MANUEL CASANOVA CARRERA (XXXX - 1961)

Cortesía de
http://periodicosregalo.blogspot.mx/2013/10/revista-el-ruedo-1944-1977.html

El 18 de agosto de 2014, recibí una amable carta del historiador taurino Rafael Gómez Lozano, quien mantiene en la Red el Blog taurino "Toreros Mexicanos", donde me hace llegar la digitalización de unas efemérides de 1961 del autor A.A.M., publicadas en la revista "EL Ruedo", número 911, del 7 de diciembre de 1961, quien refiere.- Septiembre 29 de 1961: En un accidente de automóvil ocurrido en las cercanías de Almansa, encuentran la muerte el director de "El Ruedo"(de 1947 a 1961), don Manuel Casanova Carrera, y su esposa, doña Marina Gómez Oliveros, resultando gravemente heridos sus hijos Rafael y María. Ilustre escritor y político, el señor Casanova había sido también director de la revista "Marca" y de otras publicaciones, Gobernador civil de Toledo y Jefe del Sindicato Nacional del Espectáculo (tomando parte activa y ejecutiva en las reuniones que trataban los asuntos internos del toreo).


Foto de Doña Marina Gómez Oliveros
Cortesía del historiador Dr. José Colino Martínez

JUAN BELMONTE GARCÍA "EL PASMO DE TRIANA" (1892 - 1962)

Juan Belmonte García (a la derecha) posa junto a su amigo,  José Gómez Ortega “Joselito o Gallito”, en la Plaza de Murcia en mayo de 1920, en la cumbre de “La Época de Oro del Toreo”

Nació en Sevilla, en la calle Ancha de Feria en 1892. Su padre regentaba una humilde quincallería y, por cambiar de suerte, se fue a vivir al barrio de Triana.  Cuando empezó a ser mocito, llegaron los torerillos,  que  no tenían otro norte confeso que restaurar la tauromaquia de Antonio Montes, único matador respetable y al que, naturalmente, ninguno había visto torear. De noche, se iban a las dehesas, apartaban algún novillo y lo toreaban con su chaquetilla a la luz de la luna. Como los mayorales no podían con ellos se hizo cargo la Guardia Civil. Pero estos trianeros imposibles se atrevían hasta con la Benemérita. Nadie creía en él, salvo Calderón, un banderillero del “Espartero”, que fue su padrino en las tertulias sevillanas.


 Tras un disparatado debut en Elvas, pudo, a trancas y barrancas, empezar a torear con nombre propio o prestado, en sustituciones granujientas, cuando por fin se coló en una novillada de la Maestranza, le echaron los dos novillos al corral. Ante el segundo, tras sonar el tercer aviso, tiró la espada, se hincó de rodillas, acercó la cara al testuz de la fiera y se puso a gritarle: " ¡Mátame! ¡Mátame!". El animal, mucho más prudente que el novillero, se volvió a los corrales sin mancharse las astas. Tras un invierno de desolación, trabajando como jornalero pudo volver a empezar desde abajo, en Valencia, y allí, derrochando un valor temerario, hacerse un hueco en la Fiesta. Desde Valencia, su nombre iba asociado al “Hule” y a la “Pálida”, esto es, a las cornadas de apariencia fatal. No era Belmonte un torero tremendista sino, según el público más entendido, simplemente suicida.

Belmonte no admitía derechos de propiedad dentro del ruedo, ni a humanos ni a fieras. Esa fue su revolución. Lo demás fue valor, arte y un magnetismo especial para los públicos. Sólo le faltaba un rival y lo encontró en el torero más perfecto que ha dado hasta hoy la Fiesta: José Gómez “Gallito”, o “Joselito”. La rivalidad entre “Joselito” y Belmonte, que marca “La Edad de Oro del Toreo”, no fue una casualidad. José era una criatura portentosa con la ferocidad de la juventud, el duende de una dinastía, y el dominio de la técnica nunca visto. Era altanero, valeroso, soberbio, apolíneo. Tenía que tropezarse con su envés: el oscuro, el pobre, el enfermo, el que sólo podía poner frente al toro su infinita capacidad de morir. Y ese era Juan. Tan fatal era ese duelo que el primer día en que Belmonte triunfó en Sevilla quisieron sus enloquecidos partidarios hacerle pasar el puente de Triana no en hombros, que era poco para el semidiós, sino en andas, como “El Cachorro” en Semana Santa. Heroicamente resistió un cura el intento de robar las andas, amenazando de excomunión a los sacrílegos y, cuando al fin consiguió su propósito, rezongó: ¡Si por lo menos hubiera sido Joselito!".



Desde 1914 España se divide entre “Gallistas” y “Belmontistas”. Con ambos llega un nuevo concepto de la tauromaquia, la creación de grandes plazas -como la Monumental de Las Ventas, impulsada por Joselito- y el acercamiento de los intelectuales a la Fiesta, mérito de Belmonte, que desde novillero se aficionó al trato de Valle-Inclán, Pérez de Ayala, Romero de Torres y otros artistas taurófilos.  A veces, Belmonte se quedaba a dormir en el estudio de Solana o de Vázquez Díaz, a sus anchas entre libros y cuadros. Y no era una pose. Cuenta Josefina Carabias que Paco Madrid, compañero de las primeras capeas, le aseguró que junto a la espuerta con el utillaje taurino llevaba siempre otra llena de libros: "Un torero más leído y más bañado no lo ha habido ni lo habrá jamás".

Con el dinero y la gloria llegaron los contratos para América, llenos de aventuras increíbles en el México de la revolución o en la Lima encantadora y colonial, que le recordaba a Sevilla,  y en la que encontró esposa, aunque muy flaca para los gustos de entonces. ¿Cogidas? Todas. Pero la peor fue la de Joselito. Habían llegado José y Juan a ser grandes amigos. Del mismo modo que José acabó toreando en los terrenos de Juan, y Juan aprendiendo la técnica de José, aunque con limitaciones físicas, sus dos personalidades se fueron hermanando. Viajaban juntos en el tren y se cambiaban de vagón al llegar a las estaciones, para no defraudar. “Joselito”, que lo tenía todo, era muy desgraciado en amores. Enamorado de una muchacha de la aristocracia andaluza, el padre se negaba a consentir su matrimonio con el torero. José llegó a dar clases para leer mejor y mejorar su letra pero todo era inútil. También estaba harto del público, que se había cansado de verlos triunfar juntos y ganar dinero. El día antes de su muerte, torearon en Madrid y “Gallito” le dijo a Belmonte que debían retirarse, porque así no se podía torear. Juan estaba de acuerdo. Fue una tarde horrible. José canceló la corrida madrileña del día siguiente y se fue a torear a Talavera. Allí le esperaba la muerte.
Belmonte murió con él. Luego se retiró dos veces, rejoneó, tuvo cortijo, ganado y millones. Envejeció lentamente, entre Madrid, Sevilla, y su finca de Utrera. De vez en cuando se le veía en "Los Corales", con sus gafas negras, hablando poco y del tiempo. Tenía en la boca la tristeza de la muerte que fue de otro. Con 70 años, en edad provecta, semi-jorobado, desquijarado pero poseedor de una ganadería, fincas y una fortuna envidiable,  se enamoró sin esperanzas de una rejoneadora colombiana muy joven de nombre Amina Asís, quien no le correspondió en querencia. La tarde del 8 de abril de 1962, salió a pasear a caballo, arreó el ganado, contempló el ocaso, volvió a la casa, subió a su habitación, y se pegó un tiro.

Reposa en paz don Juan Belmonte García, "el Pasmo de Triana", en el célebre cementerio de San Fernando de Sevilla, España, que fue inaugurado en 1852, y que guarda celosamente los restos de los afamados toreros : Manuel García Cuesta "El Espartero" (1865-1894); Joselito "El Gallo", "el Rey de los Toreros" (1895-1920); Francisco Vega de los Reyes "Gitanillo de Triana" (1904-1931); Ignacio Sánchez Mejías (1891-1934); Francisco Rivera "Paquirri" (1948-1984) y Manuel González Cabello (1929-1987). Curiosamente casi todos los difuntos enunciados, sepultos en tierra Santa Sevillana, con excepción hecha de don "Manolo González", fallecieron de alguna forma, de modo violento, lo que habla de su entrega y temperamento.


Tumba de don Juan Belmonte García
http://joseayaso.blogspot.com/p/cementerio-de-sevilla.html

MANUEL MUÑOZ FALCÓN " LEBRIJA CHICO " (XXXX - 1962)

Solo para efectos ilustrativos
Alcalá de Guadaira (Sevilla
Cortesía del Sitio Web: http://www.ciao.es 

Había intentado Manuel Muñoz Falcón (Lebrija Chico) el triunfar como espada, y al no conseguir sus propósitos actuaba como puntillero en corridas que se celebraban en cosos andaluces. En la que tuvo lugar el 22 de abril de 1962 en Alcalá de Guadaira (Sevilla) resultó herido de gravedad al intentar dar el cachete a un novillo, y a resultas de las lesiones recibidas falleció el siguiente 7 de agosto en la ciudad de la Giralda. (Fuente: Crónica de don Juan José de Bonifaz Ybarra de su obra “Víctimas de la Fiesta”- Capitulo 5 (Puntilleros), Página 181).

El ilustre y finado cronista, don "José Alameda" lo considera en su obra "Crónica de Sangre" publicado por Editorial Grijalbo en 1981, al referir que " un puntillero conocido como LEBRIJA III, recibió mortal cornada el 22 de abril de 1962 en la plaza de Alcalá de la Guadaira. "

En el segundo Anuario Taurino que amablemente me envió el cronista Rafael Gómez Lozano (Dientefino) anotan que el 7 de agosto de 1962 fallece Manuel Muñoz (Lebrija III), de profesión puntillero en Alcalá de la Guadaira por cogida de un toro de la ganadería de Diego Garrido.

En el semanario gráfico de los toros "El Ruedo", número 965, del 20 de diciembre de 1962, página 27, anotan en las efemérides de ese año, que en agosto 9, MUERE LEBRIJA CHICO.-A los dieciocho años de edad, en Sevilla, murió el puntillero «Lebrija Chico» a consecuencia de la fractura de la medula espinal, sufrida cuatro meses antes en la Plaza de Alcalá de Guadaira, al resultar cogido por el novillo que iba a apuntillar.

LORENZO LUCENA BALMACEDA (1936 - 1962)

Cortesía de
José Antonio Román Romero

Novillero nacido en Écija (Sevilla) el 10 de agosto de 1936, y que falleció el 8 de agosto de 1962. En 1961 fue el triunfador del festejo del Bolsín Taurino Mirobrigense. Falleció a consecuencia de un percance sufrido cuando toreaba en la Plaza de Toros de Santa Cruz del Valle (Ávila), y donde el toro en una voltereta le quebró la columna vertebral. Contaba con 26 años de edad y su muerte ha causado gran sentimiento en la ciudad, donde era muy apreciado. Era hermano del también novillero Luis Lucena. (Fuentes: Diario ABC  de Sevilla España; don Juan José Zaldívar Ortega)


Cortesía de
José Antonio Román Romero

Abundando sobre la tragedia el “Diario La Vanguardia” del día 9 de agosto de 1962 refiere << Madrid: Ha fallecido en el  Sanatorio de Toreros, el novillero Lorenzo Lucena, de 21 años de edad, natural da Ecija (Sevilla). Cuando toreaba en Santa Cruz del Valle (Ávila), como único matador, en una corrida sin picadores, fue volteado aparatosamente por un novillo, el segundo de la tarde. Lorenzo Lucena recibió al caer, de cabeza, un fuerte golpe rompiéndose la columna vertebral. Inmediatamente fue trasladado al Sanatorio de Toreros donde falleció a poco después de ingresar. Era  hermano del también novillero Luis Lucena y había actuado solamente en novilladas sin picadores. Los restos mortales de Lorenzo Lucena serán trasladados hoy a Écija (Cifra) "

El erudito, Juan José de Bonifaz Ybarra refiere que << como único espada estuvo anunciado el ecijano Lorenzo Lucena Balmaceda para dar muerte a dos reses de la divisa de Buendía Hermanos, el 8 de agosto de 1962, en Santa Cruz del Valle (Ávila). Triunfa, con corte de oreja, en su primer enemigo y es volteado por el otro, cayendo en mala posición y fracturándose la espina dorsal. Se le envía al madrileño Sanatorio de Toreros, donde ingresa ya sin vida. "

Cita el historiador taurino José Antonio Román Romero en su Blog Taurino en Internet "De Hombres, Toros y Caballos",que, Lorenzo Lucena Balmaseda, matador de novillos, nacido en Écija (Sevilla) el (10-08-1936), del que don José María de Cossío dice no tener noticia de que llegara a intervenir en festejos de categoría. El (08-08-1962) actuó como único espada en la Plaza de Toros de Santa Cruz del Valle (Ávila), para estoquear reses de Buendía Hermanos. Cortó una oreja a su primer enemigo, pero tuvo la desgracia de ser volteado en su segundo, con tan mala fortuna que, al caer de cabeza, se produjo la fractura de la columna vertebral a la altura de la cuarta vértebra cervical. Se le trasladó inmediatamente al Sanatorio de Toreros de Madrid, donde ingresó ya sin vida, cuando contaba 26 años de edad.

