JOSÉ MARÍA VÁZQUEZ XXXX-1898?
Refiere el eminente cronista español don Rafael González Zubieta << el Zubi>> en una brillante nota editorial de su afamada página de Internet (Larga Cordobesa), titulada “La Auténtica Historia de Don Tancredo López”, que << El origen de la práctica del Don Tancredo es pues en 1899, y se debe a un torero español natural de Valencia, de poca fortuna y nombre Tancredo López comenzó este espectáculo como un medio desesperado de ganar dinero en las postrimerías del siglo XIX. Se sabe que Tancredo López en su juventud fue novillero pero tuvo poca suerte. Sus andanzas le llevaron unos años por América para probar suerte, y parece ser que estando en La Habana, en 1898, vio practicar este experimento a un mexicano JOSÉ MARÍA VÁZQUEZ apodado “el Orizabeño” también conocido con el alias de “El Esqueleto Taurino”, y debió pensar practicarlas en los ruedos españoles, sin que el destino le deparara el desafortunado fin del mexicano, que practicando esta suerte murió aparatosamente de una fuerte cogida. Fue en Cuba donde Tancredo tuvo la idea del hombre-estatua al presenciar una parodia taurina de Don Juan.
El Don Tancredo, o la suerte de Don Tancredo, era un lance taurino con cierta afición en la primera mitad del siglo XX. Consistía en que un individuo que hacía el Don Tancredo, esperaba al toro a la salida de chiqueros, subido sobre un pedestal situado en mitad del coso taurino. El ejecutante iba vestido con ropas generalmente de época o cómicas, y pintado íntegramente de blanco. El mérito consistía en quedarse quieto ya que el saber de la tauromaquia afirmaba que al quedarse inmóvil, el toro creía que la figura blanca era de mármol, y no la embestía convencido de su dureza, y que si embestía contra ella se rompería los cuernos. Esta suerte comenzó a conocerse en España en 1899 exactamente. Se trataba de estremecer y conmover al público con la más dramática representación torera. En todo caso un precedente más chusco y primitivo del Don Tancredo lo protagonizó el malagueño Juan García, a quien le llamaban “el Tío Carrasquiña”, que en 1850 hizo una suerte muy parecida al Don Tancredo. Se cubría el cuerpo por completo de de abundante hierba verde recién cortada y se colocaba delante de toriles quieto como un árbol. Cuando salía el toro, se acercaba muy despacio a él y cuando se disponía a comer la hierba Carrasquiña se meneaba brusca e inesperadamente y el toro salía huyendo despavorido, y esto como es natural causaba un gran regocijo y carcajada entre el público. (Desgraciadamente Juan García falleció por cogida de toro en una modesta capea celebrada en Torremolinos, Málaga, durante la temporada de 1850). La suerte llamada de Don Tancredo consistía en subirse en centro del ruedo a un pedestal, vestido de blanco y con la cara empolvada de blanco, y esperar allí inmóvil la salida del toro, que llegaba hasta el pedestal, lo olfateaba y se iba a otro lado de la plaza. Durante varios meses repitió el tenso espectáculo con gran regocijo del público. Se rumoreaba que Tancredo hipnotizaba a los toros. Él tenía otra explicación para el fenómeno: el toro creía estar ante una estatua de mármol y temía romperse los cuernos si la embestía.
Fuente: Foto y nota editorial cortesía de:
http://rafazubi52.blogspot.com/
Al parecer el lidiador mejicano de nombre JOSÉ MARÍA VÁZQUEZ apodado “el Orizabeño”, creo esta suerte llamada inicialmente “El Esqueleto Taurino” y que fue presentada por primera vez en la ciudad de Orizaba, Veracruz, México, de donde era nativo, mismo valiente que practicando esta temeraria suerte, murió dramáticamente de una fuerte cogida.
Como dato curioso, de partidarias femeninas de esta arriesgada suerte, consigna don Armando de María y Campos en su obra "Imagen del Mexicano en los Toros", que en la Plaza de Toros de Matehuala, Estado de San Luis Potosí, en México, el 5 de agosto de 1906, Josefina Ruvalcaba, "Doña Tancreda", se arriesgó en tal empresa durante una novillada que dedicaba a las negociaciones mineras La Paz, Dolores, Esmeralda, y Nodriza, lidió a su beneficio el popular Agustín Velasco, "Fuentes Mexicano", matando toros potosinos del Sotol.
