en condiciones de hacerlo, le enganchó, recibiendo una grave cornada en el tercio superior del muslo derecho. No se estimó la herida de mucha gravedad, y muy animado, “Parraíto”, desoyendo los consejos de los médicos, se empeñó en embarcarse para la península, como lo verificó, llegando a Cádiz en tan grave estado que falleció el día 17 en el Hospital de Mora, al que fue conducido directamente desde el barco. Hizo como todos su aprendizaje en tientas y herraderos sevillano. Sus actuaciones no pasaron de estoquear algún que otro novillo en pueblos de escasa importancia. En Plazas de Toros de alguna categoría era totalmente desconocido, a pesar de llevar actuando varios años.
El afamado cronista don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de su suerte, que << Figuraba como sobresaliente de espada Miguel Perea (Parraíto) en el cartel de la corrida a celebrar en Santa Cruz de Tenerife el 9 de mayo de 1915. Se corrían en tal coyuntura reses de la ganadería de Campos Varela, que debían ser estoqueados por Isidro Lagares y Pascual Bueno. Pero al ser cogidos ambos diestros por la salida en segundo lugar, el cárdeno “Cotorro”, tuvo el sobresaliente que entendérselas con él. Al entrarle a matar, recibió una cornada en el muslo derecho que no se estimó importante. Mas, al desoír los consejos facultativos, embarcó rumbo a la península, con lo que se agravó la herida. Se trasladó a un hospital de Cádiz donde dejó de existir el día 17 del mismo mes de mayo de 1915. "
Miguel Perea (Parraíto)
Cortesía de D. José Antonio Román Romero
Por su parte, don José Antonio Román Romero, historiógrafo taurino que mantiene en la red el Blog "De Hombres, Toros y Caballos" refiere de este personaje de la fiesta: Miguel Perea «Parraíto», modesto torero que nació en San Roque, Cádiz, el año de 1885. Sus aficiones al arte de Montes, lo llevaron a Sevilla, y allí, por tientas y encerraderos, satisfizo sus primeros impulsos. Decidido a ser un profesional, actuó largo tiempo en las capeas de Andalucía y de los pueblos de la Mancha, pero no, vio logrado su deseo de presentarse ante la afición madrileña, punto de mira de todo el que pretende ser gente en el toreo. Para el 9 de Mayo de 1915 se anunció en la plaza de Santa Cruz de Tenerife, una corrida de novillos de la ganadería de D. Antonio Campos, que debieron ser muertos por Pascual Bueno e Isidro Lagares; de sobresaliente figuraba, "Parraíto". El segundo toro, cárdeno, llamado "Cotorro" en la vacada, cogió y puso fuera de luchas a los dos matadores y Miguel tuvo que empuñar los trastos para terminar la fiesta. Lo trasteó de muleta brevemente y sin estar el toro igualado se metió a matar, empitonándole el toro por el muslo derecho, en el que le produjo extensa herida en el tercio superior. Llevado a la enfermería, le fue practicada dolorosa y larga cura y luego en una camilla lo trasladaron al Hospital civil y al siguiente día al hotel «Teide», por gestiones felices, realizadas por Pascual Bueno, que le apenaba dejar en el Hospital a su compañero. Al regresar los diestros que tomaron parte en la corrida, a la península, en el vapor Delfín, Miguel sintió el deseo de volver con los que fue y por el legítimo anhelo de estar en Sevilla al lado de su mujer e hijos. Aquello fue una imprudencia y nunca debieron acceder ni médicos ni toreros, pues el pobre "Parraíto" se agravó considerablemente durante la travesía, hasta el extremo de morir en el Hospital Mora de Cádiz, el lunes 17 a las once y cuarto, de la noche. Su entierro, verificado al siguiente día, fue presidido por Francisco Mateo, "Dominguito", "Gonzalito", "Canario", "Mono" y Antonio Sevilla, toreros gaditanos. En el acompañamiento fúnebre figuraron muchos aficionados y todo el personal de fonda del vapor Delfín.