12 FORCADOS HERIDOS EN UNA SOLA CORRIDA DE TOROS EN PORTUGAL EN 2020
8 de septiembre de 2020, del notable editorialista Pla Ventura: Forcados.- Días pasados (el sábado 12, por la noche) se celebró una accidentadísima corrida de toros en Reguengos de Monsaraz, Portugal que, como es su costumbre, en la misma participaron los famosos forcados (de São Manços y de Monsaraz), mozos adiestrados para la pega, es decir, para sujetar al toro para quitarle la fuerza que, por ejemplo en España se les templa con la pica; como quiera que en el país lusitano ello está prohibido, es por ello que allá por el año 1836 empezaron a hacer su aparición en los ruedos lusitanos los llamados forcados que, dotados de un técnica muy especial, llevan a cabo su menester con una admiración inusitada.
La corrida mencionada (con toros de la ganadería lusa de Fernandes de Castro, cuya sangre procede del prestigioso encaste de Salamanca (España) Atanasio Fernández que resultaron muy violentos y agresivos), para desdicha del espectáculo, resultó la más accidentada del mundo puesto que, doce forcados resultaron lesionados en el mismo festejo, algo de barrunto que no había sucedido jamás. Y, lo que es peor, uno de esos "gladiadores" de nuestra época (que fue empitonado por el tercer astado contra uno de los burladeros del coso), se encuentra muy grave (João Rosmaninho del grupo de São Manços) debido a las lesiones padecidas en la corrida antes citada, algo que lamentamos desde lo más profundo de nuestro ser. (Esa misma noche, el forcado fue trasladado al hospital más cercano, en Évora, en el que fue operado de las lesiones que presentaba en el hígado. En las últimas horas fue derivado al Hospital Santa María de Lisboa, en el que se encuentra ingresado en coma inducido, aunque permanece estable)
¿Qué estoy queriendo decir con este ensayo? Está clarísimo. No he visto una sola letra en ningún medio de comunicación lamentándose por las heridas y lesiones que han sufrido estos admirables hombres que, por afición, por gallardía y por su enorme valor, como se comprueba, se juegan la vida con más intensidad que los propios toreros pero, como quiera que son seres humanos, si se mueren, eso no le importa a nadie porque, como es notorio, las corrientes mortecinas que ahora nos arrastran, todo tiene que ver con el animal; digamos que, si se maltrata a un animal por parte del hombre, en este caso, el torero, ya se le considera un asesino.
Ante hechos como el citado hubiera querido ver a esos defensores de los animales, dígase partidos de izquierda, anti taurinos, a Pablo Iglesias y su séquito, gentes de Pacma y demás apestados pero, insisto, para esas gentuzas la vida de un ser humano les importa una puta mierda mientras que, un perro o que se mate un toro, eso sí es motivo de indignación para ellos. ¿Será la vida de hombre ya no vale nada? Seguro que no. A las pruebas me remito. Insisto que, para esas gentuzas defensores de los animales, la vida de un hombre si se circunscribe dentro de un recinto taurino, es poco menos que un asesino. Hay que ser, como modelo de persona, como Pedro Sánchez que lamenta profundamente que un criminal etarra se haya suicidado en una cárcel, pero le importa un carajo las miles de víctimas que ha dejado Eta en las cunetas.
Yo respeto una tradición casi bicentenaria que tiene lugar en Portugal porque, ante todo, las costumbres y tradiciones de cada pueblo, lugar o país, son inquebrantables y, los forcados no podían ser una excepción. En realidad, estos hombres admirables me merecen el mayor de los respetos puesto que, a cambio de nada, por amor a un espectáculo, son capaces de jugarse lo más sagrado de su existencia, su propia vida.
Por dicha razón, cuando ocurre una desgracia como la antes citada, cualquiera que sea aficionado a los toros o, sencillamente, que respete al ser humano, tenemos que lamentar por completo. Y ese respeto desmesurado viene dado porque, por ejemplo, Fernando Alonso se juega la vida a trescientos kilómetros por hora en la Fórmula I a cambio de cientos de miles de euros mientras que, los forcados, hacen lo propio, pero por amor a su profesión sin importarles para nada el dinero cuando, por el riesgo que asumen, deberían de percibir más dinero que el primero de los toreros o deportistas y, los forcados actúan siempre "gratis et amore". Me descubro ante estos seres únicos en su especie, distintos, valientes y admirables como son los forcados que, además de dar espectáculo en Portugal, esta práctica ya se realiza en distintas partes del mundo como un complemento más para seguir dándole vida al mundo de los toros.
Fuentes:
https://torosdelidia.es/lo-cuenta-pla-ventura-forcados/
https://www.abc.es/cultura/toros/abci-tragica-corrida-portugal-doce-forcados-heridos-coma-inducido-202009141838_noticia.html
https://www.mundotoro.com/noticia/joao-rosmaninho-sin-respiracion-asistida-cogida-reguengos-de-monsaraz-coma-inducido/1562336