Fuente: El gatomontés/ Diario ESTO/ La Plaza Antonio Montes/ 7 de enero de 2009
El 17 de diciembre de 2011, recibí una amable carta del historiógrafo taurino, Rafael Gómez Lozano (Dientefino), propietario del Blog Taurino en la Internet "Toreros Mexicanos" donde me alerta que: -Según el artículo <<La Suerte del Tancredo - "El Orizabeño">> de la srita. Gabriela Fernández Quiñones del periódico taurino "Multitudes" (No. 202, de febrero de 1992), "El Orizabeño" y José María Vázquez eran personas diferentes-, por lo que me anexa esta editorial digitalizada, y que textualmente reproduzco en este sitio, para conocimiento de los lectores:
La Suerte del Tancredo - "El Orizabeño"Por Gabriela Fernández Quiñones
En números anteriores de MULTITUDES, nos hemos referido a la inventiva del torero mexicano por acrecentar las suertes del toreo, enriqueciendo este quehacer popular. Hoy nos vamos a referir a esa suerte que se conoce como EL TANCREDO, de siempre atribuida a Tancredo López, a la que le dio su nombre y no era, sino la suerte de "LOS ESQUELETOS TOREROS" que se conoció con anterioridad en México. Aquí su historia. Remontémonos a los finales de 1884 para ubicarnos en la ciudad veracruzana de Orizaba, donde radica Antonio González, conocido como EL ORIZABEÑO. Banderillero mexicano, al que su actividad taurómaca no lo apartaba de su ciudad natal, sirviendo a las cuadrillas de los toreros forasteros que pasaban por el lugar, como fue el caso del tabasqueño don José López, del que aprendió EL ORIZABEÑO la suerte que vamos a reseñar. "Don Pepe- el espada mexicano José Vázquez- era un valiente y tuvo la idea de que era posible esperar al toro al salir del toril, permaneciendo quieto el lidiador, aunque el cornúpeta se acercara llegando a olfatearlo. Que no haciendo movimiento, sino guardando inmovilidad absoluta, cual si fuere estatua, el toro no tirará el derrote sino se alejará".
Antonio González "El Orizabeño"
Don Pepe, se fundaba en que el movimiento es lo que motiva la embestida y a veces a sufrir la cogida. Que el toro no tiene acometividad para lo que está sin moverse, viéndolo como algunos de los objetos que diariamente mira en el campo. Símil para enriquecer esto, la anécdota que se le atribuye a Manuel Rodríguez MANOLETE, el que declaraba su "estoicismo", se debía a la simple observación del toro en el campo. El utrero en su aprendizaje, ataca a las ramas del árbol, nunca a su tronco. No faltando quién asevere el toreo de Belmonte, toreo de brazos no de pies, se debía a la observación de EL TANCREDO. Pero prosigamos con nuestra historia, después de este paréntesis. Fijo en tal presunción, don José fue el primero que hizo la prueba en la plaza de toros de la ciudad de Orizaba. A su invención le puso por nombre: "EL COMENDADOR ULLOA TOREANDO". Aludía al Comendador don Gonzalo Ulloa, personaje de la obra DON JUAN TENORIO. En el final de la obra se recuerda una escena, estatuas de un cementerio. Allí, está la estatua de la víctima de Tenorio, el Comendador. La suerte tuvo éxito. El toro procedente de la ganadería de Nopalapan, se acercó a "Don Pepe" y lo olfateó. El cornúpeta estuvo unos instantes, siglos le parecieron al "fingido Comendador", que estuvo tragando paquete. Engañado, buscó enemigos para buscar nuevas peleas, acometiendo a los arlequines que lo fustigaban con gritos, voces, y movimientos de capotes. Al siguiente domingo la "suerte" tuvo repetición y su actor fue "EL ORIZABEÑO", al que también acompaño el éxito la nueva suerte que se anunciaba con el macabro nombre: "PANTEÓN DE DON JUAN TENORIO. ESQUELETOS QUE ASUSTAN AL TORO". Por muchos años esta suerte fue señuelo para la corrida que se celebraban el 2 de noviembre, "día de los fieles difuntos". Por aquella época estaba en nuestro país un lidiador de toros llamado TANCREDO LÓPEZ, banderillero en las cuadrillas mixtas de toreros mexicanos y españoles, quien tuvo frecuentes ocasiones de presenciar la "suerte" que hacían EL ORIZABEÑO y sus camaradas. El hispano regresó a su patria, y sin torear y urgido