RAMÓN SOTO VARGAS (1951 - 1992)
Novillero y rehiletero gitano de 41 años originario de Camas (Sevilla) murió en la Plaza de Toros de La Real Maestranza de Caballería de Sevilla al ser corneado por el tercer novillo del festejo celebrado el 13 de septiembre de 1992 (y que le correspondió su lidia y muerte al novillero Leocadio Domínguez). A la salida del tercer par de banderillas empitonó al banderillero Ramón Soto Vargas. Como consecuencia de la cogida, el infortunado torero dejó de existir unas horas después en la enfermería de la plaza. El toro de nombre “Avioncito”, No. 5, negro listón de capa de 458 Kg. de peso, era de la ganadería del Conde de la Maza. Tres horas después de la cogida, ocurrida hacia las 19.55, el cirujano jefe de la plaza, el doctor Ramón Vila, con el rostro desencajado, anunciaba la muerte del subalterno, debida a las heridas en el hemitórax, que le afectaron el corazón.
Ramón Soto debutó sin picadores en 1971 y con caballos en Sevilla en 1973. Tras su paso por el escalafón de novilleros vistió el traje de plata a la órdenes de matadores como Antonio Chenel "Antoñete", Curro Romero, Rafael de Paula y el novillero Marcos Sánchez Mejías. No pasó de la media docena de funciones anuales ninguna temporada, salvo la de 1974 en que hizo el paseíllo en dieciséis ocasiones, anotándose triunfos sonados más de una tarde. Sirva de ejemplo la del 12 de mayo de 1974 en la Plaza de Toros de Sanlúcar la Mayor (Sevilla), donde cortó cuatro orejas y un rabo a un novillo de don Rufino Santamaría, alternando con Antonio Vargas y Manuel Ruiz (Manili), o la del 21 de mayo de 1974 en la Plaza de Toros de Aracena (Huelva) donde le concedieron tres orejas y un rabo de sus enemigos, del hierro del conde de la Maza, alternando con Luis Sánchez (Guerrita) y Jesús Franco (Cardeño). No fue menor el éxito alcanzado en su patria chica al alternar en un mano a mano con su paisano Antonio Chacón, el 2 de julio de 1974 y obtuvo tres orejas y un rabo del tercero de su lote. Según el parte medico del día de su tragedia, la cornada que sufrió en la cara anterior del hemitórax izquierdo, penetra en cavidad pulmonar con rotura de hilio pulmonar y desgarro de vasos hiliares. Herida penetrante en pericardio con rotura del infundíbulo pulmonar y tronco de arteria pulmonar. Parada cardiorrespiratoria y shock hemorrágico. "Se procede a la Intervención", sigue diciendo el parte, "con transfusiones masivas por tres vías de sangre y plasma en 2,600 centímetros cúbicos, bicarbonatado y fisiológico. Se procede a la sutura de la brecha cardiaca y cateterización auricular lográndose sacarlo de la parada, debiéndose proceder a varias desfibrilaciones por fibrilación ventricular. A los 20 minutos de estabilización cardiaca, se procede al cierre de la herida dejando drenaje pleural. En ese momento entra de nuevo en fibrilaciones ventriculares repetitivas, sin que se puedan controlar, falleciendo el paciente". El doctor Ramón Vila señaló que en el momento de la cogida no se dio cuenta de la gravedad de la herida, aunque el torero llegó a la enfermería con la expresión de Montoliu, el banderillero trágicamente fallecido en este mismo coso el pasado 1 de mayo. Añadió que el paciente había sangrado muchísimo y que había resultado decisiva la falta de riego cerebral. "Este es un año gafe o es que estamos gafados", concluyó, "dos cornadas y las dos en el corazón". La cogida de Ramón fue una de las muchas que sufren los banderilleros. El novillo, con trapío de toro y 458 kilos de peso, manso como todos sus hermanos, fue muy reservón en el segundo tercio. Sin apuros, pero sin lucimiento, habían colocado banderillas Soto Vargas y Juan de Triana. Al cerrar el tercio, el primero de ellos fue arrollado tras clavar los garapullos y cayó al suelo junto a la barrera del tendido 7. El novillo hizo por él en un instante. El banderillero se levantó por su propio pie y fue su compañero Juan de Triana quien se percató de que tenía manchado de sangre el forro de la chaquetilla. Trasladado inmediatamente a la enfermería, nada hacía pensar en un fatal desenlace. La capilla ardiente quedó instalada en la sala de prensa del coso, y velaron su cadáver su esposa, familiares, compañeros y amigos; entre otros, los diestros Espartaco, José Antonio Campuzano y el rejoneador Álvaro Domecq. Los novillos del Conde de la Maza estuvieron bien presentados, con problemas para una terna inexperta y sin grandes recursos, la formaban Antonio Vázquez, que dio una vuelta al ruedo, Juan de Félix, ovacionado en uno de sus toros, y Leocadio Domínguez, que dio vuelta al ruedo en los dos. (Fuente: Diarios y Crónica de d. Juan José Zaldívar Ortega)
Semanario El Ruedo/ 22 de septiembre de 1992/ Época IV, No. 75