FIDENCIO MATA CORTÉS (1922 - 1962)

Fidencio Mata
Hemeroteca de don Rafael Gómez Lozano
http://torerosmexicanos.blogspot.mx/

Matador de novillos mexicano, nacido en La Peñuela (Estado de Querétaro) el 20 de noviembre de 1922, y que falleció el 8 de septiembre de 1962, a los 40 años de edad, a consecuencia de la mortal cogida sufrida en la Plaza de Toros de Tlanepantla (Edo de México), por el toro, de nombre “Señorito”, de la ganadería mexicana de don Ernesto Cuevas, que le seccionó la yugular. Desde la temporada de 1937, en que por primera vez viste de luces, actuó casi únicamente en festejos de escasa importancia, sin haber conseguido realizar progresos estimables en su profesión. (Fuente: Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega, de su obra “Víctimas del Toreo”)

Por su parte el ilustre cronista español, don  Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de este lidiador, que << al reaparecer como matador de novillos Fidencio Mata Cortés, nacido en La Peñuela (México), tras varios años de actuaciones como banderillero, encontraría la muerte al ser corneado en el cuello, con sección de la yugular, por el astado “Señorito” de la vacada de Ernesto Cuevas, el 8 de septiembre de 1962, en la localidad mexicana de Tlanepantla. "

Don Rafael Gómez Lozano refiere de este desventurado personaje de la fiesta en su Blog en Internet "Toreros Mexicanos" que Fidencio Mata Cortés, fue un matador de novillos que nació en La Peñuela, Querétaro, el 20 de noviembre de 1922. Se vistió de luces por primera vez en Tepeji del Río, Hidalgo, el 16 de septiembre de 1937, para salir de banderillero en la cuadrilla de un novillero de nombre Encarnación Pérez. Se presentó como novillero en la Plaza de toros "El Toreo de la Condesa" el 21 de octubre de 1945, matando un séptimo novillo de La Laguna, en festejo en que partieron plaza Bonifacio García "Yoni", Nacho Pérez y Ramón López. Se presentó en la Plaza de toros México el 26 de julio de 1947. Alternó con Luis de la Sota, Juan Vela, Alfonso Reyes Lira, Roberto Marín y Eduardo Olguín "El Fantasma" con novillos de Torreón de Cañas. Ya estaba retirado de los ruedos cuando asistió, en calidad de auxiliar, a un festival de aficionados prácticos en Tlalnepantla, Estado de México. Al salir de un par de banderillas, perseguido por el astado de nombre "Señorito", de la ganadería de Ernesto Cuevas, tropezó y recibió una gravísima cornada que le seccionó la yugular. Falleció allí mismo, ese 8 de septiembre de 1962.
Fuente:
http://torerosmexicanos.blogspot.mx/search/label/Fidencio%20Mata

JOSÉ TAMARIT GARCÍA (XXXX - 1962)

Solo para efectos ilustrativos

Plaza de Toros de Játiva (Valencia)

Cortesía del Sitio Web: http://www.interempresas.net

En un hospital valenciano falleció, el 18 de septiembre de 1962, el aficionado José Tamarit García, herido por un novillo al saltar éste al callejón de la plaza de toros de Játiva (Valencia). (Fuente: Don Juan José de Bonifaz Ybarra, de su obra “Víctimas de la Fiesta”, Capítulo7, Página 199)

RAUL MACÍAS << EL QUEMAO>> (XXXX - 1962)

Solo para efectos ilustrativos
Cuadrilla de Niños Toreros
http://www.opinionytoros.com/reportajes.php?Id=20

Me cuenta el bienquisto erudito taurino mexicano, don Rafael Gómez Lozano (Dientefino), en una carta que me amablemente me envió el 4 de noviembre de 2010, para colaborar en la mejora de esta humilde cronología biográfica ilustrada de tragedias taurinas, que del difunto niño torero Raúl Macías, sólo ha encontrado el párrafo en que de él se ocupan los escritores Ignacio Solares y Jaime Rojas Palacios, en su libro "Las Cornadas" publicado en 1981, donde refieren: << Y hablando de niños, consignamos aquí que el chamaco Raúl Macías, integrante de la “Cuadrilla Infantil de Aguascalientes”, que dirigía Jesús Alonso, murió el 25 de noviembre de 1962, a causa de los golpes que recibió en el vientre propinados por un becerro. En esta cuadrilla, figuró en un tiempo el hoy famoso matador Eloy Cavazos." (Página 299). >>

Raúl Macias, "el Quemao", formó parte de la reconocida "Cuadrilla de Niños Toreros de Aguascalientes" que con mucho esfuerzo y carencias entrenaba y sostenía don Jesús Alonso Martínez. Don Jesús y sus hermanas Malenita e Isidra, eran verdaderos Ángeles de la Guarda de todo aquel "maletilla" que se acercaba por Aguascalientes, que al igual que Juanita Acosta nunca los desampararon ofreciéndoles cobijo y alimentos.
Fuente:
Crónica de don Pedro Julio Jiménez Villaseñor
http://www.noticierotaurino.com/nota.asp?IDNOTA=232

El docto historiógrafo taurino, don Luis Ruiz Quiroz, quien pareciera traer equivocado el nombre de ésta víctima de la Fiesta, refiere en sus leídas efemérides que le publican en la página de Internet Campo Bravo México, de la Asociación de Criadores de Toros de Lidia, que: "El 25 de noviembre de 1962 muere en Aguascalientes el becerrista Manuel (en vez de Raúl) Macías, por cornada recibida semanas antes en Tampico". Que grandeza de cronista, que aún en el error me ilustra.

BALTASAR MORANTE DIEZ (XXXX - 1962)

Cortesía de
http://fotosorizabamariofabela.blogspot.com/2008/05/fotografias-antiguas-de-orizaba.html

Refiere el historiógrafo taurino (LRQ) en las efemérides de la página de Internet Campo Bravo-México, de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia (ANCTL), que el 10 de febrero de 1962, se suicida en la ciudad de Orizaba, estado de Veracruz, en México, don Baltasar Morante Diez, uno de los socios-dueños de la plaza de toros de ese lugar. (El Toreo de Orizaba, que posteriormente tuvo que ser demolida a consecuencia de los daños del temblor de 1973).

En esta plaza, “El Toreo de Orizaba”, inaugurada en 1945, sólo se tuvo un percance mortal, precisamente en su año de apertura, el fallecimiento de Cenobio Esparza, picador que al darle un tumbo un toro de la ganadería de Carlos Cuevas, sufrió estallamiento de vísceras.
Fuente:
http://www.skyscrapercity.com/showthread.php?p=44977334

RAMÓN OLLEROS (XXXX - 1962)

Solo para efectos ilustrativos

“La postrimería de un aristócrata”

Obra del excelso pintor sevillano Justo G. Girón

Don Ramón Olleros, Alcalde de Béjar (ciudad castellana del sudoeste salmantino) y buen aficionado a la fiesta de los toros, muere en accidente de tráfico el 8 de diciembre de 1962. Hacia 1961, D. Ramón Olleros, decide restaurar “La Ancianita” (plaza de toros inaugurada en 1711) por hallarse en ruinas. Elimina definitivamente el callejón y arregla la presidencia y tendidos para dar festejos.

Fuente:

http://www.escaleradelexito.com/Salidas_asp/Noticias/noticiasTaurinas.asp?Numerador=3978

SILVINO ZAFÓN RODRÍGUEZ " NIÑO DE LA ESTRELLA " (1908 - 1963)

Cortesía de Don Andrés Verdeguer Taléns
(http://cornadasparatodos.blogspot.com) 

Torero de mérito heróico que se hacía anunciar “Silvino Rodríguez” porque éste era su segundo apellido, y en verdad que no era manco el hombre cuando actuaba como novillero, pues además de valiente toreaba con buen arte cuando daba con ganado de dócil condición. Por eso toreó de 25 a 30 funciones en cada una de las temporadas de 1932 a 1935. El 16 de mayo de 1937, durante el período rojo, tomó una alternativa de ocasión en la plaza Monumental de Barcelona, con “Pedrucho” de padrino, Jaime Noain de testigo y toros de Pellón. Su presentación en Madrid como novillero se había efectuado, en una función nocturna sin caballos, y acompañado de Eliseo Capilla, el 28 de junio de 1930. Terminada la guerra volvió a las filas novilleriles, pero ya no tuvo la circulación de antes. Se borró su nombre, se perdió su pista y no se supo nada más de él hasta que la prensa dio cuenta de que había muerto a consecuencia de un accidente de automóvil, en Orange (Francia) el 14 de marzo de 1963. Había nacido en La Estrella (Teruel) el 12 de septiembre de 1908. (Fuente: Crónica de don Abel Murillo Adame/ http://www.historiadeltorero.com).

Refieren otros distinguidos estudiosos de la vida de este torero << que en la Guerra Civil formó parte de un batallón de toreros republicanos, que toreó en Madrid con Juanita Reina (también republicana), y que después de la guerra estuvo preso. " Joan 

Por su parte el respetado cronista español, don Rafael González Zubieta (El Zubi), refiere que " Silvino Zafón el Niño de la Estrella, era natural de Estrella, una aldea de Mosqueruela (Teruel), donde nació en 1902. A los 12 años se traslada a Barcelona donde aprende la profesión de panadero. Allá fue donde se envenenó del ambiente taurino y donde aprendió a usar la capa y la muleta. Torea como novillero en Vinaroz en 1928 anunciándose como Silvino Rodríguez. Tras unos años toreando por los pueblos debuta en Madrid el 28 de junio de 1930, alternando con Eliseo Capilla. Su carrera como novillero va ascendiendo en actuaciones y va toreando en las principales plazas españolas. En 1936 forma parte de la junta directiva de su Asociación presidida por Marcial Lalanda, teniendo junto a los demás un fuerte protagonismo en el "pleito con los toreros mexicanos". Toma la alternativa el 16 de mayo de 1937 en Barcelona, ya metidos en plena guerra civil, de manos de Pedro Basauri Pedrucho, con ganado de Pellón y alternando de testigo Jaime Noaín. Toreó dos corridas mas en Barcelona y pasa a incorporarse a la 96 Brigada entrando en combate en el frente de Teruel, donde al parecer tuvo el grado de comisario político. Al acabar el conflicto armado vuelve a su profesión pero ya no le reconocen la alternativa que tomo en 1937 en Barcelona y regresa al escalafón de novilleros. Reaparece el 8 de junio de 1939 en la plaza de las Arenas de Barcelona, pero su estrella como torero se va apagando paulatinamente a causa de la marginación que los públicos y empresarios le someten por haber participado en la guerra en las filas republicanas. En 1945 es detenido por colaborar con el maquis de las provincias de Teruel y Zaragoza. En 1947 es puesto en libertad y torea en la plaza de Linares. Decide finalmente emigrar a Francia presionado por los servicios secretos españoles, donde fija su residencia aunque sigue vinculado al mundo taurino. Muere en Orange en un accidente de moto el 14 de marzo de 1963 cuando contaba 54 años. " Fuente: http://rafazubi52.blogspot.com/2010/05/republica-guerra-civil-y-toros-v.html


Cortesía de don Rafael González Zubieta, "el Zubi"

Don Israel Márquez Ruiz, publicó en el Blog "El Patio de Mamá", que un 14 de marzo de 1963 Silvino Zafón "Niño de la Estrella" falleció en accidente de tráfico conduciendo una mobylette en Orange (Francia), fue enterrado en Arlés. Nacido en La Estrella (Teruel) el 12 de septiembre de 1908 debutó como novillero en Vinaroz el año 1928. Se presentó en Madrid el 28 de junio de 1930, alternando con el valenciano Eliseo Capilla. La temporada de 1932 fue la más pródiga en cuanto a novilladas toreadas a lo largo de su carrera, sumó 31 festejos. El 16 de mayo de de 1937 Pedro Basauri Paguaga "Pedrucho" le dió la alternativa en Barcelona, como testigo actuó el gallartino Jaime Noaín González, con toros de Pellón. Tan solo fueron dos las corridas de toros que toreó tras el doctorado, acabada la contienda civil retornó a las filas novilleriles.

JOSÉ MONTÍN DÍAZ (XXXX - 1963)

Solo para efectos ilustrativos

Valverde del Camino (Huelva) España

Cortesía del Sitio Web: http://www.devalverde.es

Un novillo de la ganadería de Rincón infirió mortal cornada al empleado de la plaza de toros de Valverde del Camino (Huelva) José Montín Díaz, en un festejo celebrado en tal ciudad en el mes de septiembre de 1963. (Fuente: Don Juan José de Bonifaz Ybarra, de su obra “Víctimas de la Fiesta”, Capítulo7, Página 199)

Fuente: Don Juan José de Bonifaz Ybarra, de su obra “Víctimas de la Fiesta”, Capítulo7, Página 199.


Momento en que ingresaban a la clínica al herido ante la curiosidad de las gentes.
Semanario Gráfico de los Toros "El Ruedo"
Fotos Almeida y Roque

Refieren en el Semanario Gráfico de los Toros "El Ruedo", número 1007, del 10 de octubre de 1963, página 12. "Entierro de un mozo de plaza#.- Ya en nuestro número anterior nos hicimos eco del trágico suceso. E1 mozo de la Plaza de Valverde del Camino, don José Montin Díaz, resultó alcanzado por un toro de don Francisco Rincón, y tan mala fue la cornada, que José falleció a las pocas horas, a pesar de los esfuerzos de la ciencia por salvarle. Ahora nos llegan tres estampas del drama de Valverde, un drama que puso en conmoción al pueblo entero, entre el que José Montin tenía grandes cariños. El toro que corneó de muerte al mozo se llamaba "Carmencillo".


Caetano matando a "Carmencillo", toro al que cortó las dos orejas y el rabo.
Semanario Gráfico de los Toros "El Ruedo"
Fotos Almeida y Roque.

Fuente:
Don Rafael Gómez Lozano
http://torerosmexicanos.blogspot.mx/

JOAQUÍN PALOMAR (XXXX - 1963)

Solo para efectos ilustrativos

Municipio de Agustín Codazzi, Departamento del Cesar, Colombia

Cortesía de http://agustincodazzi-cesar.gov.co

Matador de novillos, tal vez colombiano, cuyo nombre aparece por primera y única vez en carteles de la Plaza de Toros de Codazzi, en Colombia, que en la temporada de 1963, actuando como tal, recibió una cornada en el cuello, con rotura de la arteria carótida, a consecuencia de la cual falleció. (Fuente: Crónica de d. Juan José Zaldívar Ortega, de su obra “Víctimas del Toreo”.)

 

En la obra del erudito español d. Juan José de Bonifaz, “Víctimas de la Fiesta”, refiere que << en fecha indeterminada del año 1963 fue mortalmente herido en el ejercicio de su profesión torera el novillero colombiano Joaquín Palomar. El hecho tuvo lugar en el municipio de Codazzi, de su patria natal. "

JOAQUÍN TORRES (XXXX - 1963)

Solo para efectos ilustrativos

Poblado de Villanueva, Departamento de Casanare, Colombia

Cortesía del sitio Web: http://www.villanueva-casanare.gov.co

Novillero colombiano, cuyo nombre no es registrado por don José María de Cossío, del que sólo tenemos la referencia de su trágica muerte en la temporada de 1963, cuando actuaba como tal en la Plaza de Toros de Villanueva (Colombia), debido a que uno de sus enemigos le infringió una mortal cornada en la ingle, con rotura de la femoral y grandes destrozos en la zona. (Fuente: Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega, de su obra “Víctimas del Toreo”.) 

