MUERE EN ACCIDENTE UN DESJARRETADOR EN MÉXICO EN EL SIGLO XVII
Sobre el percance apunta D. Nicolás Rangel en su obra "Historia del Toreo en México. Época Colonial (1529-1821)":
Viene a colación al tratarse de la desjarretadera, trasladar un párrafo del capítulo veintinueve de la "Segunda Parte de la Historia de la Provincia de Santiago de México", escrita por Fr. Alonso Franco (entre 1637 y 1645).- "Un hijo de un caballero de la nobleza de México, dice el dominico historiador, recibió el hábito en este Convento. Pareciéndole que no podía llevar la vida religiosa, pidió sus hábitos seglares. Diéronselos, y fuese a su casa. De ella fue a unas estancias de ganado mayor de su padre, fuera de la ciudad, mientras le crecía el cabello, que el cerquillo de la corona le tenía desproporcionado. Ejercitábase conforme al punto en que se hallaba; y habiendo mandado ensillar un caballo a la gineta, subió en él con una desjarretadera o media luna en la mano, para desjarretar o derribar algunos toros, como suelen usar los que se precian de hombres de a caballo, así para su recreación, como porque en esto se hacen recios y fuertes en la silla. Suelen llevar los más gallardos corredores el cuento de la desjarretadera por el aparte de la vista, y el hierro la media luna vuelto para sí, para que al hacer el lance salgan con mayor aire y gallardía, y la herida del toro con más fuerza. Con este brío y gallardía iba el pobre caballero, cuando súbitamente tropezó y cayó el caballo, y él hizo el golpe sobre el hierro anavajado de la media luna, que le rasgó las tripas y descubrió las entrañas, dejándole lastimosamente muerto".
Fuente:
Historia de la Cirugía Taurina en México (De los siglos virreinales a nuestros días) Páginas 28 y 29. Dr. Raúl Aragón López y Maestro José Francisco Coello Ugalde, México, 2018. Fomento Cultural Tauromaquia Hispanoamericana