Los toros dan y quitan

LAS VÍCTIMAS QUE SE CITAN EN LA CELADA CONTRA SAN ATAÚLFO (Siglo IX)

LAS VÍCTIMAS QUE SE CITAN EN LA CELADA CONTRA SAN ATAÚLFO (Siglo IX)

Refieren en la página de Internet "El Arte Taurino", apartado de "Famosos Milagros Taurinos", que tenía la iglesia de Santiago algunos esclavos, llamados Zaden, Cadon y Anfilon, que acusaron en Oviedo delante del rey Bermudo II, al obispo de Santiago, llamado Ataúlfo, de traición, asegurando que el obispo de Santiago había prometido a los moros darles la tierra si entrasen por Galicia poderosos. El rey creyó a los moros y mandó venir ante sí al obispo, que hijo del traidor conde don Gonzalo, que mató al rey don Sancho con veneno. El obispo llegó a Oviedo el jueves de la Cena de la Semana Santa, en tiempo que el rey tenía cortes a sus vasallos, consultando con ellos cómo se podría resistir a los moros, que ya comenzaban a destruir Castilla, y se temía que luego había de descargar aquella tempestad sobre el reino de León. El rey le tenía previsto un infernal género de tormentos para el Obispo. Había mandando a sus monteros trajesen un toro bravísimo, y mandolo soltar contra el Obispo. "Vínose el toro para el obispo tan manso, que le puso los cuernos en las manos para que los tomase, y dejándoseles en ellas, como si no les tuviera para más que aquello, volvió su ferocidad contra los que allí se hallaban, y matando algunos de ellos, sin tener ya sus armas, sino las que el poderío del cielo le daba, se volvió al soto de donde le habían traído". El obispo se volvió muy reposado a la iglesia con los cuernos en las manos y, poniéndolos en el altar mayor, maldijo a los tres siervos, que falsamente le acusaron. La cornamenta del toro permaneció expuesta por muchos años en la catedral de Oviedo, y el hecho quedó recogido en un romance de la Crónica General de Alfonso X. En el siglo XIX, el Obispo Pisador de Oviedo, prohibió la devoción al Santo Ataúlfo y su sarcófago estuvo cercado con reja para dificultar el culto. Actualmente se conserva este sarcófago en la iglesia de Santa Eulalia de La Mata.


Capitel del toro mancornado: Milagro del Obispo Ataulfo

Fuente:
http://www.elartetaurino.com/milagros%20taurinos.html

Otra fuente muy honorable, como lo es la página de Internet del "Reyno de Navarra" cita lo siguiente respecto de la leyenda del milagro de San Ataúlfo, narrado por Acipilón: Durante el siglo IX, las costumbres en el norte de la Península Ibérica no eran del todo ejemplares. Vivíamos una época impura llena de escándalos monásticos, esposas abandonadas y clérigos con concubinas. Corría el rumor de que el obispo de Compostela, Ataúlfo II, quería terminar con los abusos y restablecer la disciplina eclesiástica, aunque para ello tuviera que emplear mano dura, pero tal decisión no gustó nada a cuantos disfrutaban de tales alborotos. Así pues, una fría tarde de invierno, mi compañero Cadón y yo mismo, Acipilón, recibimos la visita de varios clérigos rebeldes, que muy disgustados ante la intromisión del obispo compostelano, nos rogaron que nos personásemos ante el entonces rey de Asturias, Alfonso III el Magno. Debíamos acusar a Ataúlfo de conspirar contra su reinado y de andar en acuerdos con los moros para entregarles las tierras gallegas y así lo hicimos, porque tampoco nosotros queríamos ver reducidos nuestros privilegios. Y no fue tarea ardua convencer al rey, ya que entre sus pretensiones estaba la de terminar con todos los enemigos de su corona. Presentose un día el citado obispo ante Alfonso III y no había terminado de mostrarle sus respetos cuando, fue llevado preso. Como todo traidor, su castigo sería abandonarle a su suerte ante un toro salvaje. El día de autos, la plaza donde iba a tener lugar el acontecimiento se hallaba repleta de gente. Todos gritábamos entusiasmados y ansiosos por ver cómo la bestia acababa con aquella poderosa amenaza. Al salir la fiera al ruedo, embistió con carrera acelerada a Ataúlfo, pero justo antes de rozar los ropajes del obispo y ante la atónita mirada de todos los presentes, el toro se paró en seco y bajó la cabeza sumisamente permitiendo que Ataúlfo sujetara sus cuernos. Arrepentido, comprendí que habíamos cometido un craso error pues, sin duda, aquel día quedó probada su inocencia. Quiso la historia que estos hechos no cayeran en olvido y que se inmortalizaran para siempre en un bello capitel del refectorio de la Catedral de Pamplona. Fuente:
http://www.turismo.navarra.es/esp/propuestas/camino-santiago/informacion-general-camino/leyendas-camino.htm