FRANCISCO MOLINA MARTÍNEZ << EL FRASQUI >> (1882 - 1963)

http://wikanda.cordobapedia.es/wiki/Archivo:El_Frasqui.jpg

Francisco Molina Martínez "El Frasqui" nace en Córdoba el 7 de noviembre de1882 en el Barrio del Matadero Viejo. Hijo de famoso banderillero Juan Molina Sánchez , sobrino de Rafael Molina Sánchez "Lagartijo" y hermano del Rafael Molina Martínez "Lagartijo Chico". Siguió la trayectoria torera de la familia al incorporase en 1898 en la Cuadrilla de Niños Cordobeses con el nombre de "Lagartijillo" en la que también formaba parte como banderillero Manuel Rodríguez Sánchez "Manolete" (Padre), presentándose ambos en Barcelona el 27 de agosto de 1899 con novillos de Flores. Al desaparecer la cuadrilla, "El Frasqui" intento seguir en solitario, pues tenía facilidad en la suerte suprema, pero no le acompañaba el mismo estilo en el capote y muleta, por ello decide dedicase al arte de las banderillas incorporándose a las órdenes de su hermano "Lagartijo Chico", al fallecer éste, fue admitido en la cuadrilla de su paisano y compañero "Manolete". "El Frasqui" no pudo alcanzar la fama de sus familiares en el arte del toreo, pero llevó la sangre de los "Molina" durante toda su vida. Se le veía de mayor en su barrio -al regentar un estanco en la taberna Casa Paco Acedo- como un auténtico clásico del torero unido al casticismo cordobés, llegando a formar tertulia con antiguos colegas y amigos -entre ellos el Marqués del Cucharón, otro clásico cordobés- en dónde contaba anécdotas de la familia torera y de aquel mundo tan particular de la tauromaquia como fue el siglo XIX y principios del XX. Fallece en Córdoba el 25 de enero de 1963 a consecuencia de haber sido atropellado por un automóvil.

Fuente de la crónica:

http://wikanda.cordobapedia.es/wiki/Francisco_Molina_Mart%C3%ADnez_%22El_Frasqui%22

SEBASTIÁN GIL HERNÁNDEZ (1927 - 1963)

Solo para efectos ilustrativos
Cogida en un festejo taurino de Ciudad Rodrigo
Cortesía de don Juan Tomas Muñoz Garzón

El 11 de julio de 2014 recibí una amable carta del docto periodista e investigador español Juan Tomas Muñoz Garzón donde me cuenta: "Vuelvo a ponerme en contacto con usted para darle cuenta (ver nota editorial anexa) de una nueva víctima del toreo, una cogida ocurrida durante las fiestas tradicionales de 1963 -Franco prohibió que se utilizase el vocablo carnaval durante su dictadura- en Ciudad Rodrigo. Se trata del mirobrigense Sebastián Gil Hernández, que fue cogido por un toro en el desencierro del ganado en la tarde del Domingo de Carnaval, 24 de febrero de 1963, falleciendo el 3 de marzo siguiente, como consecuencia de la fractura de la base del cráneo que le provocó el morlaco en la avenida de Foxá. Le adjunto también una fotografía de la época, una cogida en un festejo taurino de Ciudad Rodrigo a efectos de ilustración, así como la portada del folleto que se confeccionó con motivo de estas fiestas. Agradeciéndole de nuevo sus atenciones, reciba un afectuoso saludo. Juan T. Muñoz."


Folleto de Fiestas de 1963 en Ciudad Rodrigo
Cortesía de don Juan Tomas Muñoz Garzón

SEBASTIÁN GIL HERNÁNDEZ
(19/02/1927 – 03/03/1963)

La tragedia se presentó en la tarde del Domingo de Carnaval, 24 de febrero de 1963. Se acercaba el desencierro y Sebastián Gil Hernández, natural de Ciudad Rodrigo, jornalero de 37 años, acompañado de Álvaro Hernández –conocido por Bernadé-, un albañil de 61 años con el que mantenía buena relación, a la sazón arrendador de la Huerta de la Esperanza –ubicada en la margen izquierda de la carretera a Sanjuanejo, a la altura de la Huerta del Piojo, en donde tenía su domicilio Sebastián-, enfilaban la vía que ese mismo año se había dedicado al escritor falangista Agustín de Foxá, ambos camino de sus respectivas moradas. También con el propósito de ver, no sabían muy bien desde dónde, el paso de los toros en el desencierro. Sebastián, según refieren las diligencias judiciales 1 , iba alegre, espiritoso por los abundantes caldos trasegados durante la densa jornada carnavalesca, tal vez para soportar y encarar los sinsabores de una vida conyugal que habían trascendido. Por eso Álvaro estaba pendiente de lo que pudiera hacer Sebastián, intentando que no se expusiera al peligro visto el estado que presentaba.

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1 ARCHIVO HISTÓRICO PROVINCIAL. Expedientes judiciales de Ciudad Rodrigo, núm. 22/63: Lesiones que sufre Sebastián Gil Hernández al ser alcanzado por una res en la tarde de ayer (24 de febrero de 1963), instruido por el juez Hilario Muñoz Méndez.

Dámaso González, responsable de la comisaría de Policía de Ciudad Rodrigo en aquel momento, explica en el atestado realizado sobre el particular que Álvaro Hernández vio los “dos toros que bajaban hacia la avenida o carretera donde ellos se hallaban, en vista de lo cual se ocupó rápidamente de apartarse de la carretera por donde aquellos habían de pasar y ayudó a Sebastián Gil a subir a la pared del patio posterior de las escuelas, ya que el Sebastián Gil no se hallaba en condiciones adecuadas para hacerlo por sí, por encontrarse en visible estado de embriaguez; conseguido su propósito de subir ambos a la citada pared junto a la cuneta de la carretera, pasó en el acto el primero de los toros, pero no así el segundo, que se retrasó un poco por llamarle la atención, como es costumbre, el público que le seguía. No obstante, también este toro llegó a la altura donde los dos amigos se encontraban y cuando apenas había pasado por delante de ellos, el Sebastián Gil se bajó de la pared y como el toro le viera, se volvió y arremetió contra él en la cuneta de la carretera… 2” Algunos detalles más, con ciertas aunque menores discrepancias, ofrece la versión que dio Juan Antonio Martín, de 62 años de edad. Declaró este militar retirado en las diligencias abiertas por tal suceso que “la tarde del domingo 24 del pasado mes de febrero estuvo viendo el desencierro del ganado que se había lidiado por la tarde y a continuación se marchó para su casa y al llegar a la boca de la calle de San Pelayo con la avenida de Foxá, donde hay unas angarillas para que no pueda pasar el ganado, se quedó hablando con una vecina contándole que en El Registro, sitio conocido en la Puerta del Conde, un hombre se había caído y decían que si se había matado, el cual era vecino de Alamedilla; que a los pocos momentos pasó Sebastián Gil Hernández en compañía de Álvaro, conocido por Bernadé, siendo aquel criado suyo (mejor dicho, rentero), el cual iba un poco alegre ya que durante las fiestas siempre se hace algún exceso. Que acaban de pasar, cuando se oyó ruido de que venía más ganado y efectivamente vieron dos toros ya por la avenida de Foxá, viendo cómo Álvaro se subía a la pared de las Escuelas Graduadas [de San Francisco] y el Sebastián saltaba por uno de los portillos pasando los toros, pero debido sin duda a que uno de ellos era de casta y lo habían metido en la plaza enjaulado, no sabía la salida. El caso es que como todo el mundo lo llamaba, se volvió nuevamente por la avenida y al bajar nuevamente se arrimó a la pared y, quizá, cosa que desconozco por la distancia que había, el Sebastián pudo llamar al animal. El caso es que lo sacó de donde estaba, cayendo al suelo, arremetiendo

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2 Ibidem

contra él mismo el toro y lo lanzó contra la pared, dándose un fuerte golpe en la cabeza; que seguidamente volvió el animal a darle, metiéndole el cuerno por debajo de la chaqueta, rompiéndole esta, así como una de las mangas, que se quedó el toro en las astas, y debido a lo resbaladizo del terreno, el toro se cayó, teniendo el Sebastián uno de los brazos junto a las manos de la res; que como el toro no hacía nada por levantarse, se arrimó el declarante en unión de otras personas, recogiendo al herido, pasándole por la pared para evitar que el toro pudiera hacer algo más con el Sebastián. Que cree no ha habido culpa o imprudencia por parte de ninguna persona3 ”. El percance se produjo sobre las seis y cuarto de la tarde. Después de apartarlo del toro, Sebastián Gil fue evacuado en grave estado a la clínica del doctor Francisco Pérez Fernández, en donde quedó ingresado a las siete de la tarde. El diagnóstico era de suma gravedad, al apreciarle el facultativo una fractura en la base del cráneo. El juez Hilario Muñoz ordena instruir diligencias y hace un requerimiento al médico forense –también el doctor Pérez Fernández- para que “tan pronto como esté en condiciones de ser oído Sebastián Gil Hernández lo ponga en conocimiento del juzgado, como asimismo se encargue de la asistencia facultativa o inspección del mismo dando partes de su estado cada cuarto día o antes si necesario fuese hasta su completa curación en que proceda emitir el correspondiente informe de sanidad4 ”. El 28 de febrero, cuatro días después de la cogida, el médico forense comunica que “el lesionado sigue gravísimo. Tiene una hemiplejía izquierda y ha sido necesario trepanarle5 ”. Continúa, lógicamente, sin poder declarar. El 2 de marzo el Dr. Pérez Fernández informa que “dado el estado de extrema gravedad del lesionado Sebastián Gil, a petición de los familiares ha sido trasladado a su domicilio a las 13 horas del día de la fecha6 ”. Al día siguiente, a las siete y media de la mañana, falleció el herido. Poco después, tras conocer el desenlace, se presentaría en el domicilio del finado, en la Huerta de la Esperanza, la comisión judicial para certificar su muerte: “En una habitación se encuentra el cuerpo de un hombre sobre una cama, de 35 o 40 años de edad, en posición de cúbito supino, vistiendo una camisa verde a rayas y sin que presente herida externa alguna salvo en la nariz, teniendo vendada la cabeza”, refiere la instrucción. Además de la comisión judicial, estuvieron presentes “en este acto D. Juan Antonio Martín Vicente, mayor de edad, viudo, militar retirado y vecino de

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3 Ibídem. Declaración realizada el 4 de marzo.
4 Ibídem.
5 Ibídem.
6 Ibídem.
6 Ibídem.

aquí; [y] D. José Manuel Plaza Curto, mayor de edad, casado, labrador y vecino de La Encina, [quienes] previo juramento que hicieron en legal forma, manifestaron que el cuerpo que tenían a la vista correspondía en vida a quien se llamó Sebastián Gil Hernández, nacido en esta ciudad el 19 de febrero de 1927, hijo de Francisco y Victoriana, casado con Rafaela Cruz Cortés y sin que tenga descendencia7 ”. Se procedió al levantamiento del cadáver. Su esposa Rafaela, que contaba con 34 años de edad y también era vecina de Ciudad Rodrigo, declara ante el juez que “no sabe nada sobre cómo ocurrieron los hechos de la muerte de su esposo, más que lo que le han contado, sin que crea haya habido culpa por parte de nadie8 ”. El juez ordena la práctica de la autopsia el 4 de marzo a las 10 de la mañana. Tardan 30 minutos en realizarla e informan que la causa de la muerte es “fractura de la base del cráneo”. El informe, firmado por el doctor Pérez Fernández, refiere que “se trata de un hombre de 35 a 40 años, estatura baja, delgado, vistiendo pantalón de paño oscuro, calzoncillo blanco, camisa verde a rayas, calcetines oscuros y zapato negro. Le cabeza está vendada y al quitar dicha venda se aprecia en la región temporal una herida quirúrgica en forma de colgajo, cuya base está a nivel del pabellón auricular. Esta herida está suturada con puntos entrecortados. En esta región se observa también erosiones y un fuerte hematoma que se extiende a región parpebral de dicho lado. Desprovisto de vestiduras, se abrió la cavidad craneana, apreciándose una fractura en la base del cráneo y un gran edema de meninges y masa encefálica con salida de abundante exudado serosanguinolento. En la región intervenida se observa una trepanación de unos tres centímetros de diámetro. En la cavidad torácica y abdominal, nada digno de mención, si no es la intensa anemia que presenta9 ”. El cadáver de Sebastián Gil Hernández fue inhumado en el cementerio de Ciudad Rodrigo “en una fosa que dista de la pared este 153 metros, la del oeste, 58; la del sur, 167, lindando con el norte con la pared19 ”.

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7 Ibídem.
8 Ibídem.
9 Ibídem.
10 Ibídem.

PABLO BAOS Y COVARRUBIAS "EL SORDO" (1887 - 1963)

Cortesía de
Don José Antonio Román Romero

Refiere el historiador contemporáneo José Antonio Román Romero en su Blog en Internet: "De Hombres, Toros y Caballos", que a Pablo Baos y Covarrubias, el alegre y craso banderillero; se le designó siempre con el sobrenombre de "Sordo" con absoluta propiedad, pues, como diría cualquier personaje de un sainete de Arniches, tiene dañada "la trompa de Ustaquio", y nunca percibió bien los sonidos.

Nació en Villaviciosa de Odón (Madrid) el 6 de abril de 1887, y como cuando solamente contaba seis meses se trasladaron sus padres hasta la capital donde se crió y vivió siempre por madrileño neto puede pasar quien cuenta, con una historia tan intensa como pintoresca. Al ofició de zapatero le dedicaron los autores de sus días, así que estuvo en edad de empezar a ganarse la vida; pero al hacerse mocito empezó a sentir odiosos el tirapié y la lezna, al mismo tiempo que se aficionaba al capote de torear y a tomar parte en todas aquellas capeas a las que podía concurrir. ¡Pa chasco que no lo hiciera! y si podía tomar parte en las faenas camperas de algunas ganaderías próximas a los Madriles, no se quedaba en casa, pues todo lo que fuera hallarse en el ambiente taurino ganaba en absoluto su voluntad., colocado en tal pendiente, y dispuesto a ser torero, vistió por primera vez el traje de luces en Alcalá de Henares, el 29 de junio de 1905, como banderillero de Eduardo Albasanz "Bonifa", en una novillada en la que éste y Antonio García, "Covadonga", estoquearon reses de don Félix Sanz.

