Los toros dan y quitan

JOSÉ SEVILLA Y MAURICIO (XXXX - 1896)

Solo para efectos ilustrativos

Pique entre Picadores

Obra del pintor español Félix de la Vega

Refiere don Antonio Santainés Cirés, en su obra, “Las Víctimas del Toreo en Barcelona” que José Sevilla y Mauricio salió a picar en la novillada del 12 de abril de 1896 en la que “Parrao”, “Dominguín” y “el Nene” estoquearon reses de la marquesa de Fuente el Sol, en la Barceloneta. Al dar un puyazo al primer toro, sufrió tan fuerte golpe en una violenta caída, que los facultativos le diagnosticaron una intensa conmoción de la que falleció el día 14 de abril de 1896.

 

Don Juan José de Bonifaz Ybarra, comenta de esta víctima de la fiesta, que << de ilustre estirpe de varilargueros, José Sevilla Mauricio, madrileño domiciliado más tarde en Barcelona, fue derribado en el coso de la Ciudad Condal, el 12 de abril de 1896, por un novillo de la vacada de la marquesa viuda de Fuente el Sol, que le produjo tan importantes lesiones cerebrales que fallecería el día 14 del mismo mes. "

PABLO TORO (XXXX - 1896)

Solo para efectos ilustrativos

Plaza de Toros de Valladolid (1889)

Cortesía del  Sitio Web: http://.artetoreo.com

Pablo Toro, monosabio de la plaza de Valladolid, dejaría de existir en dicha capital el 5 de julio de 1896 al ser alcanzado por un novillo de Victoriano Angoso. (Crónica de don Juan José de Bonifaz Ybarra, de su obra “Víctimas de la Fiesta”.) 

La revista taurina "Pan y Toros" No 17, publicada en Madrid el 27 de julio de 1896, refiere en una editorial llamada "Crónica Triste-Heridos y Contusos" que durante los días que llevamos del corriente mes (se refiere al mes de julio de 1896), han fallecido a consecuencia de las heridas recibidas:
El novillero "Tito" en Perpignan
El monosabio "Moro" en Valladolid.

Sin duda el monosabio "Moro" a que hace alusión la revista taurina "Pan y Toros", es el mismo "Pablo Toro", que cita el maestro Bonifaz en su obra "Víctimas de la Fiesta". Habría que indagar por tanto, si la víctima se llamaba Pablo Toro ó Pablo Moro.

SEVERINO PÉREZ "TITET" (1860 - 1896)

Solo para efectos ilustrativos

“Brindis del torero en Sevilla”

Mariano Fortuny Marsal (1868)

National Gallery (Edimburgo)

Novillero español nacido hacia el año de 1860 en Castellón de la Plana, del que se sabe que toreó casi siempre en el mediodía francés, haciéndolo ya incluso antes de la temporada de 1880. El 12 de julio de 1896, toreando en el coso francés de  Perpignan, fue cogido por una de las reses, que le infirió una cornada en el vientre con perforación de intestinos, a consecuencia de la cual falleció. A su entierro, según don José María de Cossío << asistió inmenso gentío, y ante su tumba se pronunciaron vehemente discursos a favor de las corridas a la española, pues tal desgracia y muchas otras que ocurrían, las atribuían los aficionados franceses al hecho de por no ser los toros lidiados de muerte, se toreaban en muchas corridas, siendo sumamente peligrosos para los diestros al desarrollar mucho sentido. "

Por su parte, don Juan José Zaldívar Ortega comenta que << Severino Pérez (Titet), fue un matador francés de novillos. Apenas toreó en Plazas de Toros españolas, pero, en cambio, fue muy conocido en las del Mediodía de Francia. El 12 de julio de 1896, toreando en la Plaza de Toros de Perpignan, fue cogido por una de las reses, que le infringió una cornada –sin muerte del toro- en el vientre, perforándole los intestinos, a consecuencia de lo cual falleció. A su entierro acudió un inmenso gentío, y ante su tumba se pronunciaron vehemente discursos a favor de las corridas al estilo español, pues tal desgracia, y muchas otras que ocurrían, las atribuían los aficionados franceses al hecho de no ser lo toros lidiados de muerte, se toreaban en muchas corridas, siendo sumamente peligrosos para los diestros. "

El erudito español, don Juan José de Bonifaz Ybarra, compendia en forma por demás sucinta su infausto acontecer, al referir sobre esta víctima que << Severino Pérez (Titet), nacido en Castellón de la Plana, fue más reconocido y apreciado en los cosos del sur de Francia que en los españoles. Torea el 12 de julio de 1896 en el francés de Perpiñan y es corneado en el vientre con graves lesiones en el paquete intestinal, lo que provocó su deceso el día siguiente. "

La fecha cierta de la cogida mortal de Severino Pérez "Titet" ó "Tito", la viene a aclarar la prestigiada revista taurina "Pan y Toros", No 17, publicada en Madrid el 27 de julio de 1896, donde refieren en una editorial llamada "Crónica Triste-Heridos y Contusos" que durante los días que llevamos del corriente mes (se refiere a julio de 1896), han fallecido a consecuencia de las heridas recibidas:
El novillero "Tito" en Perpignan
El monosabio "Moro" en Valladolid.

Sin duda el monosabio "Moro" a que hace alusión la revista taurina "Pan y Toros", es el mismo "Pablo Toro", que cita el maestro Bonifaz en su obra "Víctimas de la Fiesta". Habría que indagar por tanto, si la víctima se llamaba "Pablo Toro" ó "Pablo Moro".

