PABLO GREGORIO GÓMEZ TERRÓN (1943 - 1999)
Pablo Gómez Terrón nació en Trigueros (Huelva), el 25 de mayo de 1943. Vistió su primer traje de luces el 23 de abril de 1961 en Valverde del Camino (Huelva), lidiando novillos de Gerardo Ortega y alternando con Antonio Oliveira y Antonio Muñoz “El Choquero”. La primera novillada que toreó con picadores fue la celebrada en Huelva el 23 de septiembre de 1962, en la que con novillos de Eugenio Marín, alternó con Mauro Liceaga y Carlos Corbacho. La alternativa la tomó en Barcelona el 1 de agosto de 1968, al cederle Dámaso Gómez la muerte del toro de la ganadería del marqués de Domecq, de nombre “Ganchillero”. Actuó de testigo de la ceremonia Gabriel de la Casa y el festejo lo abrió la rejoneadora Amina Assís. La última corrida que toreó también fue en Barcelona, el 19 de julio de 1973.
La Brigada Judicial de la Guardia Civil y un juzgado de instrucción investigan las causas concretas de la muerte del novillero Pablo Gregorio Gómez Terrón, de 55 años de edad, cuyo cadáver apareció el 22 de julio de 1999 en la piscina del chalé que la familia del ex matador de toros Antonio Borrero, “Chamaco”, posee en la playa onubense de El Portil, entre los términos municipales de Punta Umbría y Cartaya. Una asistenta encontró a primeras horas de la mañana, en el fondo de la piscina, el cuerpo sin vida de este hombre, domiciliado en Madrid, aunque últimamente residía en Nimes (Francia). Tras comunicar el suceso a la propietaria de la residencia veraniega, María del Carmen Borrerro, esposa de “Chamaco”, ésta denunció los hechos ante la Guardia Civil, que abrió de inmediato la correspondiente investigación para aclarar las circunstancias en que se produjo el extraño fallecimiento. Alrededor de las 14.00 horas, después de que los agentes recogiesen varias pruebas de la zona, se produjo el levantamiento del cadáver de este hombre, que pudo fallecer la noche anterior. En ese momento, además del personal de servicio, se encontraban en el inmueble la denunciante y su hijo Antonio, también matador de toros como su padre. Aún se desconoce el origen de esta muerte, aunque los agentes que investigan el caso no han encontrado inicialmente indicios de violencia en el cuerpo del novillero. En la piscina se encontró una botella de champaña y varias copas. Los vecinos de las residencias colindantes aseguraron no haber visto ni oído «nada anómalo» en la noche del pasado miércoles, cuando presumiblemente se produjo el suceso. El fallecido intentó conseguir, infructuosamente, el éxito como novillero en la década de los años 70, y en la actualidad se encontraba retirado. La familia de “Chamaco”, que al parecer se encuentra de viaje en Argentina, suele disfrutar del periodo estival en este chalé. Fuente: Periódico El Mundo/Viernes 23 de julio de 1999