Cortesía del historiador Mario Sánchez
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Novillero cogido por un novillo el 5 de septiembre de 1911, y muerto el 11 del mismo mes de septiembre de 1911. (Fuente: Accidentes Oculares en la Tauromaquia I de 1801 a 1941 de los Doctores Puertas y Celis)
Don Diego Ledesma, matador de toros y respetado cronista taurino, refiere de su suerte lo siguiente: << en Pozuelo de Alarcón encontraría la muerte el novillero Manuel Lagarto, "Patolas", cuando intervenía en una función taurina el día 5 de septiembre de 1911. Corneado en el ano, con importantes desgarros en el recto, fue trasladado al Hospital madrileño de La Princesa, donde falleció el siguiente día 11. "
He encontrado en la web un cartel de la Plaza de Toros de Tetuán del domingo 24 de mayo de 1908 donde se lidian 6 novillos-toros de don Félix Sanz por los novilleros: Antonio Villa “Habla Poco”, Manuel Lagarto “Patolas” y Remigio Frutos “Algeteño”
Manuel Lagarto "Patolas"
Cortesía del historiador José Antonio Román Romero
Al respecto de este lidiador, el erudito Juan José Zaldívar Ortega refiere que << fue un matador de novillos y banderillero madrileño nacido hacia el año de 1879, que la tarde del 5 de septiembre de 1911 recibió una gravísima cornada en el vientre, en la placita de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Aquél día se celebró una capea y una de las dos reses que había de estoquear “Patolas”, de casta desconocida, le dio una terrible cornada al entrar a matar, expirando el 11de septiembre de 1911 en el Hospital de La Princesa, de Madrid. Manuel Lagarto fue un torero inteligente y con mucha simpatía. Tuvo más éxito como peón de brega que como novillero. Su vida torera se deslizó principalmente por capeas y plazas de menor importancia en los pueblos castellanos, como en la Plaza de Toros de Tetuán de las Victorias, donde era muy popular y querido. En 1899 actuó de matador en la Plaza de Toros de Carabanchel Bajo, y siguió su obscura labor por los pueblos, trabajando unas veces como estoqueador y otra como banderillero de los diestros principiantes. Hasta el 11 de marzo de 1911 no consiguió pisar el suelo madrileño; ese día actuó en su arena como banderillero en una corrida en la que se lidiaron novillos de la viuda de Pérez Tabernero. Escuchó muchos aplausos aquella tarde, y actuó algunas veces más. "
Manuel Lagarto "Patolas" y su hijo
Cortesía del historiador José Antonio Román Romero
Don Juan José de Bonifaz Ybarra, el erudito taurino español, refiere así su trágico infortunio en su obra “Víctimas de la Fiesta” << en el extrarradio madrileño, Pozuelo de Alarcón, encontraría su fin Manuel Lagarto (Patolas), al intervenir en una función taurina de escasa categoría celebrada el 5 de septiembre de 1911, en cuyo transcurso fue corneado en la zona anal, con desgarros en el recto. Llevado urgentemente al madrileño Hospital de La Princesa, allí dejó de existir en la tarde del día 11 de septiembre de 1911. "
Una de las dos incineradoras donde iban a parar y quemar los cuerpos de los ejecutados por la Inquisición, se encontraba a las afueras de la puerta de Fuencarral, en lo que hoy es la glorieta de Ruiz Jiménez. Después de muchos años de recibir cuerpos que eran convertidos en cenizas, fue clausurado a principios del siglo XIX, quedando libre un amplio solar que durante muchos años permaneció yermo, porque nadie quería construir sobre terrenos tan macabros. Pero en el año 1836 se construyó en este solar el Hospital de la Princesa, cuyo nombre le fue dado para conmemorar el natalicio de la futura reina Isabel II. Algo de maleficio debía tener el lugar, porque a los 18 años tuvo que ser rehabilitado, ya que, sin saber por qué, se encontraba a punto de la ruina. El hospital fue derribado en los años 60 del siglo XX, y hasta 1974 no se construyó sobre el solar. Los arquitectos Fernando Higueras y Antonio Miró levantaron por encargo varios edificios de viviendas militares con hormigón blanco, decorándolo con numerosas plantas naturales colgantes. A la hora de la cimentación aparecieron restos del viejo quemadero, lo que despertó algunas supersticiones. (Ángel del Río/ Diario El Mundo).
Estos edificios han sufrido, en los últimos tiempos, como síntoma de su declive, un cambio deplorable en su aspecto, al perder la vegetación que los cubría, y al pintar de color pastel, el sobrio y desnudo hormigón natural que poseía; incluso el eximio arquitecto Higueras, ya fallecido, llamó "peoras" a las mejoras realizadas, y curiosamente, los locales comerciales en ese aciago sitio, han permanecido cerrados y en litigios durante dos décadas, como si el comerciar en Campo Santo fuese mal visto por tantos inocentes que fueron calcinados.
En ese Hospital de La Princesa, edificado sobre cenizas de muertos, falleció también, por cogida, en 1916, el novillero Ángel Álvarez (Angelillo); el ganadero de Brunete (Madrid), Pedro Fernández Rodríguez, corneado bárbaramente en 1921; lo mismo que el banderillero Guillermo Peregrinal (Chatillo de Madrid) corneado en 1924.
En la revista "Toros y Toreros" de 1911 (Detalles y Apreciación de la Última Temporada Taurina), de don M. Serrano García-Vao (Dulzuras), refiere en las páginas 267 y 268, que el joven Manuel Lagarto, "Patolas", era muy popular en algunos barrios de Madrid, y muy especialmente entre el público que asistía á la plaza de toros de Tetuán. Luchaba hace años por abrirse paso, y no pasaba de ser un banderillero trabajador y peón entendido, que mataba en algunas corridas. Este año lo había hecho en Tetuán el 29 de enero. También había debutado como banderillero en Madrid el día 5 de marzo. El día 5 de septiembre, en la novillada capea de Pozuelo, fue cogido por uno de los toros, y resultó con una cornada en el esfínter, de 17 centímetros de extensión, que le interesó el recto. Conducido al Hospital de la Princesa, falleció á las siete de la tarde del día 11.