LA TRAGEDIA EN LA PLAZA DE TOROS DE SAN PEDRO ATOCPAN EN 1982
El 7 de marzo de 2019 recibí un amable correo electrónico del historiógrafo taurino D. Rafael Gómez Lozano, quien mantiene en la Red el Blog enciclopédico "Toreros Mexicanos", donde me acerca la siguiente información:
En las efemérides del Lic. Ruiz Quiroz dice: "9 de octubre de 1982.- Se derrumba plaza de toros en San Pedro Atocpan, -en Milpa Alta-, D.F. en corrida que torean Eloy Cavazos y Alfonso Hernández "El Algabeño" y no puede actuar Antonio Lomelín ya que al llegar en helicóptero después de torear ese mismo día en Chiconcuac el movimiento del público provoca el derrumbe".
También una nota periodística del Lic. Pepe Rodríguez, del 3 de marzo de 2017, donde informa entre otras cosas más recientes, de los fallecidos en la plaza de toros de San Pedro Atocpan en 1982:
"LA TARDE DE BORRACHON 03 DE MARZO DE 1974. El cuarto toro de la tarde de nombre "BORRACHÓN" de San Mateo le pegó tremendo cornadón a MANOLO MARTÍNEZ. Pero lo que les quiero contar es que esa tarde fue la última vez que mi mamá asistió a una corrida de toros. He aquí la historia: Mi papá era un furibundo martinista tanto que al menor de mis hermanos le puso de nombre MANOLO ¡qué bueno que no tuvimos una hermanita, porque seguro la hubiera bautizado como "CHICUELINA"!, porque la verdad sea dicha que buenas eran las chicuelinas estatuarias de MANOLO MARTÍNEZ, marcando la salida al toro y con quiebre de muñeca consumaba la suerte, para girar lentamente y ligar el siguiente lance. Ese día las mentadas para mi jefe y para MANOLO estaban a la orden del día, pero cuando éste resultó cogido, durando segundos interminables entre las astas del toro en escenas de verdadero espanto, JUAN "EL CHIMUELO" se acerca rápidamente atrás de donde estaban sentados mis padres y con gritos desaforados gritaba a todo pulmón "¡¡TOROOO, MATA A ESE HIJO DE SU CHINGADA MADRE!!",la respuesta no se hizo esperar: mi padre respondía con gritos y groserías a los deseos de muerte para SU MANOLO, un aficionado de la fila 21a con lágrimas en los ojos, gemía diciendo que la muerte no se le desea a ningún ser humano, de pronto de todas partes empezaron a arrojar vasos de ...cerveza al borrachón del tendido, desde los palcos un señor calvo aproximadamente de unos cuarenta años se divertía arrojando vasos de cerveza, mismos que los tenía enhilados sobre la barandilla . Un vaso de cerveza fría cae completito sobre la espalda de mi jefa: PANCHO "EL ABOGAO" con apenas quince años ya estaba bien pedo y trataba de subir al palco, para vengar a mi jefa pero el calvo le aplastaba los dedos y caía PANCHO, yo pegaba tamaño salto desde la fila 23a pero corría igual suerte.... de pronto, como si apareciera de la nada mi hermano CURRO con apenas once años de edad, caminando sobre la barandilla del palco en una escena circense, de magia de equilibrio llegó donde estaba el calvo y sin decir ¡agua va! le ha pegado tamaño madriza al calvo de cuarenta años, que lo dejó ensangrentado. Vinieron ensegida los policías, pero cuando vieron al presunto agresor quedaron pasmados de la edad y tamaño de mi hermano CURRO que ya apuntaba el cante de buen torero, pero prefirió las gachís y las madrizas en las calles... A los quince años mi hermano abandonó el hogar... Desde ese día mi Jefa nunca volvió a la plaza, salvo cuando mi hermano CURRO toreó al año siguiente en los aperitivos taurinos y en el año 1978, cuando yo toreé un festival taurino en la misma Plaza México, ese día a mi Jefa le brindé la muerte de mi vaquilla prometiéndole que era la última vez que toreaba, que ya me iba a poner a estudiar ... Promesa que no cumplí, pero su condescendencia y amor de madre perdonaba todas mis promesas incumplidas, y sigue perdonándome todas mis tarugadas.... Pasaron los años JUAN "EL CHIMUELO" se hizo árbitro de fut-bol de salón, mi amigo CHUCHO EL CIEGO cada vez que lo encontraba le gritaba "YAMASAKI, EL UNICO ARBITRO QUE DEJA TIRADOS LOS CALZONES A LA MITAD DE LA CANCHA", y muy seguido iba con mi padre a plazas de provincia a ver las corridas de toros. Cuando ocurrió el fatal accidente de la Plaza de Atocpan, en Milpa Alta mi padre se encontraba hospitalizado y por esa razón no pudo ir a la corrida, sin embargo se enteró por la radio de lo ocurrido y quién sabe cómo lo hizo pero llamó desde el hospital preguntando desesperado si alguien había resultado lastimado: ESE DÍA JUAN "EL CHIMUELO", "LUPILLO", el hermanito de los "ABOGADO" habían muerto aplastados por las vigas de la plaza cuando la gente se arremolinó para ver descender del helicóptero a ANTONIO LOMELÍN.... Ese día TACUBAYA CUNA DE TOREROS se vistió de luto, para velar a cuatro de sus hijos que murieron en una plaza de toros... "
Asimismo me envía una editorial publicada en el diario "La Afición" el sábado 10 de octubre de 1998, de ¡¡El Longe Moco!!, acerca de Manuel Montes de Oca "El Filibustero", donde anota que.- "El Fili" nunca estuvo tan cerca de la muerte como aquel nefasto sábado 9 de octubre de 1982 en la 5ª Feria Nacional del Mole, donde hubo 5 muertos oficiales y 136 heridos. Toda la sección de sombra estaba atiborrada de espectadores, ¡se habían vendido boletos de más!, esta fue la auténtica razón del accidente: La voracidad del empresario.
En el cartel estaban puestos, Eloy Cavazos, que portó un terno blanco; Toño Lomelín, que nunca realizó el paseíllo ni tampoco toreó; y Alfonso Hernández "El Algabeño" que usó un terno naranja y oro. Los toros eran de Santacilia. Eloy le había cortado 2 orejas al toro 79 y al 86 lo cortó una oreja. Esta vez el evento se atrasó una hora con cinco minutos, la gente ya estaba caliente y muy apretujada. Eloy estaba terminado de dar su vuelta al ruedo con su oreja en la mano derecha y entre grandes aclamaciones, cuando repentinamente el sonido local anunció la llegada de un helicóptero que portaba en su interior al torero Antonio Lomelín. Como era algo inusitado e histórico los espectadores se alborotaron. Y efectivamente, un helicóptero apareció en el cielo y se acercó a la plaza portátil "Carlos Arruza". Entonces la gente comenzó a concentrarse en la parte de atrás de la sección de sombra para ver el aterrizaje y al torero vestido de luces. La estructura no soportó el peso y toda la sección se desplomó estruendosamente. Entre rechinidos siniestros de metal. Láminas crujiendo y gritos angustiosos de humanos que sienten el abismo, me desplomé, milagrosamente. Después como dijo el Longe Moco: "Nadie sabe, nadie supo".