En el invierno siguiente marchó a Río de Janeiro, donde tomó parte en algunas funciones, que no cobró, y esta falta de pecunia le puso en trance de aguzar el ingenio de manera tan sutil, que el mismísimo Lázaro de Tormes hubiera envidiado sus recursos, hasta que, para poder regresar a España, hubo de alistarse como peón en un barco. Situado otra vez en Madrid, después de tal aventura, toreó con quien pudo y cuando hubo ocasión de hacerlo, hasta que en el año 1908 obtuvo una plaza de banderillero en la cuadrilla de "Saleri" (Juan Sal), el buen torero madrileño; pero como éste toreaba muy poco, cuando solamente llevaba tres corridas a sus órdenes cambió de matador y pasó a servir a Tomás Alarcón, "Mazzantinito", que también era de Madrid, y toreaba bastante más que "Saleri", porque era más decidido y seguro al matar. Otro espada madrileño fue su tercer jefe, Antonio Boto "Regaterín", a cuya cuadrilla perteneció en 1910; después toreó suelto algunos años, y no le faltaron corridas, debido a que, además de ser un buen banderillero del lado derecho, sabía distinguirse como peón duro y valiente, sin finuras, es cierto, pero eficaz en todas sus actuaciones.

En el año 1914 ingresó en la cuadrilla de Vicente Pastor, con quien estuvo hasta que éste se retiró en 1918; seguidamente se enroló con "Cocherito de Bilbao", y al abandonar éste la profesión, "El Sordo" no tuvo matador fijo hasta que trabajó a las órdenes de Pablo Lalanda, exceptuando los años 1926 y 1927, durante los cuales lo hizo a las de Rafael "El Gallo". Su permanencia en la cuadrilla de Vicente Pastor fue la consolidación de su prestigio, el cual era ya considerable desde la tarde histórica del 10 de julio del año 1910, cuando "Bienvenida" se encerró en la Plaza de Madrid con seis toros de Tréspalacios y no pudo matar más que dos por haberle herido gravemente el tercero. El sobresaliente, "Celita", hubo de estoquear cuatro; en tal ocasión, "El Sordo" banderilleó en unión de "Bienvenida" al toro causante del percance, llamado "Viajero", y acompañado de "Recalcao" el sexto, de nombre "Fanfarrón", y tanto clavando rehiletes como bregando se distinguió tan notablemente, que fue objeto de grandes y frecuentes ovaciones. Once viajes realizó a América, y como nunca pasó inadvertido al andar por el ruedo, fue muy conocido de los públicos de México, Perú y Venezuela.

Tres percances graves se registran en su historia taurómaca, a saber: El 27 de agosto de 1912, toreando en Almería a las órdenes de "Relampaguito", le cogió un astado de González Nandín y le produjo una herida en el pecho. El 5 de enero de 1913, en Lima, un toro de Celso Vázquez le infirió una cornada en el muslo derecho, en la que hubieron de darle 27 puntos de sutura. Y el 9 de octubre de 1936, obligado a tomar parte en un festival celebrado en Almadén, sufrió una cornada gravísima que exigió larga curación, percance ocasionado por un novillo de Pablo Romero. Locuaz, vivo, muy despierto y con mucha simpatía personal, los años que ejerció la profesión y lo mucho que corrió dotáronle de grandes conocimientos. A un hombre tan inteligente como él, sus andanzas por el mundo le prestan un arsenal de recursos de todo orden para hacerse notar en todas partes, y "El Sordo" se hizo un filósofo a su manera. Archivo de anécdotas y de sucedidos en los que fue actor, si graciosos en sí, parecen mucho más narrados por él, y a veces dijérase que es un personaje arrancado de una de las novelas picarescas de nuestros clásicos, como Hurtado de Mendoza, Mateo Alemán, Cervantes, Quevedo y Espinel, autores que no se hubieran desdeñado escribiendo de Pablo Baos y Covarrubias. Aunque, en este orden, quizá tenga lugar más adecuado en "Sobremesa y alivio de caminantes", de Juan de Timoneda. Concurrente bastante asiduo a la tertulia que, el famoso empresario don Eduardo Pagés tuvo establecida en cierto café madrileño. Murió el 13 de Febrero de 1963, en un accidente fortuito, al resbalar en la calle en suelo nevado.

JESÚS PÉREZ "RONDEÑO" (XXXX - 1963)

Solo para efectos ilustrativos
Obra del afamado pintor de Santander,
Miguel Macaya

Me comenta don Rafael Gómez Lozano, el historiador que mantiene en la Red el Blog enciclopédico "Toreros Mexicanos", que ha leído en el semanario gráfico de los toros "El Ruedo", del 3 de enero de 1963, número 967, página 17, sobre un novillero español muerto en Alemania. Se trata de Jesús Pérez "Rondeño", joven aragonés que probó fortuna como novillero, marchó a Alemania para trabajar allí durante el invierno. En Frankfurt fue arrollado por un vehículo en la vía pública y falleció a consecuencia de las heridas. Descanse en paz.

ENRIQUE HERNÁN "KIRI" (XXXX - 1963)

Refieren en el semanario gráfico de los toros "El Ruedo", número 1004, del 19 de septiembre de 1963, página 9, "El Kiri" ha muerto.- El pasado domingo, a un kilómetro de Colmenar Viejo, fue víctima de un mortal accidente de circulación, el novillero, Enrique Hernán "Kiri". La motocicleta era conducida por el infortunado novillero, que se dirigía a Madrid, acompañado de su amigo el doctor don Manuel Marina, con objeto de asistir a la novillada en la que tomaba parte su paisano, Agapito García "Serranito". El vehículo resbaló, saliendo despedido el muchacho, con tan mala fortuna, que en la caída se fracturó la base del cráneo. Trasladado urgentemente a Colmenar Viejo, de donde era natural y residía, murió a las siete de la tarde, sin haber recobrado el conocimiento. La muerte del "Kiri", muy estimado por la afición taurina colmenareña, donde contaba con una Peña de más de trescientos socios y de la que eran presidentes honorarios, don Carlos de Larra (q. e. p. d.) y don Ricardo García "K-Híto", ha causado una profunda impresión. Su bondad y simpatía le convertían en hombre muy querido por todos sus paisanos. Su acompañante, felizmente, sólo sufrió heridas diagnosticadas de carácter leve. A Enrique Hernán, no le sonrió la suerte. Dotado de condiciones para ser torero, no consiguió torear en la Monumental de Madrid, que era su máxima ilusión, a pesar de haber actuado cuatro veces en Vista Alegre. Su carrera, dura, como la de la mayoría de los toreros comenzó por los pueblos de la Sierra. Su toreo, recio y viril, dotado de una fuerte personalidad, sobresalió, y en el mes de septiembre de 1958, toreaba por primera vez con picadores en la feria de su pueblo. Alternaban con él Curro Montes y Paco Medina. Su triunfo fue completo y en los dos toros le otorgaron las orejas y el rabo. El 16 de agosto del año siguiente, hizo su presentación en la plaza de Vista Alegre, en compañía del venezolano Sergio Díaz y el alicantino Roberto Camarasa. Su debut no pudo ser más prometedor. Cortó oreja en sus dos novillos y fue llevado a hombros hasta el Puente de Toledo. Repitió tres veces más en el mismo ruedo, sumando nuevos trofeos. El año siguiente, inexplicablemente, toreó poco. Pero no se desanimó y continuó en la brecha. El "Kiri" tenía una meta fija: torear en el coso de las Ventas. Colmenar Viejo, tierra de toros, no había dado nunca toreros. Enrique fue el primero. Su aparición fue el germen de la promoción que saldría posteriormente. Poca fortuna ha tenido Enrique. Ha caído lejos de los ruedos. Precisamente, cuando se proponía presenciar la actuación de un paisano suyo en Madrid. Lo que él no había conseguido. Su máxima ilusión. Descanse en paz. (F. S. A.)


Enrique Hernán "Kiri" en su debut con picadores en la Plaza de Colmenar Viejo

Fuente:
Don Rafael Gómez Lozano
http://torerosmexicanos.blogspot.mx/

JESÚS FLORES (1930 - 1963)

Cortesía de D. Rafael Gómez Lozano
http://torerosmexicanos.blogspot.mx/search/label/Jes%C3%BAs%20Flores

Refiere el escritor e historiador Héctor Budar Martínez en su libro "Final sin Gloria"-Doscientos Años de Historia, de Jesús Flores, que, fue un matador de novillos que nació en la ciudad de México, D.F., el 29 de mayo de 1930. Muy joven comenzó a dejarse ver por la antigua plaza del Toreo, donde gracias a su carácter afable y simpático se ganó el aprecio de los toreros que diariamente iban a entrenar a dicho coso. Pronto tuvo la fortuna de ser invitado a una tienta en la ganadería tlaxcalteca de Piedras Negras, donde pudo demostrar que el tipo que echaba toreando de salón, también lo hacía en los tentaderos y capeas por el Estado de México y Morelos. El 12 de octubre de 1947 se ciñó el primer terno bordado en la ciudad de Chilpancingo, Gro., con ganado de media casta, actuando en Puente de Vigas, Tlalnepantla y la Morena en varios festejos sin caballos. En 1948 toreó su primera novillada picada en el Rancho del Charro de la ciudad de México con buen éxito, esto le permitió torear dos fechas más en dicho coso, sin que esto le permitiera una campaña continuada por lo que marchó al sureste donde permaneció varios meses, logrando ser un importante protagonista en la temporada de 1951, en el Circo Teatro Yucateco de la ciudad de Mérida, Yucatán. El 7 de septiembre de 1952 hizo su debut en la Plaza México con un novillo de regalo que salió en séptimo lugar. Fue tal su éxito con capote y muleta que lo repitieron el siguiente domingo, con Alfredo Leal y el español "Frasquito" de alternantes y novillos de Miguel Franco, sin que pudiera repetir el éxito anterior. Posteriormente marchó al Perú, donde permaneció varios años y en 1958 todavía recibió una nueva oportunidad en el coso de Insurgentes, sin que ésta le redituara los dividendos esperados. En diciembre de 1963 ya sin aspiraciones taurinas regresó de una fiesta a su domicilio y al estar acostado descansando, prendió un cigarro que al quedarse dormido, éste cayó al colchón incendiándolo sin que el torero despertara, cuando reaccionó, solo fue para dar unos cuantos pasos hacia la puerta que no logró abrir, para caer muerto por asfixia. Fue así como este novillero que tuvo un buen comienzo, encontró un final sin gloria.

Cita el también historiador taurino y amigo, D. Rafael Gómez Lozano, en su Blog taurino en la Red "Toreros Mexicanos", que, Jesús Flores Quintero, fue un matador de novillos, que nació en San Luis Potosí, SLP, México, el 23 de diciembre de 1930. Se presentó en la Plaza de toros México el 7 de septiembre de 1952. Lidió un séptimo novillo de la ganadería de don Heriberto Rodríguez, el cual vio regresar vivo a los corrales tras escuchar los tres avisos. La tercia de esa tarde la formaron Antonio Gómez, Fernando Brand y José González "Fajerito", con novillos de doña Carmen González y Peñuelas. No obstante el fracaso, repitió en tercia al domingo siguiente alternando con Alfredo Leal y Francisco Sánchez "Frasquito" con astados de don Miguel Franco.

RICARDO MARTÍN LAFFITTE "TRASMONTES" (1908 - 1963)

Cortesía de D. José Antonio Román Romero

Ricardo Martin Laffitte nació en San Martín de Valdeiglesias, el 4 de noviembre de 1908, de padre madrileño y madre francesa, maestra. Del primer tercio de su vida sólo conocemos sus tempranas incursiones taurinas, de las que se cuenta con numerosos testimonios gráficos, en carteles y fotos, de actuaciones suyas como novillero en Salamanca (1930 y 1931) o Tetuán (1933 y 1935), donde torearía con Domingo Ortega y Vicente Barrera. Por el contrario, desconocemos cuándo llega a Jaén. Nos consta que era republicano y de izquierda, y que, por pertenecer a algún cuerpo de seguridad de la República -Agente de Vigilancia, según su libro de Familia-, es destinado a Jaén, en concreto a la Diputación, en los años precedentes a la guerra. Sería allí donde, al poco de comenzar ésta, conocería a Encarnación Barea Siles, la que sería su esposa, por un singular juego de coincidencias. Finalizada la guerra los datos se confunden; su hija me afirma que Ricardo es llevado a un campo de concentración a Francia. De hecho, la familia conserva numerosas "postales" enviadas desde allí. Sin embargo, su diversa procedencia (Perpignan, Toulouse, Burdeos, Marsella...) y el hecho de que en esos años de la postguerra nos consta que "Trasmonte" vuelve a los ruedos, toreando en muchas plazas del sur del país vecino, nos lleva a pensar que allí se encontraba sencillamente exiliado, refugiado. Resulta muy curioso leer en francés las reseñas relativas a sus faenas en tierra gala (En premier lieu, le vaillant matador Ricardo Martin Trasmonteavait á licher deux toros de l'ancienne race d. Salins...)


Cortesía de D. José Antonio Román Romero

Encarnación haría todo lo posible para que su marido volviera, sabía que era inocente y no había cometido delito alguno. Y sus gestiones dan el oportuno fruto. El 29 de junio de 1940 Ricardo le escribe desde Portbou: "Hoy llego a las 12 a nuestra querida España. Con esta fecha salimos para Figueras, donde nos tendrán hasta que Dios quiera, al llegar allí os pondré un telegrama". Martín Laffitte sería conducido al campo de concentración abierto en Algeciras, donde permanecería por algún tiempo. Una vez liberado viaja a Martos donde se encontraba su esposa, y aquí decide residir hasta el final de sus días. Curiosamente, como hemos podido ver, salvo en su época de prisionero en Cádiz, en todo su periplo vital está presente el Ricardo taurino. Su pasión por los toros.