Respecto a la tragedia ocurrida al novillero "Tito" en Perpignan, comentan: De las corridas celebradas en Perpignan los días 11 y 15 del corriente (se refiere al mes de julio de 1896), recibimos las siguientes noticias.- La primera de las corridas tuvo efecto en la noche del indicado día, estando la plaza iluminada con luz eléctrica. Se lidiaron toros franceses, de la ganadería de los Sres. Desfont Hermanos, que llevaron las de Caín en el cuerpo. Las cuadrillas de "Metodo" y "Tito" lidiaron las reses á usanza española, consumando la muerte de los bichos. Los dos espadas fueron alcanzados. "Metodo" resultó con varias heridas de poca consideración. "Tito" sufrió una cornada con perforación completa del intestino recto, mortal de necesidad, y á consecuencia de la que falleció al día siguiente, á pesar de los esfuerzos que los médicos hicieron para salvarle la vida.

MODESTO GARCÍA GARCÍA "SERRANITO " (1870 - 1896)

Solo para efectos ilustrativos

“Pase por Alto”

Obra del incomparable maestro español Baldomero Romero Ressendi (1924-1977)

Banderillero de toros, nacido hacia el año 1870, que apenas se conocía en los circos españoles. Trabajó en América generalmente, y el 20 de julio de 1896 resultó cogido en la Plaza de Toros de Lima (Perú) al clavar un par de banderillas a un toro de la tierra, llamado “Verdugo”, sufriendo una cornada en la ingle derecha que le ocasionó la  muerte a las pocas horas, cuando contaba 26 años de edad. (Fuente: Don Juan José Zaldívar Ortega)

 

Indagando más sobre la suerte de este infortunado lidiador, el cronista peruano, don Dikey Fernández Vásquez,  refiere que << El 20 de julio de 1896 murió en Lima el banderillero peruano "Serranito". El subalterno fue víctima de una grave cornada que sufrió por un toro cunéro en la Plaza de Toros de Acho. "

 

El cronista taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra,  refiere de esta víctima de la fiesta, que << prácticamente desconocido en ruedos españoles, Modesto García García (Serranito) halló su fin en la limeña plaza de Acho el 20 de julio de 1896, al clavar un par de palitroques al astado “Verdugo”, de una ganadería peruana. La res le empitonó por la ingle derecha y el óbito acaeció pocas horas más tarde. "

FLORENCIO VICENTE CASADO "FRASCUELITO " (1871 - 1896)

Cortesía de D. José Antonio Román Romero

Vio la luz en Zaragoza el año 1871, en su más tierna infancia quedó huérfano de padre, y desamparado, pues su madre, ciega y privada de la razón, tuvo que acogerse en un asilo benéfico de Madrid. A los diez años comenzó el aprendizaje del oficio de hojalatero. Pero después se despertó en él la afición a la lidia de reses bravas y abandonó el oficio para asistir a todas las capeas de que tenía noticia. Harto de fatigas y de cornadas regresó al cabo de algún tiempo a Zaragoza, donde encontró el ansiado ajuste formal y donde empezó a darse a conocer y a conquistar amigos y admiradores.

Florencio, ya torero conocido y ovacionado, soñó con un porvenir brillante y lleno de satisfacciones. Quiso que fuese la primera consagración de su amor y pidió la mano de su amada. Para concedérsela se le puso por condición que renunciara al toreo y volviera a su antiguo oficio, encargándose de regentar el taller de su futuro suegro. Por fin se llegó a una avenencia. Florencio Vicente se retiraría de los toros después de torear las corridas de Bergara que tenía contratadas. Se caso y  fue feliz unos días, muy pocos, los que mediaron entre el de su enlace y la fecha de las corridas de Bergara de 1896, en las cuales tomaba parte como banderillero. El 25 de julio de 1896, el primer astado que salió a la plaza (de la ganadería navarra de Peralta, y “Perdigón”  de mote), cogió a "Frascuelito" cuando este intentaba lancearle de capa y le ocasionó tan gravísimas lesiones, que al día siguiente, a la misma hora de dar principio la segunda corrida, falleció el infeliz Florencio. Tenía veinticinco años Esta es la crónica. Y también es cierto, que el día en que "Frascuelito" muriera, momento antes de que se soltara al primero de los toros, sonó la campana de la parroquia de San Pedro anunciando su muerte. Toreros y público, sobrecogidos, elevaron al Cielo una plegaria.

Don Juan José Zaldívar Ortega, comenta para abundamiento sobre la tragedia, <<que ese día 25 de julio de 1896, Francisco Vicente y Casado (Así lo refiere, como Francisco) se enfrentó al primer novillo, “Perdigón”, de don Pedro Galo Elorza, y al salir de unos capotazos, se resbaló “Frascuelito”  y el animal le produjo unas contusiones en el vientre. Por su pie fue a la enfermería y todos pensaron que la cogida carecía de importancia. Al día siguiente se le presentó la peritonitis, falleciendo a la misma hora en que empezaba la segunda novillada, última que debía haber toreado en su vida. "

En el estudio accidentes oculares en la Tauromaquia de 1801 a 1949 de los doctores  Puertas y Celis lo refieren como el banderillero (Florencio Vicente y Casado “Frascuelito”) cogido por un novillo de nombre “Perdigón”  el 25 de julio de 1896 y fallecido el 26 de julio de 1896.

El erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de esta víctima de la fiesta, que << no le acompaño la fortuna en diversos lances de su existencia al zaragozano Florencio Vicente Casado (Frascuelito) y ello culminó en las circunstancias de su muerte, registrada en Vergara (Guipúzcoa) el 26 de julio de 1896 - fecha en que pensaba retirarse del toreo- , al presentarse una peritonitis como consecuencia de un golpe recibido la víspera y propinado por el novillo “Perdigón”, de la divisa de Pedro Galo Elorza. A la cogida no se le concedió importancia alguna, pero su derivación no pudo ser más funesta. "

Refiere el cronista José Antonio Román Romero en su Blog en la Red "De Hombres, Toros y Caballos", que, Florencio Vicente y Casado “Frascuelito” nació en Zaragoza el Año 1871, y fue bautizado en la parroquia de San Pablo. Un muchacho nacido pobre, que queda huérfano en su tierna infancia, puesto que a la muerte del padre la pobre viuda pierde la vista, sus facultades mentales sufren serios trastornos, y la indigencia la obliga a buscar amparo en un asilo benéfico de Madrid. El hijo, protegido por unos parientes, se educa esmeradamente encuentro de enseñanza de Zaragoza, y a los 10 años comienza a aprender el oficio de hojalatero. Pronto se cansa, y en su cabeza bulle la afición por los toros. Sin ropa, sin recursos, sin amigos, va de capea en Capea. Aragón es poco para él. Ve la gloria lejos de su tierra, de su pueblo natal, y allá va, a recorrer España, Portugal y Francia. La muerte de este apreciable torero ocurrió en Vergara, la tarde del 26 de Julio de 1896, toreando de banderillero en la cuadrilla de un matador de novillos. El primer bicho de los que se lidiaron, llamado Perdigón, pertenecía á la ganadería navarra, de Peralta, que legó D.Pedro Galo Elorz, y era un novillote serio, royo, algo flaco y bien puesto de velamen. Salió el cornúpeto muy bravo, y Frascuelito, a quien la sangre le hervía en el cuerpo, se adelantó a torearlo de capa, y sea porque el muchacho perdía terreno a cada lanceó porque fue trompicado, el caso es que al salir resbaló y cayó, y al incorporarse lo hizo tan rápidamente, que no dio lugar a que los capotes acudieran en su auxilio; el novillo hizo por él y lo arrastró hasta la pared, donde le tiró nuevamente varios derrotes, que le ocasionaron dos pequeños puntazos y la lesión mortal.  Por su pie marchó a la enfermería, y nadie creyó que la cogida tuviera importancia alguna. Al día siguiente se presentó la peritonitis y los médicos declararon la gravedad inminente, recomendando le administraran los auxilios de la Religión inmediatamente, como así se hizo. No tardaron en cumplirse las profecías de los Galenos. A las cuatro de la tarde dejó de existir, al mismo tiempo que sus compañeros; iban a dar comienzo a la segunda función.  El certificado que extendió el facultativo forense dice así: Médico auxiliar de la Administración de Justicia y de la Penitenciaria del partido judicial de vergara que suscribe, licenciado en Medicina y Cirugía: Certifico: Que D. Florencio Vicente y Casado, natural y vecino de Zaragoza, de veinticinco años de edad y casado, ha fallecido el día de ayer, a las cuatro de la tarde, a consecuencia de una peritonitis, desarrollada por la contusión que sufrió en el hipogastrio en la lidia del primer toro que se corrió en la Plaza de esta villa el día 25 del corriente mes. Para que conste expido la presente certificación. Vergara 27 Julio de 1896. Félix Zumalabe. A Vergara llegaron al siguiente día, algunos individuos de la familia, y se celebró la conducción del cadáver, que fue una manifestación de sentimiento, en la que tomaron parte el Ayuntamiento, la aristocracia, el pueblo, sus compañeros y la familia. El Ayuntamiento de la villa de Vergara costeó unos funerales, y los aficionados de Zaragoza mandaron celebrar otros, por suscripción, que se celebraron con gran pompa en San Pablo.

FRANCISCO RODRÍGUEZ (1875 - 1896)

Solo para efectos ilustrativos

“Suerte de Matar” (1793)

Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828)

Nació en San Lorenzo (Córdoba) hacia el año 1875 y falleció en esta misma ciudad en agosto de 1896. Como empezó a trabajar como tal en 1895,  quiere decir que no trabajó más que 18 meses, cuando comenzaba a sonar su nombre. (Fuente: Don Juan José Zaldívar Ortega)

MANUEL COMECHE ALCÁNTARA"ESPARTERO DE VALENCIA" (1866 - 1896)

Solo para efectos ilustrativos

“Lagartijo en la capilla” 1867

Mariano Fortuny Marsal

Museo Goya (Castres)

Novillero de buenas hechuras que toreo en España (incluida la catedral madrileña), Francia, Portugal e Hispanoamérica y que fue corneado en el bajo vientre en Nimes Francia, en un festejo incruento,  por un toro de la dehesa de Dijo, el 4 de octubre de 1896, y aunque la herida no se presentaba muy aparatosa en su momento, si lo fue, al presentarse la peritonitis y enseguida la muerte el día 7 de octubre de 1896. (Fuente: Don Juan José de Bonifaz Ybarra)