de dinero para subsistir, volvió a los redondeles. Escaso de facultades para ser banderillero recordó, y se acogió a lo aprendido y visto en México. Como era valiente, resolvió su problema económico en imitar a EL ORIZABEÑO, con la suerte netamente mexicana y desconocida en España. En la ciudad de Valencia la presentó por primera vez, el día 19 de noviembre de 1900, con un toro de la ganadería andaluza, propiedad de don Damián Flores. Tuvo éxito, causando asombro en los aficionados. Inmediatamente fue contratado para Madrid, donde la presentó el día 30 de diciembre con el toro llamado "ESPANTAVIVOS" de la ganadería de TRESPALACIOS, un cornúpeta de pinta cárdena, lucero, corpulento y bien encornado. Toro de "respeto". Fue anunciado con estas frases: "LA SUERTE DE DON TANCREDO, SUGESTIONADOR DE TOROS BRAVOS". Afirmabáse que provenía el atrevimiento del ex banderillero, de que poseía intenso "poder magnético", que enviaba hacia el toro, enervándole de modo tal que no tenía fuerza de hacer la embestida, poder de hipnotizador que la mayoría de los aficionados aceptaron. Pero también hubo incrédulos, entre estos se contaba "GUERRITA" el que hizo viaje desde Córdoba para presenciar "suerte" tan extraordinaria. Cuando la miró, quedóse vacilando entre creer o no creer. Recurrió a un ardid para salir de su vacilación. Ofreció una apuesta de 1,000 pesetas, perdiéndolas si "DON TANCREDO" hacía su experimento con un toro de Miura. Toro escogido por "GUERRITA", para de tal manera tener la convicción de que había calidad de "superior" en la anotación de tienta. "DON TANCREDO" dijo aceptaba que el toro fuera un miureño, pero sin que el famoso espada tuviera derecho a elegirlo. Por consiguiente no tuvo pie la famosa apuesta. Pero poco después "la suerte" de don Tancredo fue practicada ante un miureño, viendo esto "GUERRITA", confesó el ex banderillero Tancredo López era poseedor de grandes "perendengues". "Yo por nada me pondría encima del cajón pa´jacer de estatua", fue la última opinión respecto a DON TANCREDO. Mucha tinta se gastó en el suceso, entre los artículos destaca uno firmado por don Pascual Milán, impreso en las columnas del periódico "SOL Y SOMBRA" donde se afirma: "Bien dice GUERRITA, lo que son "perendengues" le sobran a don Tancredo. Y este, todo el mérito de la "suerte", que no es poco. En él hay un hombre de mucha fibra, que por esta cualidad sube al pedestal, se cruza de brazos, manda abrir la puerta del toril y aguarda impávido a que el toro con él haya lo que sea más de su agrado". Aquí en México tuvo repercusión el "tancredismo", pero entre los aficionados mexicanos, que ya conocían lo que hacía EL ORIZABEÑO", no fue novedoso. Surgiendo un imitador de "DON TANCREDO" en el gaditano Ricardo del Real. Hizo por primera vez la "suerte" del "TANCREDO" en la plaza de Toros MÉXICO, en una corrida donde actuaron de espadas Eduardo Leal LLAVERITO y Antonio Ortiz MORITO. Los toros fueron del hierro de PARANGUEO, propiedad de don Nicolás del Moral. En el quinto toro el "imitador" de don Tancredo se presentó. Estando esta vez en acabar la "suerte" en un desaguisado, pues el toro después de olfatear la "estatua viviente", dio un derrote en el pedestal y Ricardo del Real cayó de espaldas. Afortunadamente el de PARANGUEO no repitió la acometida y el supuesto "Tancredo" se levantó sonriente. La fecha del "acontecimiento" fue la del 10 de marzo de 1901. El éxito lo repetirá Ricardo del Real en las plazas de toros de Puebla, Guadalajara y San Luis Potosí. Pero la respuesta de la prensa especializada fue negativa, pues le restaban SERIEDAD. "A tal suerte la tomamos a "guasa". La hemos visto practicándola SIN PEDESTAL a toreros disfrazados de esqueletos, siendo efectuada en el día 2 de noviembre, dedicado a la conmemoración religiosa de los fieles difuntos. "DON TANCREDO" español ha conseguido crispar los nervios de los aficionados de allá, con lo que a nosotros ya no nos conmueve. Quédese DON TANCREDO en los redondeles hispanos, donde tanto alboroto promueve. Aquí, ya no".