Reanudó su contacto con los toros a partir de 1943, como banderillero, pero, obviamente, este trabajo/afición no era suficiente para sacar adelante a su familia, por lo que hubo de abrirse camino en otros campos. Durante mucho tiempo su principal fuente de ingresos fue una fábrica de capachos que tenía en su propia casa, en la calle Morería, donde llegó a tener contratadas hasta 20 personas. Más tarde vinieron duros momentos pues esta irregular actividad le propició duros reveses, por lo que se aventuró a la búsqueda de otros medios de sustento, como lo fue la representación comercial. Emociona ver sus agendas anuales, en las que, con preciosismo y minuciosidad, va registrando las faenas en las que interviene, fijando el día y la hora de la corrida así como la cuadrilla con la sale al ruedo. De hecho, "Trasmonte", que formaba parte de la cuadrilla de Gitanillo de Triana, uno de los matadores que toreaban en Linares junto con Manolete la aciaga tarde del 28 de agosto de 1947 en la que el toro Islero acabó con su vida, fue uno de los que portó su féretro cuando éste salía del Hospital de los Marqueses para ser llevado a Córdoba.

El cariño de la profesión queda también patente en las numerosas fotografías dedicadas por toreros, banderilleros o ganaderos que conserva su familia. Pero lo cierto es que fue ésta, pese a su honda pasión taurina, el verdadero objeto de sus desvelos. En opinión de Lita, su hija, una cornada mal curada, sufrida por su padre en la boca en sus últimos años de banderillero, fue el origen del cáncer que acabaría con su vida. Murió en Madrid, d 7 de abril de 1963, a los 55 años y, como no podía ser de otro modo, en el Sanatorio de Toreros.

Fuente:
Publicado por Blogger para De Hombres,Toros y Caballos el 12/27/2016
http://gestauro.blogspot.mx/

JULIO CÁNOVAS TORRES (1942 - 1964)

Solo para efectos ilustrativos

Capea nocturna en Ciudad Rodrigo (Salamanca), España

Cortesía del Sitio Web: http://ecodiario.eleconomista.es

En una capea, el 11 de febrero de 1964, en la localidad salamantina de Ciudad Rodrigo fue cogido mortalmente el aficionado murciano Julio Cánovas Torres. (Fuente: Don Juan José de Bonifaz Ybarra, de su obra “Víctimas de la Fiesta”, Capítulo7, Página 199)

El 9 de marzo de 2014 recibí una amable carta del docto periodista e investigador español Juan Tomas Muñoz Garzón, quien a la sazón nos dice: "Con motivo de la efeméride que se cumplía este año -el cincuentenario de la tragedia- escribí un artículo sobre la muerte de este torerillo albaceteño en lo que aquí se conoce como el Libro de Carnaval, una publicación anual que alcanza ya su número 35. Me permito adjuntárselo por si es de su interés, así como una fotografía del maletilla junto a otra del momento de la cogida. Todo ello, si lo considera conveniente, puede utilizarlo para su página".


Julio Cánovas Torres
De la hemeroteca de don Juan Tomás Muñoz Garzón

Cincuentenario de la trágica cogida de Julio Canovas Torres Muerte de un maletilla Por Juan Tomas Muñoz Garzón (Centro de Estudios Mirobrigenses)

Estos toros y esta plaza son para correr, para torear sin muleta; si acaso, con un pañuelo o un saco, que sirven para hacerse el propio quite cuando fallan las piernas. Pero no para dar naturales, como pretendéis vosotros. ¡Por amor de Dios, torerillos de mi alma, dejad estas fiestas para los mozos de Ciudad Rodrigo! Vuestro sitio no es esa Plaza Mayor cuajada de tablados y de historia. Allí no aprenderéis más que a escaparos y desconfiaros. O a morir1...

“Hablé con él por la noche. Le invité a unos vasos de vino y charlamos de toros. Me contó que le gustaba el toreo puro, conocía las suertes y venía desde muy lejos con la ilusión de dar unos capotazos, de verse con un toro de carne y hueso a dos palmos de su cuerpo. Volví a verlo en la plaza la tarde del lunes; era una más entre las mil muletas que buscaban al toro, y vi cómo era izado por los cuernos de un animal impresionante y cómo el quite de estas mil muletas llegaba tarde...”

Este párrafo fue escrito por Fernando Giles, redactor de la revista taurina El Ruedo, días después de la muerte del joven maletilla albaceteño Julio Canovas Torres2 . Había llegado a Ciudad Rodrigo como lo habían hecho otras decenas de torerillos, andando, con el ansia de pegar unos pases en la plaza de toros mirobrigense durante los festejos de Carnaval de 1964, que se desarrollaron entre el 8 y el 11 de febrero. Todos emulando a El Cordobés, referencia por sus orígenes modestos y el éxito alcanzado: jersey ajustado o chaquetilla, pantalones de pana y visera. Pero el anhelo del triunfo quedó cercenado de raíz. A Julio Canovas le esperaba la tragedia en la fatídica tarde del Lunes de Carnaval, dos días después de haber pisado de nuevo el albero mirobrigense.

La muerte, agazapada y disfrazada en un impresionante toro, le esperaba inopinadamente. Era el cuarto capeón. A las cinco y media de la tarde entraba, malherido, en la enfermería de la plaza. “No había quien le quitara de la cabeza la idea de los toros. Era como su obsesión”, recordaba su madre, Sacramentos Torres, en una entrevista que publicó el citado semanario taurino el 27 de febrero. “Déjalo, hijo. No es tan fácil ser torero. Tu familia siempre ha vivido del trabajo”, le repetía su madre. Su padre, Alfonso Canovas Romero, cantero de oficio, quiso también evadirle de su obsesión. Incluso hizo que le acompañase en vari

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1Recomposición de parte del artículo firmado con el seudónimo Farinato y que se insertó en la página 32 del número 1.026 de la revista taurina El Ruedo, de fecha 20 de febrero de 1964.
2Aunque en todos los documentos manejados figura este nombre, en realidad, como advierte el Registro Civil de Ciudad Rodrigo en una nota al margen del certificado de defunción, fechada en octubre de 2007 y a instancias de la propia madre de Julio Canovas Torres, el nombre correcto es Alfonso Julián Canovas Torres, nacido el 27 de mayo de 1942 en El Jardín, pedanía de Alcaraz (Albacete).

acompañase en varias campañas de recolección de frutas o vendimias en Francia. Rindió en su trabajo, pero la idea de ser torero, de triunfar en los ruedos, era una constante en sus pensamientos. Y a la menor oportunidad, aunque fuera en Francia, en Arlés en este caso, se tiraba al ruedo como espontáneo. “Era superior a sus fuerzas”, señalaba su madre entre sollozos. La afición le venía de lejos. A los 12 años ya se había tirado como espontáneo en una plaza portátil de Alcantarilla, localidad murciana en la que residía su familia, numerosa en miembros –nueve hermanos-. Recorrió infinidad de pueblos, buscando dar unos pases que le vistieran de gloria. Años de tapias, de tentaderos, de capeas... hasta que en 1964, con 21 años, recaló como otros tantos maletillas en Ciudad Rodrigo. Llegó andando, con la ilusión de robar unos pases a los morlacos del Carnaval rodericense. Era su última oportunidad antes de que, en marzo, tuviera que incorporarse a filas en una de las plazas soberanas del norte de África. Mientras llegaba el Carnaval, como había hecho en otras ocasiones, se dejaba ver por los ambientes taurinos, preferentemente en el café Moderno, en donde se rumiaba el mundo de los toros al socaire de la familia bolsinista. Incluso, como hizo en las vísperas del antruejo, no dejaba pasar la oportunidad de acudir a las fincas, a los tentaderos del Bolsín para hacer tapia a la espera de que el ganadero de turno les brindase una erala que les permitiera dar unos pases. Eso ocurrió, por ejemplo, el 7 de febrero en la placita de San Fernando, tres días antes de que sufriera la mortal cogida cuando quiso refugiarse en el amplio burladero de la parte de abajo del cuadrilongo mirobrigense. Las Fiestas Tradicionales de 1964 se habían abierto el día 8 con el ya entonces habitual festival taurino a beneficio del Asilo de Ancianos Desamparados y del Hospital de la Pasión. El cartel lo formaban Antonio de Jesús, Andrés Vázquez, Lugillano II, José Fuentes y el novillero Manolo Amaya. Decenas de maletillas estaban repartidos por las gradas en espera de la capea, pero también sopesando la posibilidad de tirarse al ruedo como espontáneos durante el desarrollo de la corrida. Así lo hicieron dos de ellos, que eligieron el toro que le tocó al diestro de Linares, José Fuentes. Uno logró escapar, pero el otro fue aprehendido por los municipales; cuando iban con él por el centro de la plaza, disfrazado, como otros muchos, de El Cordobés, llegó corriendo el torero linarense que, ofendido, se explayó dando al maletilla una patada en la entrepierna. Una acción, un gesto que fue reprendido por el público, como también lo hizo cuando Fuentes, incapaz de descabellar y apuntillar al toro en tiempo y forma y con rabia evidente, muerto ya el animal, le clavó la espada.

En la jornada dominical se asomó la tragedia. Entre las numerosas cogidas, dos fueron de gravedad. Una se produjo durante la prueba matinal: a las 12 de la mañana fue atendido en la enfermería de la plaza Eduardo José Moraleja Cuello, de 29 años y de profesión peón de albañil, natural de San José de Costa Rica, en donde nació el 14 de abril de 1934, y vecino de Ciudad Rodrigo, domiciliado en el barrio de San Isidoro, en el número 57. Fue cogido por el segundo toro de la mañana y, según las diligencias judiciales instruidas, se encontraba sentado en el tendido y en un momento determinado se tiró como espontáneo a la plaza. El parte médico, redactado por el doctor Manuel Fernández Pérez, explicaba que el atendido sufría una “herida por asta de toro de unos 25 cm de extensión en cara interna del muslo izquierdo, que secciona piel, aponeurosis, dejando al descubierto el paquete femoral que contusiona fuertemente, originando grandes destrozos en músculos sartorio y recto interno con gran hemorragia y shock traumático”. Fue trasladado al Hospital de la Pasión, en donde se recuperó de la grave cornada, al igual que ocurrió con Serafín Peralta Espinazo, nacido en Castillejo de Martín Viejo el 24 de agosto de 1937, localidad de la que era también vecino. De profesión jornalero, Serafín fue cogido en la novillada de la tarde, concretamente a las cinco y media. Se le observó y fue tratado de una herida por asta de toro en el tercio interior del muslo izquierdo, que penetra hasta la espina ilíaca interior superior, produciendo grandes destrozos musculares e intensa hemorragia. Su pronóstico, grave. Según informes periciales, Serafín se hallaba sentado en un burladero de la plaza, adonde había subido tratando de eludir el peligro; como tuviese las piernas colgando hacía la plaza, fue alcanzado por el asta del toro3...

Con estos antecedentes, se llegó a la jornada del Lunes de Carnaval. La mañana discurrió con normalidad, con los sustos acostumbrados y la algarabía general. En la novillada de la tarde participó Florencio Blázquez –más conocido posteriormente como Flores Blázquez-, quien había quedado triunfador de esta edición del Bolsín Taurino Mirobrigense entre los 60 aspirantes que participaron. Tras el festejo taurino se celebró un desfile de carrozas –se recuperaba en esta edición-, en la que solo participó la preparada por la peña U.M.O. (Unión de Maridos Oprimidos): “...una artística carroza de esa castiza agrupación, que, aparte su obligación ‘constitucional’ de empinar el codo en la bodega de El Rodeo, se ha creído este año con la de organizar este festejo, digno del mayor aplauso, como así se lo concedió el público. Precedida por tres elegantes charros a caballo y guiada por otro charro de categoría, como lo es Miguel Sánchez Arjona, marqués de Bayamo, representaba una boda tradicional de nuestra tierra, con su tamborilero y todo y hasta con el baile de novios e invitados sobre la plataforma rodante que les servía de escenario...”, escribía Jesús Huerta en el semanario local La Voz de Mióbriga. Acabó el desfile y tomaron protagonismo los capeones. La plaza volvió a llenarse de franelas. Decenas de maletillas, junto a los mozos locales, esperaban la salida de los toros. La capea discurrió de forma habitual, con los sustos acostumbrados. En Ciudad Rodrigo, el toro “es una disculpa para divertirse. Es el Toro de la Alegría que ‘hace hilo’ con un pueblo entero, y lo lleva y lo trae en una orgía de sustos y carreras que dura cuatro días”, explicaba un tal Farinato en la citada revista taurina El Ruedo. Pero a veces esa alegría vinculada al toro trueca en tragedia. Eso pasó con el cuarto capeón. Julio Canovas “se hallaba toreándolo y después de darle cuatro o cinco pases se cerró mucho en tablas y al no tener salida tiró la muleta, siendo entonces cuando el toro hizo por él4” , declaraba en el Juzgado de Instrucción Nº 2 de Ciudad Rodrigo Antonio Zapata Teruel, compañero del Julio Canovas, maletilla como él y además vecino de la misma localidad. El maletilla albaceteño buscaba el refugio del burladero. Había tirado la muleta pretendiendo encelar al toro. No lo consiguió. Llegó apurado al burladero de la parte de abajo de la plaza. No entraba un alfiler. El toro lo persiguió y le alcanzó con el pitón izquierdo en el costado. Lo levantó por encima del burladero, mientras que en el público se mascaba la tragedia, sabedor de la importancia de la cornada. La cogida no fue tan aparatosa como otras infligidas esa misma tarde o en los días anteriores. Pero las consecuencias se aventuraban dramáticas.

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3Archivo Histórico Provincial. Sección Juzgado de Instrucción de Primera Instancia Nº 2 de Ciudad Rodrigo, Dep. 9, sig 111. Sumarios 14, 15 y 16 de 1964, relativos a cogidas en los festejos populares del Carnaval mirobrigense. El número 14 corresponde a Julio Canovas Torres, al que se ha recurrido para varias informaciones recogidas en este artículo. Los marcados con los números 15 y 16 se refieren a las cogidas del Domingo de Carnaval.
4AHP. Expediente judicial citado.

