Los toros dan y quitan

JUAN MARTÍN GARCÍA "PELÓN, Hijo " (1823 - 1862)

JUAN MARTÍN GARCÍA "PELÓN, Hijo "

Solo para efectos ilustrativos: Grabado a caballo levantado que aparece en un cartel de la Plaza Real

Picador que fue cogido por el toro de nombre “Caimán” el 10 de agosto de 1862, falleciendo el mismo día. (Fuente: Accidentes Oculares en la Tauromaquia de 1801 a 1941 de los doctores Puertas y Celis)

En las fiestas de San Lorenzo (Huesca, Aragón), el 10 de agosto de 1862 -otros cronistas refieren que fue el 10 de junio del mismo año-, al poner Juan Martín “el Pelón” una vara a “Caimán”, colorado, de Pérez Laborda, sufrió una caída al descubierto. Al intentar incorporarse le acometió el astado y le clavó en la tetilla el asta, cuya punta salió por el cuello, llevándolo arrastrado unos instantes. La cogida no podía tener tintes y características más dramáticas. Intentaron los espadas Manuel Pérez “el Relojero” y Joaquín Gil “El Huevatero” auxiliar al desgraciado picador, y cuando lograron que la bestia soltara al “Pelón”, fue trasladado a la enfermería del hospital, donde murió a la media hora escasa de ingresar pues la herida era terrible. Para socorrer a la viuda se organizó una suscripción que alcanzó muy pronto gran cantidad, dadas las simpatías con que contaba tan buen varilarguero. “El Boletín de Loterías y Toros” publicó las listas de los donantes, y en ellas aparecen los mejores toreros y aficionados de aquel tiempo. Juan Martín “el Pelón” fue picador de excelente escuela, valiente y entendido, no muy sobrado de facultades físicas. La desgracia que sufrió pudo haberle pasado a cualquiera, pues “el Pelón”  fue de los picadores no se acobardaban ante el peligro de toros ilidiables y marrajos. En la citada corrida, el cornúpeto de la ganadería de Pérez Laborda, de nombre “Nevao”, hizo una gran pelea en todas las suertes y llegó a la muerte en buena forma, a pesar de haber aguantado 20 varas y destripado a  seis caballos. (Crónica del historiador Juan José Zaldívar Ortega)

Refiere don Juan José de Bonifaz Ybarra, erudito taurino y autor del libro “Víctimas de la Fiesta”, que << el toro “Caimán” del hierro de Pérez Laborda, produjo, la muerte de Juan Martín García (Pelón, hijo) en Huesca, el 10 de agosto de 1862. Al caer en la arena, intentó incorporarse, haciendo el astado por él y atravesándole prácticamente de una cornada por la región pectoral. El óbito aconteció a la media hora de ser herido. "

"Caimán" un toro de la dehesa de Manuel del Val, de Tudela, dio muerte a un picador en Huesca en 1862
Fuente:
http://www.festejospopulares.es/Castanavarra/toros_con_historia_de_casta.htm

Abundando en la vida de este personaje de la Fiesta, el erudito taurino Juan José Zaldívar Ortega consigna en su libro "Víctimas del Toreo"- Apartado de Picadores (Páginas 77 y 78) que Juan Martín García (Pelón, nieto), picador de toro, tercero de una famosa dinastía taurina que tuvo sus comienzos en un Juan Martín que picó delante del antitaurino Felipe V. Nació en Jerez de la Frontera (Cádiz), el (06-04-1823) y falleció en 1862, a los 39 años de edad. En las fiestas de San Lorenzo, en Huesca, el (10-08-1862), al poner una vara al toro, de nombre "Caimán", colorado, de la ganadería de Pérez Laborda, sufrió una caída al descubierto. Al intentar incorporarse le acometió el astado y le clavó en la tetilla el asta, cuya punta salió por el cuello, llevándolo arrastrado unos instantes. La cogida no podía tener tintes y características más dramáticas. Intentaron los espadas Manuel Pérez (el Relojero) y Joaquín Gil (el Huevatero) auxiliar al desgraciado torero, y cuando lograron que la bestia soltara al Pelón, fue trasladado a la enfermería del hospital, donde murió a la media hora escasa de ingresar. Para socorrer a la viuda se organizó una suscripción que alcanzó muy pronto gran cantidad, dadas las simpatías con que contaba tan buen varilarguero. El Boletín de Loterías y Toros publicó las listas de los donantes, y en ellas aparecen los mejores toreros y aficionados de aquel tiempo. El Pelón fue picador de excelente escuela, valiente y entendido, no muy sobrado de facultades físicas. La desgracia que sufrió pudo haberle pasado a cualquiera, pues no fue de los picadores que se acobardaban ante el peligro de toros ilidiables y marrajos. En Madrid se presentó el (29-12-1839), en una novillada, cuando contaba dieciséis años de edad. En la misma plaza tomó la alternativa de manos de Andrés Hormigo, el (10-09-1843), en la duodécima corrida de la temporada. Además de los citados años actuó en la corte, los años 1846, y del 48 al 62. Como se ve una larga carrera, ininterrumpida por accidentes de importancia, que lograron sobrepasar pocos picadores de entonces. En la citada corrida del (10-08-1862), el cornúpeto de la ganadería señalada, también de nombre "Nevao", hizo una gran pelea en todas las suertes y llegó a la muerte en buenas condiciones, a pesar de haber aguantado 20 varas y matado seis caballos.