Al respecto de este lidiador, el maestro Juan José Zaldívar Ortega refiere que: << Manuel Comeche Alcántara (Espartero de Valencia), matador de novillos, nacido en Valencia el 10 de abril de 1866, falleció el día 7 de octubre de 1896, a los 30 años de edad,  a resultas de una cornada. El 4 de octubre de 1896 se verificó en la Plaza de Toros-Anfiteatro francés de Nimes, una corrida, en la que se simulaba la muerte de los toros, de la ganadería francesa de Dijon. Al veroniquear Comeche a uno de los bichos fue enganchado por la entrepierna, y llevándose las manos al lugar de la herida las sacó llenas de sangre. Se retiró por su pie a la enfermería serenamente, y el público no se dio cuenta de la importancia de la cornada. En la enfermería se le apreciaron grandes destrozos intestinales. Declarada la peritonitis, falleció a los tres días del percance (esto es, el día 7 de octubre de 1896). Desde niño ya comenzó a actuar en novilladas de su región como banderillero y matador. Su nombre aparece en carteles de la Plaza de Toros de Valencia, correspondientes a 1888, como banderillero de novillos. El  24 de agosto de 1890 se presentó en Madrid, ya como novillero formal, alternando con Cándido Martínez (el Mancheguito) y Francisco Bonar (Bonarillo), teniendo una tarde desafortunada, que originó una dura crítica por parte de algunos escritores, que no se fijaron en su valentía, y, sobre todo, en la mala calidad de los novillos que le tocaron. Entre el Mediodía de Francia, Portugal y América se deslizó desde entonces su vida torera. De sus excursiones al Nuevo Mundo lo más importante fue el haber recibido una cornada en el muslo derecho. "

Banderillero de toros, que nació en Jerez de la Frontera (Cádiz) el 21 de abril de 1844. Su primer oficio fue el de bordador de oro y plata. Siendo rehiletero y peón de brega de Ángel Pastor fue atacado de enajenación mental, quizá producto de un golpe mal atendido en la cabeza, por lo que hubo de ser recluido en el “Manicomio de Ciempozuelos”, donde falleció. Era pequeño de cuerpo, pero, pese a ello, con sorprendente habilidad, colocaba buenos pares y cumplía con el capote. Sánchez de Neira, el erudito, que le vio torear en aquellos tiempos, dijo que era un rehiletero “fino y esmerado”, por lo que indubitablemente debió tener maestría en el arte de parear garapullos, pues el bienquisto cronista no era afecto a obsequiar lisonja inmerecida.

El historiador Juan Antonio Román Romero propietario del Blog en la Red "De Hombres, Toros y Caballos" cita de este personaje de la Fiesta que aparece en la ilustración superior: "Manuel Comeche Alcántara (Espartero de Valencia) era natural de Valencia, España, donde había nacido en 1866, hizo su aprendizaje en capeas y novilladas por los pueblos. El 29 de Abril de 1889 estoqueó con Almendro en la plaza de Valencia seis toros sobrantes de las corridas de feria. Toreó en no pocas plazas de Cataluña, Valencia y otros puntos y marchó a Francia donde hizo un buen cartel. En la plaza de Nimes el 4 de Octubre de 1896, fue alcanzado al terminar una verónica por el toro "Perlita" de la ganadería francesa de M. Dijol, que infirió una herida en la región perineal de 15 centímetros de profundidad, que le perforó el intestino recto, y a consecuencia de la cual falleció en la tarde del día 7 del mismo mes, o sea, a los tres días de haber sido herido."
Fuente:
http://gestauro.blogspot.mx/2015/10/manuel-comeche-alcantara-espartero-de.html

JUAN GÓMEZ DE LESACA GARCÍA (1867 - 1896)


Cortesía de
http://lafiestaprohibida.blogspot.mx/p/gestos-toreros.html

Torero español  de familia acomodada, que nació en Sevilla el 24 de junio de 1867 y que no alcanzaría una posición relevante en el escalafón de espadas de alternativa.  Tomó la alternativa el 21 de abril de 1895 en su natal Sevilla de manos del inmenso “Guerrita”, con reses de Benjumea, el toro se llamó “Belonero”; la  confirma en Madrid el 2 de junio de 1895 de manos de  Fernando “El Gallo” con el  toro: "Mechones" de la dehesa de Veragua.  Fue cogido el 15 de octubre de 1896 en la Plaza de Guadalajara España en tablas durante el tercio de varas por un toro de nombre "Cachurro" de la dehesa de  Ripamilán  al ir  a saltar la barrera; el  vigoroso astado le propino una ruda cornada en el muslo derecho (El erudito Bonifaz la precisa en el izquierdo)  de 15 cm de longitud por 5 cm de profundidad, tuvo que rematar al toro Emilio Torres "Bombita", mientras que en forma por demás imprudente, por la gravedad de la cogida,  Juan Gómez después de haber sido intervenido en la enfermería de la plaza, fue  trasladado de urgencia a Madrid,  donde murió el mismo día a las 11 de la noche. Esa tarde infortunada por azares del destino sustituía a Antonio Moreno "Lagartijillo" por estar lastimado de un ojo, y compartía cartel con Emilio Torres "Bombita". Su padre era General del Ejército y Gobernador Militar de Jaén. Fue un torero muy querido y respetado por la afición por tomar demasiados riesgos en su accionar en los ruedos.

El Dr. Juan José Zaldívar Ortega describe el trágico acontecer de la siguiente manera: Salió el segundo toro de la tarde, “Cachurro”, retinto y albardado, de Ripamilán; tomó tres varas del “Inglés” y “Calesero”, quedándose en los tercios cerca de toriles. Lesaca, que se hallaba muy cerca, volvió la cabeza para advertir al “Inglés” que entrara en suerte; se le arrancó el bicho, y con el terreno ganado le siguió hasta las tablas, donde el matador se había detenido sin querer saltar las tablas, creyéndose que iba a pasar de largo, y lo empitonó por la pierna derecha. Rodó Lesaca por la arena, se incorporó después de hacerle el quite “Bombita” y fue conducido a la enfermería, donde se le reconoció una herida en la parte superior del muslo derecho de 15 centímetros de extensión por  cinco de profundidad. En estado grave fue trasladado a Madrid, donde murió ese día a las once de la noche.