El morlaco dejó malherido al torerillo. Sus compañeros le llevaron en volandas a la enfermería de la plaza. Allí esperaban los doctores Manuel Pérez Fernández, médico forense, y Pedro Lorenzo Brusi, médico titular. La gravedad de la cogida era evidente en la exploración inicial. El parte médico lo confirmaría después: “a las 5:30 de la tarde ingresó en la enfermería de la plaza de toros Julio Canovas Torres, de 21 años de edad, soltero y vecino de Alcantarilla (Murcia), con una herida penetrante en vientre a nivel de reborde costal izquierdo. Con anestesia general se le hizo una laparotomía media supraumbilical, apreciándose enseguida intensa hemorragia peritoneal. Se encontró una perforación en colon transverso y un desgarro de 5 cm en mesocolon que sangra abundantemente, penetrando después en la transcavidad de los epiplones, donde contusiona pared posterior del estómago y desgarra el páncreas. Su pronóstico es gravísimo y fue trasladado al Hospital de la Pasión, no estando en condiciones de ser oído5” ; es decir, no pudo declarar, contar su versión de lo ocurrido.
Por eso, el juez, Hilario Muñoz Méndez, ordena a la policía gubernativa y a la Guardia Civil que emita un informe. El más prolijo es el de la primera, firmado el 17 de febrero por el “principal jefe de la policía” –así se autodenomina-, Víctor Sevillano, quien expresa que “aproximadamente a las 17:30 horas del indicado día [10 de febrero], el citado lesionado Julio Canovas, al intentar refugiarse en el burladero de la parte baja de la plaza para librarse de la acometida de uno de los toros, no pudo penetrar de lleno en dicho burladero, siendo en aquel momento alcanzado por el toro, que le infirió una cornada. Seguidamente fue llevado a la enfermería de la plaza, en donde le fue apreciada una cornada en un costado, penetrando en el vientre. La intervención se prolongó hasta las 22:25 horas, en que fue ingresado en el Hospital de la Pasión. En cuanto a las circunstancias concurrentes en dichos hechos, cabe destacar la enorme cantidad de personas que se encuentran en el ruedo durante la celebración de las indicadas capeas, entre ellas gran cantidad de aficionados al toreo (maletillas) y otros muchos vecinos de esta ciudad, que les gusta estar en la plaza durante las capeas que se celebran, tanto en la mañana, las llamadas pruebas, como en las capeas de la tarde, estando en el ruedo incalculable número de personas, las que al ser acometidas por los toros que se corren intentan ponerse a salvo de dichas acometidas, refugiándose en los burladeros y en las llamadas barreras, siendo, en algunos momentos, prácticamente imposible el poder refugiarse, dado el gran número de personas que acuden a la dicha barrera o burladero. Concretamente, en la cogida del infortunado Julio Canovas Torres, según parece, estas fueron las causas de su cogida, al no poder penetrar de lleno en el burladero, siendo alcanzado por el toro en el mismo momento de penetrar en el burladero”. Y finaliza afirmando que “no cabe atribuir culpa a persona determinada y sí al extremo indicado de la aglomeración de personas en la plaza que intentan refugiarse todas juntas en el burladero o barrera que tienen más próximo6” , aunque en los

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5ibídem.
6Ibídem.

mentideros locales corrió la información de que alguien obstaculizó de alguna manera la entrada del maletilla en el burladero. El juez, siguiendo la pauta establecida, había ordenado la instrucción de las oportunas diligencias por si los “hechos pudieran ser constitutivos de delito” y, por tanto, por si hubiera “culpa o imprudencia de alguna persona”, algo que finalmente fue descartado en los informes periciales, como se recoge en las 28 páginas de que consta el sumario judicial instruido al efecto y que fue cerrado el 24 de febrero. Julio Canovas ingresó con un hilo de vida en la sala San Luis del Hospital de la Pasión. Quedó internado pasadas las diez y media de la noche del Lunes de Carnaval. La cama en la que permaneció se encontraba “entrando a dicha sala a la izquierda”. En la mesilla se hallaba una cartera de plástico que contenía documentos y fotografías y una carpeta de cartón con más documentos, todo ello pertenencias del herido. La gravedad de las heridas hacía temer lo peor. El alcalde de Ciudad Rodrigo, Joaquín Martín Báez, como otros muchos ciudadanos mirobrigenses y decenas de maletillas, se acercó al Hospital de la Pasión para interesarse directamente por el estado del torerillo. Las esperanzas de una evolución favorable eran prácticamente nulas. Por eso inmediatamente se puso en contacto telefónico con el alcalde de Alcantarilla, Diego Riquelme Rodríguez7 , a la sazón jefe local de Falange, para que informara a la familia de Julio Canovas de la gravedad de las lesiones, al tiempo que el Ayuntamiento mirobrigense ponía a disposición de los familiares un vehículo para su desplazamiento a Ciudad Rodrigo. Por otro lado, “...todos los maletillas, con rara y total compenetración con su desgraciado compañero, extendían sus capotes por calles y plazas pidiendo donativos para él. Nos consta que todo cuanto sacaron todos fue al Hospital como primer donativo de sus compañeros en la esperanza de socorrerle y salvarle. Allí permanecieron todos esperando, cuidando de él a los que se permitió, prestos a ayudar en cuanto se les pidiera, muchos de ellos hasta sin cenar por cuanto lo que pudieran llevar encima pasó a engrosar la suscripción tan generosa iniciada por ellos”, refería el citado Jesús Huerta en la crónica insertada en el susodicho semanario local mirobrigense. Si esto ocurría en el Hospital de la Pasión, “fuera, en la calle, en los espectáculos, en los bailes, la gente comentaba el gravísimo percance y las débiles esperanzas de salvación que se veían”, señalaba Huerta. Un presagio convertido en realidad cuando se certificó la muerte de Julio Canovas Torres a las siete de la mañana del Martes de Carnaval. “La tragedia confirmada produjo verdadera angustia en la ciudad. En el Hospital el cuadro era tremendo y cuantos allí acudían no podían contener las lágrimas viendo llorar a todos los maletillas en torno al cadáver de su compañero. Todo Ciudad Rodrigo se aprestaba a contribuir en pro de tan desgraciada familia.

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72 de marzo de 1964, el alcalde de Alcantarilla envió esta carta de agradecimiento al alcalde de Ciudad Rodrigo: “Mi querido amigo y camarada: Después de la desgracia ocurrida en esa población al vecino de esta Julio Canovas Torres, debo manifestarte en mi nombre y en el de la Corporación que me honro en presidir, así como de toda esta villa, la forma cómo se ha portado, no ya tu Autoridad y todas las autoridades de Ciudad Rodrigo, sino todo el pueblo entero, según mis informes, cosa que debemos agradecer por tu mediación para hacerles llegar a todos la gratitud de la familia afectada y la de todos nosotros en esta lamentable desgracia del mencionado mozo. Con mi gratitud, recibe también la expresión de mi reconocimiento y queda a tu disposición con un fuerte abrazo, tu buen amigo y colega.” Fdo. Diego Riquelme Rodríguez. La carta se vio en la comisión permanente del Ayuntamiento de Ciudad Rodrigo en la sesión celebrada el 13 de marzo de 1964, acordando que fuese publicada en el semanario local La Voz de Miróbriga.

“La capea de la mañana tuvo unas ausencias. Ni un solo capote, ni una sola muleta de los maletillas aparecieron en el ruedo. Solo se veía a estos en sus idas y venidas en torno al Hospital, con los ojos enrojecidos por el llanto, enlutados con negros brazaletes... En los tablados, no había ya esa alegría consustancias con las fiestas... “La tragedia, además, tenía su coincidencia tremenda. Por la tarde, el toro de muerte iba a ser lidiado por el más caracterizado y veterano de tantos y tantos maletas de hoy: por El Conrado8 , que conseguía de esta forma su única oportunidad... “¡Qué cosa más triste el paseíllo de la tarde! ¡Cómo nos impresionó a todos ver a El Conrado con su traje corto y su camisa rizada haciendo el paseíllo descubierto! ¡Al saludar ante la presidencia toda la cuadrilla inclinó sus frentes a la tierra con respeto en silente oración por el amigo muerto! Toda la plaza, que había dedicado una ovación enorme a la cuadrilla humilde, se quedó muda también, pensando, rezando... “Al Conrado, triste también es decirlo, no le salieron las cosas bien. Le tocó un toro con mucho poder, con genio, desigual, y mientras la cosa estaba en las verónicas o en los pases de muleta –que es lo suyo-, todavía se lució el muchacho y consiguió auténticos clamores. Pero cuando tuvo que agarrar esa cosa tan seria y a la vez tan nueva para él, que es el estoque, la cosa cambió. No pudo con la papeleta y tras larga porfía y algunos débiles pinchazos, fueron sonando los tres fatídicos avisos y el toro se devolvió a los corrales. El Conrado, que tuvo el bello gesto de hacer primero un brindis señalando al cielo en memoria del amigo muerto y luego al público, impresionado como estaba por las emociones del día, tuvo que retirarse. Y lo hizo llorando...”, se apunta en la crónica de La Voz de Miróbriga. Jesús Huerta da mas detalles de lo ocurrido: “Si el intermedio del día anterior había señalado la alegría de la carroza, la rondalla, las comparsas, el intermedio del martes tuvo un signo: la caridad. Don Joaquín Martín Báez, nuestro alcalde, pronunció un emotivo discurso invitando a todos a sumarse a la colecta en pro de la familia de Julio Canovas, y al ruedo salieron señoritas de la ciudad en compañía de los maletillas, sosteniendo varios capotes que iban recibiendo los donativos del público de los tablados. En los balcones se hacían cuestaciones particulares, que luego volaban en envoltorios, en pañuelos, en gorras, hasta los capotes que en el ruedo sostenían las chicas y los maletas. “En el centro del redondel, el señor interventor del Ayuntamiento se iba haciendo cargo, en otro capote allí colocado, de las cuestaciones parciales que le iban llegando. Al final, un buen montón de monedas y billetes señalaba la caridad del pueblo mirobrigense de la plaza. Más de dieciocho mil pesetas se recogieron allí, lo que, unido a los mil duros que otras señoritas mirobrigenses recaudaron en el baile del mediodía del Casino, a las dos mil pesetas conseguidas en el Club Juvenil en la misma ocasión; a otras cuestaciones que se hicieron por la noche por miembros de esta organización, y a lo que en la capilla ardiente se fue también obteniendo, creemos se acerque a las treinta mil pesetas con que se ha socorrido de modo tan espontáneo a la familia del infortunado Julio Canovas Torres”. Aunque se avisó telegráficamente, la familia de Julio Canovas llegó a Ciudad Rodrigo sin tener noticia de su muerte. Se enteraron nada más bajar del coche. Y las escenas, como es de prever, fueron patéticas al llegar al Hospital de la Pasión. El cadáver del maletilla había sido amortajado con un “traje negro y una camisa blanca, calcetines grises y zapatos marrones” aportados por el alcalde mirobrigense.

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8Conrado Abad Bullón había ganado la edición del Bolsín Taurino en la edición de 1963. Tuvo la oportunidad de volver a torear un novillo, de José Martín, de Aldeavieja, actuando como sobresaliente Julio González Moraleja, El Ordenanza.

Simultáneamente a la instalación de la capilla ardiente, se van sucediendo los preparativos para el traslado del cadáver a Alcantarilla. Lo solicita el padre del maletilla, Alfonso Canovas, a quien se le hace entrega de los efectos personales del finado. Se concreta el traslado con la funeraria La Inmaculada. Pero antes hay que practicar la autopsia al cadáver que se realiza en el depósito municipal a las diez de la mañana del Miércoles de Ceniza. La realizan los doctores Pérez Fernández y Lorenzo Brusi y en ella emplean 45 minutos. Tras explicar cómo iba vestido, y afirmar que el cadáver estaba ya en avanzado estado de descomposición, los susodichos médicos practican el análisis de las cavidades craneal y torácica, sin que encuentren ninguna anomalía. “A continuación se abrió la cavidad abdominal, la cual se encontraba dañada sobre todo en la región esplénica de sangre y un líquido turbio en cantidad de unos 200 cm cúbicos. Se exploró el intestino, apreciándose en colon transverso y en su proximidad con el ángulo esplénico una perforación de unos 3 cm suturada en dos planos y un desgarro de mesocolon transverso también suturado. Se abrió la transcavidad de los epiplones apreciándose el trayecto seguido por el asta de toro que contusiona fuertemente la pared posterior del estómago, destrozando el páncreas y rasgando, de atrás adelante, el pequeño epiplón, donde hay un gran hematoma9

Tras la práctica de la autopsia, “el cadáver fue trasladado a la capilla del Hospital, donde fue oficiado un solemne funeral de corpore insepulto, con asistencia de las primeras autoridades, familiares del difunto, representaciones religiosas y de la junta del Hospital, Banda Municipal de Música y el pueblo en masa, que llenaba no solamente el templo, sino las calles de los Colegios y Velayos, constituyendo una manifestación de duelo como no se recuerda en nuestra ciudad. “El féretro, después del funeral, fue transportado a hombros de los maletillas que pugnaban por llevarlo, por las calles de Velayos, Sánchez Arjona y la Plaza Mayor, donde al pie mismo del lugar donde fue herido por el toro, se detuvo la triste comitiva y en medio de la más honda emoción de todos los presentes, se rezó un padrenuestro por su alma. “Seguidamente, la comitiva se puso en marcha hasta Amayuelas, desde donde, ya en la carroza automóvil y seguido por otros dos vehículos con familiares del difunto, se inició el traslado a la tierra murciana, donde reposará para siempre el infortunado muchacho”, relataba Jesús Huerta en el referido semanario mirobrigense.

Aunque la cuestación popular había sido generosa10

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9AHP. Ibídem.
10El 23 de marzo de 1964, Alfonso Canovas Romero, padre de Julio Canovas Torres, escribe una carta al alcalde mirobrigense en la que el pide el favor de que le remita la “carta de difunció de mi desafortunado hijo”. Afirma que le han escrito desde Madrid “para mandarme la indenizazió que le corresponde”. También le pide que le confirme si ha recibido “los recordatorios que mandé, y dígame si le han fartado para mandale má”. El alcalde solicita al “juez comarcal” el certificado de defunción con fecha 23 de marzo de 1964. Se lo remite el día 30 y se registra en el Ayuntamiento el 2 de abril. El 4 de abril se le envía el certificado al padre y se le confirma que “a su debido tiempo se recibieron los recordatorios y han sido distribuidos entre las autoridades y parte de la población”.

compañero Julio Canovas Torres. Salieron de Ciudad Rodrigo como llegaron, andando, para desplazarse hasta Murcia, en donde se había organizado una novillada, patrocinada por Radio Popular y el Club Taurino de Murcia, “en homenaje a los tres maletillas postulantes y a beneficio de la familia del infortunado torero de Alcantarilla muerto por un toro, en una capea, en Ciudad Rodrigo, y que han hecho el recorrido a pie desde dicho pueblo a Murcia”, rezaba el cartel, fijando el festejo para el domingo 12 de abril, dos meses después de la muerte de Julio Canovas, con la intervención de Ramón Ortiz Caro, José Antonio de los Reyes –El Jerez- y Basilio Repiso –El Marqués-, quienes se las vieron con novillos de Gabriel García Sánchez, vecino de Aranjuez, cortando el primero una oreja y el resto se conformaron con ovaciones y sendas vueltas al ruedo.


