EMILIO RUIZ "LAGARTIJITO" (XXXX - 1890)
Un 30 de Marzo de 1890 se suicida el novillero Emilio Ruiz "Lagartijito" a consecuencia del fracaso que había obtenido en su actuación en Madrid
Fuente:
http://www.mediaveronica.com/Curiosidades-del-Toreo_es_23.html
http://www.cultoro.com/Noticias/17551/debuta-picadores-cordoba-fernando-cepeda-1986
Fuente:
http://elpais.com/diario/1996/08/14/madrid/840021854_850215.html
En la revista "Los Toros", No 37 (publicada en Madrid, el 20 de enero de 1910)/ Sección Averiguador Taurino (página 21) citan que: "durante 1890 debutaron en Madrid los novilleros: Juan Antonio Cervera el 9 de marzo; José Rogel (Valencia) el 23 del mismo mes; Emilio Ruiz "Lagartijito", el 30, y Manuel Comeche "Espartero de Valencia" y "Bonarillo", el día 24 de agosto". (Fin de la Nota), con lo que se invalida la fecha de fallecimiento del 30 de marzo de 1890 que manejan varios cronistas en sus efemérides taurinas, siendo más veraz la información que provee el diario "El País".
Fuente:
http://www.bibliotecavirtualmadrid.org/bvmadrid_publicacion/i18n/catalogo_imagenes/grupo.cmd?path=1032353
El 19 de marzo de 2020 recibí un correo electrónico del emérito cronista hidrocálido don Pedro Julio Jiménez Villaseñor conteniendo un recorte de añosa revista española que reza:
Hoy, hace años, un desdichado 30 de marzo de 1890 para cerrar la primera temporada de novillos del año 1890, organizó la Empresa en la plaza de toros de Madrid una función para el día 30 de marzo, anunciando cuatro toros defectuosos de Aleas que debían ser estoqueados por José Rodríguez (Pepete), el segundo diestro de este fatídico apodo, y Emilio Ruiz (Lagartijito), nuevo en la plaza de la corte. Desde los primeros pasos que dio el novel torero pudo verse que había errado la vocación. Torpe en todos sus movimientos, el capote de Pepete le libró de un serio disgusto. El primer toro que debía matar Emilio Ruiz, llamado "Bordador", colorado, ojo de perdiz y mogón del izquierdo, fue retirado al corral por orden del presidente, don Gustavo Morales, después de haber demostrado el debutante el más completo desconocimiento del toreo. En el bicho que cerró plaza vio también salir los mansos y por no retirarse al estribo la presidencia le impuso una multa.
Al propio tiempo fue multada la Empresa por haber presentado tal lidiador, contra el que se desató el público a naranjazo limpio.
Después de aquel fracaso vagó el pobre Emilio Ruiz por Madrid triste y agobiado por el recuerdo.
Al poco tiempo, entró una noche en un café de la calle ancha de San Bernardo, cenó, escribió dos cartas y se descerrajó un tiro en la sien derecha, quedando muerto en el acto. La detonación produjo el consiguiente sobresalto en la concurrencia. Rodaron vasos, copas y botellas. Pasado el primer momento de estupor, vióse rodeado por numerosas personas el cadáver del infeliz suicida, en el que fue pronto reconocido el fracasado torero del 30 de marzo.
Así acabo sus días aquel desdichado que quizá en ensueños había llegado a forjarse la ilusión de gozar de la gloria y de la fortuna.