Por su parte el erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra, relata que << miembro de familia acomodada, el sevillano Juan Gómez de Lesaca García no alcanzaría una posición relevante en el escalafón de espadas de alternativa. Marcha a Guadalajara para sustituir a Antonio Moreno (Lagartijillo) en la corrida a celebrar el 15 de octubre de 1896, siendo herido de gravedad en el muslo izquierdo por “Cachurro” de la divisa de Ripamilán. Curado en la enfermería de la plaza, es, con notoria imprudencia, trasladado a Madrid, donde expiró a las 11 de la noche de la mencionada fecha. "

De él escribe con tino don Salvador Santoro diciendo.- Repasando prensa local antigua, leemos una sentida nota necrológica publicada en Sancho Panza, “Semanario Joco-Serio”, el 22 de octubre de 1896, titulada: Juanito Lesaca. El inicio, es de este tenor: “Así le llamábamos en vida al infortunado amigo que acaba de descender al sepulcro, víctima de sus aficiones taurinas” (sic). Sorprendido, al pronto, por desconocer su filiación exacta y hechas las oportunas averiguaciones, resulta que se trataba del matador de toros nacido en Sevilla, el 24 de junio de 1867, Juan Gómez de Lesaca y García, que de niño marcha a Jaén donde su padre, general del Ejército, era Gobernador Militar. Dedicado, en principio, a los estudios, en su mocedad deja los libros para “echarse a los toros”; iniciándose en becerradas por los pueblos de nuestra provincia. De refinada educación y acomodada y distinguida familia; del corpus del texto, se deduce que debió tener mucha vinculación con Linares – mi torerísima ciudad – y relación de estrecha amistad con linarenses muy principales.
Entresacado del suelto – sin firma – dixit: “torero que había conquistado merecido renombre y justos laureles en el arte del toreo”. Nos aventuramos a declarar, que el periodista que dedicaba tan laudatorias palabras, era el corresponsal en Jaén, Francisco Serrano Esteban; pues añadía – cito textual – que Lesaca: “Era el muchacho que compartió con nosotros los juegos de la niñez, y que luego en otros más cercanos días, fué (sic) el confidente de nuestros primeros sueños y pesares… ¡Pobre Juan! Haciendo una digresión, en lo que sigue, se plasma una breve semblanza de su biografía torera. Gómez de Lesaca, viste de luces por vez primera, como matador de novillos, en Granada, alternando con el espada local Antonio Moreno “Lagartijillo”, un 8 de septiembre de 1888. Al año siguiente, el 23 de junio, se presenta en la Maestranza sevillana, mano a mano, con Miguel Báez “Litri”, para dar cuenta de astados de don José Orozco. Unos días después, el 29 – festividad de San Pedro y San Pablo – lo hace en la Villa y Corte alternando con José Rodríguez Davie “Pepete” (muerto en Fitero en 1899, entre agudos dolores, de una horrible cornada) ante reses de varios hierros, a saber: Pérez de la Concha, Carrasco y Juan Moreno. De aquella tarde, la revista El Toreo, afirmaba con afilada pluma y en descarnada crítica que: “Lesaca demostró un desconocimiento completo del toreo y un valor que raya en la temeridad. Maneja la muleta sin ton ni son, y al herir entra a que los toros le cojan, como sucedió en su presentación, en que sufrió cinco cogidas, y alguna pudo costarle cara. Mucho necesita aprender si ha de continuar ejerciendo una profesión tan arriesgada [...]”. El escritor taurino que firmaba con el seudónimo “Recortes”, pondría una aclaración al margen de este severo comentario: “Duro y por demás injusto estuvo el revistero con el joven matador. Lo equitativo hubiera sido anotar que los dos toros que estoqueó fueron “pájaros de cuenta”, particularmente el primero, Carpintero (castaño), de Pérez de la Concha, al que clavaron Pepe el Chulo y El Rana dos pares de banderillas después de diez salidas en falso, y que llegó a la muerte completamente descompuesto, y que el espada necesitó derrochar habilidad y sangre fría para tumbar al animalito”. Fatigosa y expuesta lidia la de aquellos tiempos, que precisaba de hombres bragados y curtidos en el oficio. Sí, lo mismito que ahora. En fin, ¡lo que va de ayer a hoy, estimado aficionado! Desde entonces, adquirió Lesaca suficientes conocimientos, figurando con gran nombradía entre la baraja de buenos novilleros. Fungiendo de padrino el inmenso Rafael Guerra Bejarano “Guerrita”, toma la alternativa en Sevilla, el 21 de abril de 1895, al cederle a “Belonero”, toro berrendo en negro de la señera vacada de Benjumea. El 2 de junio, Fernando Gómez “El Gallo”, se la confirmaría en Madrid, ante el toro “Mechones” (berrendo en jabonero, curiosa capa dentro de esta estirpe) de la mítica ganadería del Duque de Veragua, al que finiquitó de certero volapié, tras un brillante trasteo de muleta. Aunque – para nada - se explicita en la letra impresa que nos ocupa; Juanito Lesaca, murió a consecuencia de la “ruda” cornada en la parte superior anterior del muslo derecho (el erudito Juan José de Bonifaz, la precisa en el izquierdo) que le infirió el toro “Cachucho” (de pelo retinto albardado) con el pial de Ripamilán, en el coso de Guadalajara. Curado en la enfermería, donde se le aprecia una herida de quince centímetros de extensión por cinco de profundidad, es trasladado – con notoria imprudencia – a Madrid, donde fallece a las once de la noche del mismo día, 15 de octubre de 1896. Hogaño – en plena feria de San Lucas – se han cumplido ciento catorce años de tan funesta efeméride. A mayor abundamiento – caprichos del destino – en aquella infausta corrida, Lesaca, sustituía al granadino Antonio Moreno “Lagartijillo” (con el que había debutado ocho años antes) por tener lastimado un ojo; completando cartel el célebre Emilio Torres “Bombita”. El burel que saltó en segundo lugar, el mentado “Cachurro”, tomó tres varas de los picadores “El Inglés” y “Calesero”, quedándose en los tercios aquerenciado cerca de la puerta de toriles. Juan, que se hallaba próximo, giró la cabeza para advertir al varilarguero que entrara en suerte. En ese instante, se le arrancó el animal y – ganándole terreno – le hizo hilo hasta las tablas, donde el coleta permaneció quieto sin querer saltar la barrera; pensando que pasaría de largo, pero – antes al contrario – hizo por él, empitonándolo en la pierna. El trágico acontecer, que hemos recreado, lo describe con detalle el doctor Juan José Zaldívar Ortega.
El redactado de Sancho Panza, continúa diciendo del malogrado matador: “Aficiones [las taurinas] que en los primeros años de la juventud cultivaba como por lujo y que después, por azares de la vida, ha tenido que explotar para procurarse medios de subsistencia” (sic). También, se indicaba que las revistas taurómacas coetáneas se hicieron eco del suceso, dedicándole extensas columnas. Por ejemplo, La lidia, acreditada cabecera, reproducía la sangrienta escena junto a un orlado retrato, en una magistral litografía de Daniel Perea. Asimismo, la citada publicación linarense, se unía al lógico dolor de los suyos y “muy particularmente á sus desconsolados hermanos don Tomás y don Agapito”. Manuel, hermano menor, se daba a conocer – hacia 1904 – en una cuadrilla de toreros infantiles de Jaén. Al tiempo, el dueño de la imprenta – con domicilio en Corredera, nº 24, de Linares – D. Remigio Ligero (a la sazón director y editor del semanal), ofrecía “sus modestos oficios”, para ayudar a que fuese un hecho la corrida que en beneficio de la viuda y huérfanos se proyectaba celebrar en la capital jienense, dedicando “así” [dice] un recuerdo póstumo al desgraciado amigo. Y prosigue: “Si como esperamos se lleva á la práctica tan humano pensamiento, cuenten desde luego con los trabajos tipográficos necesarios para la debida propaganda”. En este sentido, se proponía igualmente, en nombre de los afamados novilleros Carlos Gasch y Blanch “Finito” y Francisco Pérez “Naverito”, la colaboración desinteresada de éstos y de sus cuadrillas. Concluir que Juan Gómez de Lesaca, ha pasado a la historia de la Tauromaquia como un torero que consiguió sobresalir entre los de segunda fila de su época (los hubo de gran valía en esa etapa), no llegando a más por abandono de sus facultades y, tristemente, por su prematura muerte. Adenda final: ¡Gloria a Juanito Lesaca!, valeroso, querido y respetado diestro – por tomar demasiados riesgos – en su accionar por los ruedos.
Fuente:
http://jaentaurino.com/2010/10/1434/