Momento de la tragedia de Julio Cánovas Torres
De la hemeroteca de don Juan Tomás Muñoz Garzón

Recordatorio que de su muerte hizo su familia,
De la hemeroteca de don Juan Tomás Muñoz Garzón

Julio Cánovas con una mujer en los días previos a la tragedia.
La instantánea está tomada en la plaza de San Salvador, en Ciudad Rodrigo.
De la hemeroteca de don Juan Tomás Muñoz Garzón

Partida de defunción de Julio Cánovas Torres
De la hemeroteca de don Juan Tomás Muñoz Garzón

MANUEL LEYTON PEÑA " EL COLI o MANUEL VARGAS " (1920 - 1964)

Foto cortesía del Sitio Taurino de Dale Pierce Who´s Who

Novillero y Rehiletero oriundo de Jerez de la Frontera (Cádiz),  nacido el 3 de marzo de 1920 y fallecido el 15 de agosto de 1964 en la Plaza de Toros de Las Ventas de Madrid. Esa tarde gris, salió como banderillero en la cuadrilla de José González Copano. Su primer toro le atrapó al bregar con el capote, para sesgar la vida de un buen torero y mejor ser humano.  Manuel Leyton "El Coli" sufre una herida en la cara posterior del hemitórax izquierdo que alcanzó el corazón, provocando su muerte en el acto. El toro causante del percance fue el toro "Cuatrero", de la dehesa de d. Ángel Rodríguez de Arce.

El destino cuenta y las circunstancias se cruzaron para que esa tarde el jerezano “Coli” toreara en Madrid, cuando no pensaba hacerlo. Como buen profesional, sabía llevar muy bien a los toros a una mano, y poseía gran valor. La muerte se lo llevó a la temprana edad de 46 años. Dicen quienes estuvieron ahí, que le perdió la cara al toro, que en realidad era un novillo, y éste pudo ser su error fatal. Tras su muerte, lo llevaron a Jerez, para ser enterrado en la tierra que le vio nacer. Fue Bernardo Muñoz “Carnicerito de Málaga”, con la ayuda de don Álvaro Domecq y Díez quienes posibilitaron la voluntad de la familia de traer su cuerpo a descansar en Jerez. En su adolescencia se fue a vivir a Madrid para labrarse un futuro en el difícil mundo del toro. Vio truncada su carrera de novillero por la Guerra Civil, aunque no terminó de cumplir su servicio militar. Vivía en Madrid, pero frecuentaba mucho Jerez para ver a su madre. Fue en la capital donde se creó su mundo y su círculo de amistades, entre los que se encontraban el “Príncipe Gitano” y “Bojilla”.

El historiador Juan José Zaldívar Ortega,  refiere que <<Manuel Leyton Peña (el Coli o Manuel Vargas), banderillero y novillero, nacido en Jerez de la Frontera (Cádiz) el 3de marzo de 1920, que falleció el 16 de agosto de 1964, cuando contaba 44 años de edad. Aquel día estaba a las órdenes del novillero José González Copano, y al parar los pies al primer novillo, de don Ángel Rodríguez de Arce, fue derribado y empitonado con tan funesto acierto que el cuerno penetró en el vientre destrozando el bazo y en su ascensión el asta alcanzó de lleno el ventrículo izquierdo del corazón. El fallecimiento del desventurado banderillero fue instantáneo, por lo que el conocerse la noticia se suspendió la corrida tras el arrastre del tercer astado. El cadáver fue trasladado de su ciudad natal donde fue inhumado. El apodo de (el Coli) lo heredó de su padre, notable cantaor gitano. "

Don Juan José de Bonifaz Ybarra relata de su suerte que << Manuel Leyton Peña (el Coli), gitano de Jerez de la Frontera, había utilizado el apodo de Manuel Vargas en su época de novillero de cierta categoría. Ya como banderillero figuró algunas temporadas entre la gente de Antonio Ordóñez. El 16 de agosto de 1964 es herido en el coso de Las Ventas, de Madrid, por el novillo “Cuatrero”, de la divisa de Ángel Rodríguez de Arce, en el bazo y corazón, con lo que el óbito se produce prácticamente en el acto. Como en ocasiones anteriores ocurridas en la misma plaza, se suspendió la corrida antes de de su normal término. "

La afamada revista "Aplausos" No 1769 del 26 de agosto de 2011 refiere que Manuel Leyton "El Coli", es cogido y muerto por un novillo en la plaza de las Ventas.- Ocurrió el 15 de agosto de 1964. Aquel día, el banderillero Manuel Leyton Peña "El Coli", vestido de morado y azabache, hizo su último paseíllo. Su último paseo en Las Ventas, su último paseo en la vida. Actuaba a las órdenes del entonces novillero José González "Copano" cuando el primer utrero del festejo, de nombre "Cuatrero" y perteneciente a la vacada de Rodríguez de Arce, le hirió mortalmente. "El 15 de agosto, día de la Virgen, no hay pueblo de este suelo que Dios nos dio sin su fiesta grande, y mueren muchos toros en este día. En la primera plaza del mundo también ha muerto un torero". Así arrancaba el semanario El Ruedo -en su número del 18 de agosto de 1964- la crónica de aquella fatídica tarde, que proseguía: "El novillo, "Cuatrero" de nombre, número 88, negro bragao, ligeramente bizco, fuerte, con presencia y potencia y a las puertas de ser toro, trotó por la arena con la seriedad caliente de una guadaña al sol de agosto. En el 8 le esperó Manuel Leyton Peña "El Coli", de morado y azabache. Dos lances dio, que nunca los hubiera dado; le atropelló "Cuatrero", le recogió y empitonó, lanzándole contra las tablas. Cuando el milagro del quite se produjo en el capote del subalterno Mario Cuhelo, "Cuatrero -de la vacada de Rodríguez de Arce- había sacudido la muerte de sus pitones". El texto continuaba: "La noticia de la muerte llegó arañando los tendidos cuando las mulillas arrastraban a "Rondeño", tercer novillo de la tarde, y aquí terminó la corrida.Copano, a cuya cuadrilla pertenecía El Coli, corrió la plaza para venir a llorar entre dos picadores. El Pepe lloró contra las tablas. El Estudiante y los demás toreros en el ruedo hacían gestos negativos a la presidencia. Cayó el silencio y se elevó un padrenuestro. Después, un clamor dio la vuelta al ruedo y los altavoces suspendieron la corrida". "Más tarde, en el Sanatorio de Toreros, donde se instaló la capilla ardiente, se sucedieron las indescriptibles escenas de dolor por parte de la familia y amigos del subalterno muerto". La crónica concluía: "En la mañana del domingo se le hizo la autopsia, y a las seis de la tarde, mientras en la plaza otras cuadrillas hacían el paseíllo, El Coli viajaba por última vez hacia su Jerez natal".
Fuente:
http://www.aplausos.es/noticia/7696/

Manuel Leyton "El Coli"

"Cuatrero", le recogió y empitonó, lanzándole contra las tablas.

MANUEL ALPEÑEL POLVILLO (1943 - 1964)

Solo para efectos ilustrativos
Monasterio de Santa María la Real de Nájera
Cortesía del Sitio Web: www.ranimirum.com/monasterios/najera.jpg

Matador de novillos, nacido en Cantillana de la Cuesta (Sevilla) en el año de 1943, pero que en la localidad sevillana de Camas vivió con su familia desde muy corta edad. El 18 de septiembre de 1964 torea como único espada, llevando de sobresaliente a Enrique De la Calle, en la Plaza de Toros de Nájera (Logroño), siendo empitonado por su primer enemigo, que le infringió un puntazo en el triángulo de Scarpa izquierdo y schock traumático, produciéndole la muerte a los cinco minutos de ingresar en la enfermería, cuando contaba 21 años de edad. Los gastos de traslado y entierro en Camas fueron costeados de manera loable por el ex matador y hoy ganadero, Francisco Camino (El Niño Sabio de Camas). Fuente: Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega, de su obra “Víctimas del Toreo”.

El maestro Juan José de Bonifaz Ybarra, en su libro “Víctimas de la Fiesta”,  relaciona al modesto espada como MANUEL ALPIÑEL POLVILLO, y refiere de su persona que << nace en Cantillana de la Cuesta (Sevilla), el 13 de junio de 1943. Como único matador actúa el 18 de septiembre de 1964 en la localidad riojana de Nájera, donde es herido en el triángulo de Scarpa, presentándose un alarmante cuadro de shock traumático del que fallecería a los pocos minutos de ser ingresado en la enfermería. "

En el segundo Anuario Taurino que amablemente me envía el cronista Rafael Gómez Lozano (Dientefino) consignan que el 18 de septiembre de 1964, fallece el novillero MANUEL ALPAÑEL POLVILLO en la plaza de Nájera (La Rioja) por cogida de un astado del ganadero Policarpo Rivas.

ANTONIO CAMPOS " EL IMPOSIBLE " (1931 - 1964)

Cortesía del Sitio Web: http://aulataurinadegranada.blogspot.com

Refiere el distinguido cronista Antonio Casanueva, en una sentida editorial dedicada a este valeroso espada mexicano, que << Antonio Campos “El Imposible”, fue un torero de personalidad única, oriundo del estado de Puebla, aunque hay quienes lo hacen natural de San Luis Potosí. Junto con Joselito Huerta - una de las mas grandes figuras nacionales de todos los tiempos-, fue “El Imposible” de quien se conocieron públicamente, dos nombres, dos carreras y al menos dos historias completas como hombre, torero y persona. “El Imposible” triunfó mas en España que en México. Si bien es cierto que el final su carrera se vio un tanto opacado por el dolor y desconcierto que le produjeron fuertes cornadas, tanto aquí como allá. Su personalidad, arrojo y sobre todo la espectacularidad de su toreo, siguen en el recuerdo de los aficionados. Su nombre real era Carlos Moreno, y como tal, debutó en tan difícil como arraigada profesión. Nació en la ciudad de Puebla el 4 de Noviembre de 1931, Se dice, que inició su carrera como Carlos Moreno en las regiones taurinas tanto de Puebla como de Tlaxcala a inicios de la década de los 50s. Su lanzamiento formal fue en Plaza de Toros “El Toreo” de Cuatro Caminos, en Naucalpan, Edo. de Mex, en un festival efectuado el 3 de julio de 1960, causando tal impresión que para el día 17 de ese mismo mes, debutó formalmente como novillero en esa misma plaza cuatrocaminera, en cuya temporada actuaría en dos tardes y debido a la gran expectación causada, pasara a la Plaza México en donde se presentó el 14 de agosto para completar la gesta actuando en cinco actuaciones, ganando La Oreja de Plata de aquella temporada. Continuó presentándose como novillero en diversas plazas hasta tomar la alternativa en Tijuana, B. C., el 14 de junio de 1961 de manos de Jesús Córdoba, siendo testigo Raúl García, con toros de Javier Garfias. En su siguiente actuación en esa misma plaza sufrió un doloroso accidente provocado por la cogida de un toro de Santo Domingo ocasionándole una punzante desviación en la columna vertebral, impidiéndole actuar varios meses. Luego de su recuperación, en 1962 viajó a España en donde actuó en 14 corridas y al año siguiente otras diez, confirmando la alternativa de Matador de Toros en la Plaza de Madrid, durante La Feria de San Isidro, el 12 de mayo de 1963 siendo padrino Pedro Martínez “Pedrés” y de testigo Andrés Vázquez con un toro de don Carlos Núñez. En su estancia de ese año en España, sufrió varias cornadas; el 14 de abril en Málaga por un toro de Samuel Flores, el 9 de junio en Plascencia, por un toro de Manuel Arranz, el 25 de julio en Palma de Mallorca, y finalmente el 12 de agosto en San Sebastián por un toro de la incipiente ganadería de Antonio Ordóñez. Algunas de ellas -cabe aclararlo- fueron cornadas de mucha gravedad,  por lo que llegó a temerse por su vida, para que las consecuencias de alguna de ellas, finalmente le causaría una dolorosa enfermedad que lo llevó a la muerte prematura. De regreso en México, confirmó la alternativa en la Plaza México, el 9 de febrero de 1964, siendo el padrino Alfonso Ramírez “El Calesero” y de testigo Diego Puerta; el toro se llamó “Soldadito” de la ganadería de queretana de Tequisquiapan, en cuya temporada, actuó en 2 ocasiones, la ya referida de la alternativa y una segunda el 1 de marzo de ese mismo año, actuando nuevamente con quien fuera su padrino de confirmación “El Calesero” y Luís Procuna con toros de Rancho Seco. Fue ésta un homenaje al maestro Agustín Lara, quien bajó al ruedo después de efectuado el paseillo, dando una vuelta al ruedo en compañía de los diestros actuantes. “El Imposible”, con problemas de salud, que fueron agravándose a lo largo del tiempo siguió toreando, siendo la última vez que se vistiera de luces, el 12 de octubre de 1964 en la Plaza de Torreón, Coah. en donde sufrió su postrer cornada, inferida por un toro de Peñuelas. Falleció el 28 de diciembre de 1964, en la ciudad de México víctima de cáncer en el hígado, provocado por alguna de las gravísimas cornadas recibidas a lo largo de su vida. El entierro de “El Imposible” fue la manifestación pública de duelo impresionante hacia un torero que dio la vida sin inmutarse, pensando siempre en los posibles avances de su profesión. Ya que nadie podía imaginar que haría unos cuatro años que padeciera tan terrible enfermedad alojado en el hígado y que poco a poco se le fuera trasladando al páncreas, con lo que poco a poco fuera perdiendo los ímpetus físicos de su juventud, que lo llevaban a sufrir graves cornadas y desengaños. Antonio Campos “El Imposible”, pasó de inmediato, con su muerte a formar parte de los llamados toreros heroicos, si así se les pudiera llamar, que padeciendo tan grave enfermedad, nunca se echó para atrás, ni ante los pitones de sus enemigos, ni tampoco ante la mala suerte que pareciera atravesarse en su camino, luchando siempre a brazo partido por convertirse en figura del toreo, lo que una vez conseguido por permanecer en ese sitio. No obstante toda su vida, que ahora podría parecer una sola tragedia, la sobrellevó como un hombre íntegro, de carácter indómito y cuyo profesionalismo ha servido a las siguientes generaciones de toreros como un ejemplo a seguir. 

