MARTÍN ARIAS ALGAR "EL VELONERO" (1830 - 1867)
Refiere el acreditado cronista y Dr. Juan José Zaldívar Ortega, en la pagina 53 de su obra “Los poderosos Toros de Ayer…”, << que la feria de abril Sevillana abre el año 1867, con una de sus corridas, en la fue lidiado el toro “Cardenillo”, de don Anastasio Martín, que tomó 18 puyazos y mató ocho caballos. El 21 de abril en Madrid fue corrido “Fanteoso”, de don Rafael José de Concha y le fracturó la clavícula izquierda a Cayetano Sanz. En la misma fecha señalada, murió el picador, Martín Arias Algar “El Velonero”, en Zaragoza. “Pintado”, de la dehesa de don Cipriano Ferrer, de Pina de Ebro (Zaragoza), le dio una tremenda caída, dando con la cabeza tan fuerte golpe en el estribo de la barrera, que le causó la muerte; sin embargo, otro cronista asegura que el toro se llamó “Peluso”, retinto."
Don Juan José de Bonifaz Ybarra, el escritor e historiador taurino, refiere de ésta víctima de la fiesta, que << no alcanzó nombradía en su profesión el cordobés, de Lucena, Martín Arias Algar (el Velonero), quien, al participar en el festejo celebrado en Zaragoza el 21 de abril de 1867, fue desmontado por el astado “Pintado”, de la ganadería aragonesa de Cipriano Ferrer, chocando su cabeza con el estribo de la barrera. El deceso se produjo poco más tarde al ser trasladado al cercano Hospital de Nuestra Señora de Gracia. "
El historiógrafo taurino Juan José Zaldívar Ortega consigna en otro de sus libros, llamado: "Víctimas del Toreo"- Apartado de Picadores (Página 80), que Martín Arias Algar (el Velonero), picador de toros, nacido en Lucena (Córdoba) el (15-08-1830), falleció el (21-04- 1867), cuando contaba 37 años de edad. Empezó trabajando en algunas plazas andaluzas, presentándose en Madrid el año 1865. En esta plaza y en la de Barcelona toreó los dos años siguientes. El citado día 21, toreando en Zaragoza un toro, de nombre "Pintado", de Cipriano Ferrer, de Pina de Ebro (Zaragoza) sufrió una tremenda caída, dando con la cabeza tan fuerte golpe en el estribo de la barrera, que le causó la muerte. Otros cronistas aseguran que el astado se llamó "Peluso", de pelaje retinto. El (01-09-1889) fue lidiado en Barcelona otro astado llamado "Peluso" -otros dicen que se llamó "Culebro"-, de don Cipriano Ferrer, que tomó ocho varas y mató dos caballos. Un aficionado que le había cuidado en los corrales, se arrojó al ruedo llamándole y se marchó tras él.