CARLOS LÓPEZ << EL MANCHADO >> (XXXX - 1896)

Carlos López (El Manchado)
Foto de la Revista "El Castoreño"
proporcionada por don Rafael Gómez Lozano (Dientefino)

Refiere la acreditada página de Internet “Campo Bravo México” propiedad de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia, en su apartado de efemérides de agosto, que el día 9 de agosto de 1896, el novillero Carlos López “El Manchado”  sufre en Durango mortal cornada en el pecho.
Fuente:
http://www.campobravo.org/efemerides.php

Me comenta el historiógrafo taurino, don Rafael Gómez Lozano (Dientefino), que hace casi dos décadas, apareció en la revista "El Castoreño" de Guadalajara, Jalisco, México (Ejemplar No. 19 de septiembre de 1992) una editorial de Federico Garibay Anaya sobre este infortunado novillero y que dice: De nuestro álbum de recuerdos, hemos escogido esta fotografía singular para ofrecerla a nuestros taurófilos lectores. Es un retrato de Carlos López (El Manchado), un banderillero del siglo XIX, originario de Orizaba (Veracruz, México), otrora taurinísima ciudad. De 1884 hasta el año de su muerte en 1896, militó en la cuadrilla de Ponciano Díaz. El Manchado gozaba del favor de los públicos por su eficiencia y notables facultades de rehiletero; pero, por desgracia, ni los toreros más hábiles y experimentados se libran de los percances mortales. El 9 de agosto de 1896, al actuar en la plaza de toros de Durango. El Manchado sufrió espeluznante cornada en el pecho, al momento mismo de colocar un par de banderillas a un burel de procedencia incierta y aviesas intenciones. Exactamente durante 2 meses se mantuvo Carlos López entre la vida y la muerte, en una agonía tan prolongada como angustiosa. Finalmente, la Parca lo arrancó del mundo de los vivos el 9 de octubre del referido año de 1896.

En la revista ilustrada "Pan y Toros", Número 24, página 9, publicada en Madrid, España, el 14 de septiembre de 1896, refieren que: En la corrida celebrada en Durango (México) el día 9 de Agosto último, y durante la lidia del primer toro, sufrió una cogida el banderillero Carlos López (el Manchado), de la cuadrilla de Ponciano Díaz. El parte facultativo dice así.- La herida está situada en el hipocondrio derecho y su trayecto es oblicuo hacia arriba y adentro. Penetró á la cavidad abdominal por uno de los últimos espacios intercostales, haciendo una gran desgarradura en la pared costo-diafragmática y en el peritoneo; contundió considerablemente el epiplón y rozó la cara inferior del hígado. Para hacer la sutura del peritoneo y la resección del epiplón, hubo que quitar un gran fragmento de costilla. La herida es sumamente grave. (Dr. Herrera)… Y no se equivocó el galeno, el cornalón era de muerte. Dios lo tenga en su Santa Gloria.