EDMUNDO GUERRERO PERRUSQUÍA (XXXX - 1964)

Solo para efectos ilustrativos

Jabonero número 12 de Xajay en 1944

Cortesía de don Javier Gonzáles Fisher:

http://laaldeadetauro.blogspot.com/2008_12_01_archive.html

 

El 9 de mayo de 1964 muere asesinado en su propia ganadería de Xajay, don Edmundo Guerrero Perrusquía.

Fuente: Efemérides del 9 de mayo/Don Adiel Armando Bolio

http://suertematador.com/index.php?option=com_content&task=view&id=2955&Itemid=312

 

El prestigiado diario ABC de Sevilla del 22 de mayo de 1964, publicó una nota procedente de México informando del coincidente  “Trágico fin de unos asesinos”, << El asesinato del ganadero mejicano Edmundo Guerrero ha tenido consecuencias funestas para dos de los culpables, muertos igualmente en forma violenta. Juan Abrego Ugalde, detenido en relación con el crimen, apareció ahorcado en su celda, y Alejo Osornio, que era buscado por el mismo delito, fue encontrado muerto a tiros en unos matorrales. Los incidentes se iniciaron por una disputa sobre reparto de tierras entre Guerrero y un grupo de campesinos.-EFE. >> Lo anterior acaeció durante el régimen Gubernativo Estatal de Manuel González Cosío de 1961 al 67.

 

La afamada dehesa de Xajay fue fundada en 1923 por los señores Edmundo y Jorge Guerrero Perrusquía en la Hacienda de Xajay en San Juan del Río, Estado de Querétaro, en México, con sangre de San Nicolás Peralta (reses propiedad de Doña Amada Díaz Quiñones, viuda de don Ignacio de la Torre y Mier, yerno del Presidente de la República, Porfirio Díaz) y dos sementales de Piedras Negras.

 

Fuente: Don Francisco Lazo/ Notas Taurinas del 3 de febrero de 2009

http://www.oem.com.mx/esto/notas/n1031350.htm

 

En 1925 agregaron vacas y sementales de Campos Varela; 22 vacas de José Julián Llaguno, cuatro de San Martín, dos de San Mateo y 50 de Garfias a partir de 1963 al igual que varios sementales de Garfias, San Martín y San Mateo desde ese mismo año. El (16-08-1925) debutó con novillos en la Plaza de Toros de El Toreo de la Condesa, con seis astados para Porfirio Magaña y  José Ortiz, además de dos becerros para Fermín Espinosa (Armillita). Lidió su primera corrida de toros en dicha plaza el (06-01-1935): seis astados para el mano a  mano entre Fermín Espinosa (Armillita) y el diestro español Domingo López Ortega. En 1945 adquirieron 3 sementales del diestro español citado (Parladé). Una muy buena época se vivió en esta casa ganadera con los triunfos cosechados, especialmente por los toros llamados: Luna Roja, Retoño y Escarcha.

 

Fue en 1963 cuando la adquirió don Juan Sordo Madaleno (fallecido en 1985) y a quien, durante algunos años, le dio la mano su hijo mayor don José Juan Sordo Bringas, que falleció en un accidente automovilístico en 1974, por lo que en ausencia de los dos, en 1985 toma las riendas Doña Magdalena Bringas Aguado, juntamente con sus hijos menores, el arquitecto D. Xavier y la señora Magdalena Sordo Madaleno Bringas, quienes la han manejado con acierto hasta la fecha. Queda en claro que desde 1963 la Ganadería de Xajay se cambió a su actual ubicación en el añoso Rancho La Laja ubicado en Tequisquiapan, Estado de Querétaro, en México.

 

Fuentes:

Don Víctor Cano Sordo/http://www.bisabuelos.com/lalaja.html

Don Juan José Zaldívar Ortega/ Toros Notables –Entrega No 44 del 26 de febrero de 2007. / http://www.laplazareal.net/torosnotables45.htm

Don Francisco Lazo/ http://www.oem.com.mx/esto/notas/n313694.htm

 

Don Jorge y Edmundo Guerrero Perrusquía, eran hijos del primer matrimonio de doña Concepción Perrusquía,  quien caso en segundas nupcias con don Julio Herrera, ejecutor testamentario para la venta de los bienes de don Ignacio de la Torre y Mier (Siendo la Revolución de 1910 de un fondo eminentemente agrario y habiendo fallecido Ignacio de la Torre y Mier en 1918 después de haber pasado casi 5 años en prisión por causas políticas, resultaba lógico que su viuda –hostigada por las deudas que heredara del controvertido marido- se deshiciera de la vacada, por lo que el ejecutor testamentario de De la Torre, Julio Herrera, comienza a encontrar interesados en adquirir esos ganados aptos para la lidia, logrando distribuirlos en cuatro grandes fracciones, ubicadas en las ganaderías de La Punta, Xajay, Peñuelas y Jalpa.)

Fuente: Don Javier González Fisher

http://laaldeadetauro.blogspot.com/2008_12_01_archive.html

EARL THODE (1900 - 1964)

Earl Thode

RAA&#39;s First &quot;All-Around Cowboy&quot; 1929

Cortesía del Sitio Web:

 http://ericksonartstudio.com/OurOils.aspx

Afamado e innovador jinete rodeo norteamericano, natural de Belvidere, en Dakota del Sur. Thode creció en un rancho en ese mismo estado y participó en su primer rodeo en  “White River” (Río Blanco) cuando tenía 20 años de edad. Compitió en los rodeos locales los fines de semana durante siete años más;  luego ingresó al circuito profesional como jinete de caballos broncos con silla  y lucha con novillos (steer wrestler). En 1927, ganó su primer título de monta de caballos broncos en silla  en la competición  “The Cheyenne Frontier Days” en Wyoming, y llegó a ganar tres títulos más,  que aún sigue siendo un récord  de este  evento tan prestigioso. Más tarde obtuvo los títulos de monta de broncos en silla en 1929 y 1931. A la edad de 37 años, ganó el campeonato de monta de broncos en el acreditado certamen “The Calgary Stampede”, y luego se retiró. Thode, había nacido un 7 de diciembre de 1900, y vino a morir  ahogado cuando su barco volcó mientras estaba pescando en un lago de Arizona el 18 de mayo de 1964.

Fuente:

http://www.worldofrodeo.com/stories/prcahalloffame.htm#Earl%20Thode

ANTONIO CHANCA BLANCO (PATATO) (1922 - 1964)

Solo para efectos ilustrativos
Obra del excelso pintor y grabador madrileño
Vicente Arnás Lozano

Refiere el historiador taurino Rafael Gómez Lozano (Dientefino) haber leído textualmente en la enciclopedia taurina el “Cossío” (Tomo 5, página 839) que CHANCA BLANCO (Antonio), Patato. Picador de toros, nacido en Fuenteguinaldo (Salamanca) el 9 de febrero de 1922, que durante los últimos años de su vida residió en Ciudad Rodrigo, en la provincia natal. Durante la temporada de 1959 figuró en la cuadrilla de Miguel Mateo (Miguelín) y como consecuencia de ciertos incidentes que provocaron la suspensión de la corrida que debiera haberse celebrado en Albacete, el 11 de septiembre, fue sancionado por la Dirección General de Seguridad con una multa de 25,000 pesetas y la prohibición de sus actividades en todo el territorio nacional durante el plazo de un mes. La campaña de 1963 la realizó a las órdenes de Pedro Martínez (Pedrés) para pasar en 1964 a la plantilla de Alfonso Vázquez (Vázquez II). El día 19 de julio de tal año actuó en Figueras (Gerona) y al regresar con varios compañeros en un taxi  se produjo una violenta colisión contra un camión en las proximidades de Fraga (Huesca), sobre las cuatro de la madrugada del día siguiente, resultando heridos varios de los ocupantes del turismo y de extrema gravedad este “Patato” que fallecería en una ambulancia antes de su llegada al Sanatorio de Toreros de Madrid.

VICENTE JULIÁN ESCRIBANO (1941 - 1964)

“El Viti”
Carboncillo y lápiz de color del afamado pintor taurino
José Cros Estrems

Refiere don Rafael Gómez Lozano (Dientefino), historiógrafo propietario del concurrido sitio en la Internet, “Toreros Mexicanos”, que ha leído textualmente en el “Cossío” (Tomo 5, página 884) que: ESCRIBANO JULIAN (Vicente). Matador de novillos en festejos económicos. Murió ahogado el 13 de agosto de 1964, a la edad de veintitrés años, cuando se bañaba en el pantano de Alarcón (Cuenca), España.

JUAN ORDÓÑEZ ARAUJO "JUAN DE LA PALMA" (1930 - 1965)

Cortesía de http://anna-sebas.org/genealogia/paf_09/images/197c00.jpg

Novillero y rehiletero español, hijo del afamado matador español Cayetano Ordóñez y Aguilera, "Niño de la Palma", y hermano de los también toreros Cayetano, Antonio (que tocó la gloria con su arte, maravillando al mundo), José y Alfonso; fue otra de las figuras de esta ilustre estirpe de toreros.

Juan, nació en Sevilla el 24 de febrero de 1930. Tres muchachos aspiraban a salir catapultados de la plaza madrileña de Las Ventas el 30 de mayo de 1948: Morenito de Talavera "Chico", Rafael Yagüe, y "Juan de la Palma"; estos se enfrentaron a reses de la ganadería de Marcial Domínguez de Sevilla. El hijo de Cayetano el grande cumple, pero sabe que para triunfar hay que dar más de sí, y en sopesando su nivel por si mismo, decide pasarse al honorable gremio de los rehileteros. El 24 de enero de 1965 se quita la vida por propia mano en su domicilio, después de haber ingerido una gran cantidad de barbitúricos.
Entre 1960 al 65, año de su muerte, estuvo casado con la exitosa artista sevillana Francisca Rico Martínez, "Paquita Rico", uno de los rostros más bellos que ha dado el cine y la copla andaluza.

Refieren algunos medios españoles, que Juan Ordóñez, abrumado por su fracaso como torero, y escaso de ajustes como rehiletero, vivió a últimas fechas a expensas de su mujer, cosa que resultó demasiado humillante para Juan, quien se suicidó.


Uno de los pocos documentos gráfico de Paquita Rico y su primer marido, el torero Juan Ordoñez
http://vuestraradio.foroactivo.com/t24895p180-los-grandes-de-la-copla-historia-de-la-cancion-espanola

Citan en el Blog en Internet: "A Los Toros" (Todo sobre el mundo de los toros), que el 24 de enero de 1965 Juan Ordóñez Araujo falleció a consecuencia de una excesiva ingestión de barbitúricos. Conocido en el medio taurino como "Juan de la Palma" contaba treinta y cinco años de edad y estaba casado con la famosa actriz y cantante Paquita Rico. Desde mucho antes de la hora señalada para el sepelio se había concentrado frente a su casa, en las proximidades del Estadio Bernabéu, gran cantidad de amigos, artistas y toreros. El féretro fue sacado de la casa mortuoria a hombros de Antonio, Pepe y Cayetano Ordóñez, hermanos del finado, y de Julio Aparicio y Juan González "El Trianero". El cortejo fúnebre se dirigió al cementerio de la Almudena donde recibió sepultura Juan de la Palma.
Fuente:
http://alostoros.blogspot.mx/2013/01/

También se sabe que tras su fracaso como novillero, trabajó como banderillero en la cuadrilla de su hermano y grande figura del toreo Antonio Ordoñez, de quien también fue su administrador y secretario, pero seguramente no dejaba de sentirse deprimido por sus exiguos alcances personales en el toreo y que sin duda hubiera querido se asemejaran a los éxitos de su hermosísima mujer y grande actriz y cantante "Paquita Rico", mismo incubo de morbo negro que creció en su cerebro y le llevó al suicidio, no sin antes dejarle una carta póstuma a su esposa, que se sabe la conservó, bañada en lágrimas, hasta su muerte. "Paquita Rico" contrajo segundas nupcias el 26 de agosto de 1968  con Don Guillermo Arsenio Arocha Fernández, quien falleció el 20 de septiembre de 2002. Era tía en segundo grado de la fenecida actriz Soledad Miranda. Paquita falleció el domingo 9 de julio de 2017 a los 87 años de edad en el hospital Infanta Luisa debido a complicaciones derivadas de su avanzada edad. No tuvo descendencia.
Fuentes:
https://es.wikipedia.org/wiki/Paquita_Rico
http://www.libertaddigital.com/cultura/cine/2017-07-10/la-tragedia-que-paquita-ricoque-nunca-pudo-olvidar-1276602654/

ANTONIO OSORIO (1946 - 1965)

Solo para efectos ilustrativos

Iglesia de Venadillo (Tolima) Colombia -Foto cortesía de Iqufab-Panoramio

Novillero colombiano de efímera vida profesional como tal y del que sólo tenemos la referencia de su trágica muerte a los 19 años de edad,  la tarde del 30 de mayo de 1965, en la Plaza de Toros colombiana de Venadillo, por un toro de nombre desconocido, de la ganadería local de La Chamba, que le destrozó la yugular, cuando alternaba con Juan Gómez y Espinoza. (Fuente: Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega, de su obra “Víctimas del Toreo”.)

 

Abundando sobre su tragedia el ilustre historiador español, d. Juan José de Bonifaz Ybarra refiere en su obra “Víctimas de la Fiesta”, que << el joven diestro colombiano Antonio Osorio halló el fin de su existencia el 30 de mayo de 1965 cuando en Venadillo (Colombia) colocaba un par de  banderillas a un astado de su lote, de la vacada de “La Chamba”. La certera cornada, en el cuello, le seccionó la yugular, con lo que el fallecimiento no se hizo esperar.

 

Por alguna razón que desconozco, en la Revista “La Montera” de don Rafael González Zubieta, citan en el artículo “Mayo un buen mes para morir en los ruedos”  que ANTONIO ÁLVAREZ,  fue un  novillero y rehiletero colombiano muerto al poner un par de banderillas en Venadillo (Colombia) en el transcurso de un festival del mes de mayo; por lo que estimo que debe ser el mismo Antonio Osorio que refieren los historiadores Bonifaz y Zaldívar.