Resulta por demás interesante, porque las versiones varían entre sí, cambiando el nombre incluso de los confabulados, el leer esta tercera versión del milagro, por completa, del honorable Ayuntamiento de Grado (Asturias, España) donde consignan que: Según Luis Alfonso de Carballo, la leyenda de San Ataúlfo, obispo de Iria, es la siguiente: «Estando en la ciudad de Oviedo el rey D. Vermudo II, vinieron tres esclavos de la iglesia de Santiago de Galicia, llamados Zador, Chadon y Ansilon, los cuales por odio y enemistad que habían concebido contra su Señor el Obispo de aquella Iglesia Ataúlfo, varón de santa vida y costumbres y de mucha piedad y religión (aunque era hijo del rebelde Don Gonzalo), le acusaron ante el Rey que había cometido un abominable pecado y además de esto tenía algunos tratos con los moros en perjuicio de la cristiandad. Creyólo el rey por ser hijo de Don Gonzalo y porque presumía que nadie se había de atrever a darle acusación que no fuera cierta y así dio crédito a dichos esclavos contra la opinión de la santidad que de Ataúlfo se publicaba y le envió a llamar a Santiago, donde estaba sirviendo su iglesia. Vino Ataúlfo a Oviedo y llegando el Jueves de la Cena, entró en la Santa Iglesia a decir misa antes de parecer delante del Rey; el cual mientras tanto, sin considerar cosa alguna, mandó traer un toro ferocísimo y entrando el obispo por el patio le soltaron para que con la embestida le matase.

Púsose en ejecución el atroz y desaforado hecho, soltando el fiero animal picado y aguijoneado al tiempo que el Santo Prelado entraba por el patio; mas la Divina Providencia (...) ordenó que el feroz toro con más blandor y mansedumbre que los mismos hombres, se llegase al siervo de Dios, humillándole su robusta cerviz, y poniéndole sus astas en la mano, como que le rendía sus armas, y asiendo de ellas el inocente Obispo levemente, y sin facer fuerza alguna, le quedaron en las manos, para mayor testimonio del milagro; y el toro, aunque desarmado de sus naturales armas, arremetió con tanta ferocidad contra los hombres que allí le habían metido, que mató algunos, y dejando otros maltratados, se salió del coso y salió al campo. Ataúlfo se fue a la Iglesia de San Salvador a dar gracias en cuyo Sagrado Templo, ofreció los cuernos del toro, dejándolos colgados en él, aunque ahora no se hallan, y piensan algunos que se llevaron a Santiago. Volviendo Ataúlfo para Galicia, y llegando al valle de Pramara, cuatro leguas de la ciudad de Oviedo, fue Nuestro Señor servido de sacarle de ésta vida, y sus clérigos le sepultaron en el mismo lugar en la iglesia de Santa Eulalia, donde vemos al presente su sepultura y es tenido y venerado como Santo, y a la misma iglesia y lugar llaman desde entonces "Santo Dolfo", corrompido nombre de Ataúlfo». Actualmente sólo se conserva este sarcófago en la iglesia de La Mata; sin embargo, Fernández de Miranda (Grado y su concejo, Oviedo, 1982) asegura que éste no es el primitivo ya que aquél podía verse destrozado fuera del templo, (diferenciándose únicamente las dos urnas en que la actual está desprovista de todo adorno, y la primitiva tiene dos círculos concéntricos y una cruz latina en el centro). La devoción de Santo Dolfo tuvo un gran fervor popular hasta principios del siglo XIX en que la prohibió el obispo Pisador; durante una época y por orden del mismo, el sarcófago estuvo cerrado con una reja para dificultar el culto. Actualmente, todo ha quedado en una leyenda y ya no se venera el cuerpo de Ataúlfo en esta iglesia.
Fuente:
Ayuntamiento de Grado (Asturias).
www.vivirasturias.com/asturias/grado/iglesia-parroquial-d...
http://www.flickr.com/photos/43527863@N03/4133471702/