El distinguido doctor en historia, D. José Francisco Coello Ugalde, nos obsequió el 3 de julio de 2013, en su sitio en Internet: "Aportaciones Histórico Taurinas Mexicanas, una editorial de su autoría titulada: La desgracia de Carlos López "El Manchado", que por completa me permito agregar para Ustedes.- La desgracia de Carlos López "El Manchado" tuvo lugar en la corrida verificada en la plaza de toros de Durango, el 9 de Agosto de 1896, en el momento de entrar a banderillear un toro de la Labor de Guadalupe, que estaba entablerado y tapándose; la cogida fue tan grave que a los 2 meses o sea el 9 de octubre de 1896, el Manchado falleció en el Hospital Civil de Durango después de muchos sufrimientos, tanto físicos como morales, por la incorrecta conducta que hacia él tuvo el pésimo matador de toros (¡?) Ponciano Díaz; quien no obstante haber sido su compañero durante muchos años, le dejó abandonado sin recursos de ningún género, a tal grado, que si no hubiese sido por el banderillero Braulio Martínez, Moreno, ni para el entierro hubiese habido. El Manchado tenía cerca de 45 años de edad (había nacido más o menos en 1851 o 1852) y como 25 años de torero; entró a la compañía de circo de los hermanos Perea cuando aún no tenía 20 años; los Perea abandonaron los ejercicios ecuestres y se dedicaron a la tauromaquia, haciendo lo mismo Carlos López y figurando después en las cuadrillas de José de la Luz Gavidia, Antonio Díaz Laví, Bernardo Gaviño, Gerardo Santa Cruz Polanco y Ponciano Díaz.


La imagen original recoge a toda la cuadrilla de banderilleros y “topadores” con los que se hizo
acompañar Ponciano Díaz en 1885. A la izquierda aparece Carlos López.
SOL Y SOMBRA. SEMANARIO TAURINO NACIONAL del 19 de abril de 1943.

El Manchado fue muy castigado por los toros, tenía veinticinco cogidas, de las cuales ocho fueron de importancia, en cuanto a apreciación de su trabajo. Dice el redactor que no publicamos su retrato porque el único que pudimos conseguir, había sido hecho hace algunos años y tenía muy poco parecido; para terminar daremos a conocer el parte facultativo de la herida que le causó la muerte.

Una nota más, incluida en El Toreo. Semanario Ilustrado, fuente a la que me remito, dice así:
UNA BAJA.-El banderillero Carlos López (a) el Manchado, amigo del matador de toros Ponciano Díaz, falleció el nueve de este mes en la ciudad de Durango. Hace algún tiempo, poco que la cuadrilla de Díaz de la que era banderillero "el Manchado", fue a lidiar a la plaza de toros de Durango y en una de las primeras corridas, una res alcanzó al banderillero, al Manchado, hiriéndole tan gravemente que se dijo había muerto al siguiente día del percance. No fue así, pero el funesto desenlace se retardó solamente sin evitarse, y la cama que la caridad tiene para el enfermo, en el hospital fue el lecho mortuorio del lesionado torero. El olvido habría entristecido más los últimos instantes del Manchado, si sus compañeros no le hubieran prodigado, generosamente, los consuelos y atenciones de la amistad. La cuadrilla de Camaleño, reemplazó a la ausente familia del herido diestro. La miseria habría también asomado su repugnante cara si el altruismo del valiente torero apodado "El Moreno" no hubiera sufragado los gastos de entierro del finado lidiador. El Moreno le compró un lujoso ataúd y una fosa en el panteón de Durango.


Aquí tienen ustedes a Carlos López, retratado en peculiar tarjeta de visita de la época, y donde el
gabinete fotográfico montó, como telón de fondo algún improvisado telar con el que se completaba el
significado estético de la imagen. (Ca. 1885-1890). Col. del autor.

La humanitaria conducta de "El Moreno", ha demostrado una vez más que el oficio de lidiador de toros no implica la ausencia de elevados sentimientos y que la filantropía, la caridad, son propias de almas bien templadas cualquiera que sea la profesión u oficio que se ejerza. Por el contrario, diremos que el rasgo de "El Moreno" sin dejar de ser meritorio y elogiable, no es raro entre los toreros y si, por fortuna, muy frecuente. Más de una vez y sin cansarse, gastan en auxilio del compañero herido, el dinero que ganaron arriesgando la vida y si hay algunos que no proceden con esa liberalidad son menospreciados. Entre esas excepciones está por desgracia nuestro compatriota Ponciano Díaz. Ni un auxilio, ni un recuerdo prodigó al compañero herido, el torero mexicano; su conducta preñada de incomprensible egoísmo parece aunque no es necesario, que se propuso realzar más la noble y desinteresada de "El Moreno". El jefe de "El Manchado", el que tenía si no estricto deber más lazos de intimidad que le obligaran a socorrer al desgraciado subordinado, no volvió a recordar de él abandonándolo sin recursos pecuniarios. Prescindamos de mezquindades que consternan e indignan y digamos lo que fue en su vida torera el finado diestro. Banderillero basto, sin ningún adorno, tenía seguridad en la suerte cuando entraba al cuarteo y banderilleaba por ambos lados. Conocía la índole de las reses, y no estorbaba en el coso, corriéndolas bien y colocándolas debidamente para que entraran los compañeros. Era de gran vigor en las piernas y bregaba sin demostrar cansancio. No fue un torero de valía pero tampoco, aunque no todos lo conceden, una nulidad y su mediano valer era acrecentado por su modestia, por su cariño a los compañeros y por la humildad con que siempre acató los fallos del público.
Fuente: El Toreo. Semanario Ilustrado. México, lunes 19 de octubre de 1896, N° 3 y también el N° 4 del lunes 26 de octubre de 1896.

José del Rivero “Fierabrás”, Director y Propietario de la publicación que ahora sirve para contar con la mayor cantidad posible de datos al respecto de este desgraciado percance, fue un furibundo antiponcianista, seguramente por el hecho de que la publicación coincide en los momentos de la mayor y más notoria decadencia del diestro de Atenco, quien además venía desarrollando una torpe actividad de empresario por esos años, que junto a su pérdida de popularidad hicieron que la fórmula de desprecio se dejara notar con fuerte carga crítica, al grado de que en todos los números de ese semanario nunca hubo una página dedicada para mostrar alguna efigie de Ponciano. Más bien, sólo se le dedicaron juicios críticos, denuestos, cuestionamientos y hasta una caricatura que daba cuenta de sus empeños que lo llevaron por el camino de la desgracia. La herida y muerte de Carlos López fue el detonante para desatar todos los más conceptos antiponcianistas que fueran posibles, dejando en evidencia su falta de solidaridad, y en el fondo de todo esto, aquello que Pablo Neruda decía en uno de sus célebres poemas, como si quisiera decírselo al propio Ponciano: “…estás como ausente”.
Fuente:
https://ahtm.wordpress.com/2013/07/03/la-desgracia-de-carlos-lopez-el-manchado/

RAFAEL RODRÍGUEZ "MOGINO" (XXXX - 1896)

El 30 de julio de 2014 recibí una amable carta de don Rafael Gómez Lozano, quien mantiene en la Red, para beneplácito de los aficionados a la más bella de las fiestas, el frecuentado Blog Enciclopédico: "Toreros Mexicanos", y quien me hace llegar de su hemeroteca, la digitalización de la revista ilustrada "Pan y Toros", No 21, del 24 de agosto de 1896, publicada en Madrid y preservada por la Biblioteca Nacional de España y donde anotan que Rafael Rodríguez "Mogino" falleció en Córdoba, España, el 17 de agosto de 1896.- A las 10:30 de la mañana falleció en Córdoba el excelente banderillero Rafael Rodríguez "Mogino", de la cuadrilla de "Guerrita", víctima de la grave dolencia que le aquejaba, a consecuencia de haberle pisado horriblemente, al caer saliendo de clavar un par, el toro "Regalado", de la ganadería de Udaeta, jugado en cuarto lugar en la tarde del 31 de mayo de 1891. La vida torera de Rafael Rodríguez "Mogino" es bien conocida de todos los buenos aficionados. Nació en Córdoba, y era hijo del antiguo banderillero Francisco Rodríguez "Caniqui", organizador de la célebre cuadrilla de niños cordobeses, en la que diera un puesto a su citado hijo y a su buen amigo e inseparable compañero en excursiones nocturnas a los corrales del matadero de su ciudad natal, Rafael Guerra "Guerrita". Desde los primeros momentos, tanto el uno como el otro pusieron de relieve las excepcionales cualidades que les adornaban para ocupar un lugar preferente entre los buenos toreros. Los aficionados que vieron trabajar á la citada cuadrilla en la plaza de los Campos Elíseos por los años de 1877 á 78, aún recuerdan con fruición por su elegancia y arte para banderillear al Mogino. Disuelto aquel célebre plantel de notables lidiadores, Rafael Rodríguez toreó como banderillero al lado de diferentes espadas, entre los que recordamos á Bocánegra, el Gallo y Manuel Molina, acabando de consolidar el buen nombre que había adquirido. Sin formar en cuadrilla alguna definitiva siguió hasta el 29 de Septiembre de 1887, en que al tomar la alternativa "Guerrita" entró á formar parte de la que eligiera. Una vez en ella, se distinguió entre sus compañeros en la suerte de banderillas, y con especialidad en la de sesgar, que dominó como pocos, y ejecutó con tal arte y valentía, que hacia levantar á los públicos, alcanzando entusiastas ovaciones. Sus energías las amortiguó la cogida de referencia, minando poco á poco su vida, no obstante en ocasiones, haciendo un supremo esfuerzo, se mostraba el banderillero de la buena escuela, el que practicaba con lucimiento todas las suertes de parear, y que era una especialidad en la difícil y precisa del sesgo, antes citada. A principios de la temporada del corriente año el mal había tomado tal incremento, que le fue preciso abandonar el ejercicio de la profesión, y dedicarse á poner en práctica cuanto la ciencia le aconsejara para ver de atajar los estragos de la enfermedad. Todo fue infructuoso. A los pocos días de haber regresado de los baños, le sorprendió la muerte, acaecida en la fecha indicada. De todas veras sentimos el fallecimiento del notabilísimo banderillero cuyo nombre figurará siempre entre el de los de primera fila, y enviamos á su familia nuestro más sentido pésame. Los funerales y la conducción al cementerio del cadáver del célebre banderillero "Mogino" han tenido lugar el día 18, y han sido una verdadera manifestación de duelo. Los funerales se celebraron en la iglesia parroquial de Santa Marina, presidiendo el duelo en representación de Guerrita un hermano de éste. En la conducción del cadáver llevaban las cintas amigos íntimos del difunto en representación de la familia y del Club Guerrita. Sobre la carroza veíanse gran número de coronas, entre las que llamaban la atención las de la esposa de "Mogino", la de "Guerrita" y la del "Club Guerrita". El cadáver fue inhumado en el panteón de la familia. Descanse en paz el notabilísimo y célebre banderillero Rafael Rodríguez (Mogino).