EL CAPUCHINO (XXXX - 1769)
Refiere don Nicolás Rangel, de la Academia Mexicana de la Historia, en su libro “Historia del Toreo en México-Época Colonial de 1629 a 1821”, editado por la imprenta de don Manuel León Sánchez, Misericordia 7, México-D.F. 1924: " Que en razón del buen éxito de la temporada anterior, para la temporada de 1770 se autorizaron en México D.F., 12 corridas de toros que se verificaron del 5 de noviembre al 6 de diciembre de 1770, lidiando ganado de las dehesas de Toluca y de Nueva Galicia, resultando en estas temporadas heridos dos diestros (toreros de a pié auxiliados por cuadrilla de banderilleros y varilargueros con caballos), uno de los cuales, de mote “El Capuchino”, resultó muerto a consecuencia de las heridas recibidas " (y no da mayor referencia de su nombre, comienzo, y andanzas del difunto espada, pero si constancia eficaz su existencia)
Reseña también que para la Temporada Taurina de 1770 las cuadrillas se formaron así:
Cuadrilla de a pié:
Tomás Venegas, “El Gachupín Toreador”, como Primer Espada; Juan Sebastián, “El Jerezano”, como Segundo Espada.
Banderilleros:
Julio de Figueroa “El Loco”, Juan de Mondragón, Juan Esteban González “Calacuaya”, José Castro, Pedro Pérez, Felipe Antonio Solar, Leandro González (de Cuautitlán) y Bernardo González (para torear en traje de loco, en una pipa, a caballo, a pié y muchas otras suertes del toreo).
Cuadrilla de a caballo:
Felipe Hernández “El Cuate”, José Dámaso de Arce “El Gitano” (de Querétaro), Juan Manuel Hernández (de Tlalpan), José Andrés Vidal (de Chalco), José Manuel Avendaño y Porraz (de Querétaro), José Antonio Vázquez (de Texcoco), José Antonio Reina (de Coyoacán), José Hernández “El Chino” (de México). Usando los picadores garrochas largas y cortas, rejones de quebrar, y hacían suertes tan gustadas como peligrosas.
Debe resultar sorprendente para muchos lectores, que no obstante la enorme distancia que separa a México de España, y el aventurado medio de comunicación existente en aquellos tiempos, que la estructura de la lidia en México hacia 1770, estuviere tan emparejada con la tauromaquia española más avanzada, y es que era muy del agrado de los españoles y del pueblo mexicano esta fiesta popular que llegó para quedarse, puesto que la primera corrida de toros se verificó en México el 13 de agosto de 1529 con el asentimiento de don Nuño de Guzmán y posteriormente de muchos Virreyes de la Nueva España, por lo que existió mucho movimiento de matadores y cuadrillas provenientes de España que actualizaban constantemente la tauromaquia azteca, independientemente del traslado de reses de lidia hispanas que vinieron a cruzarse con el ganado bravo nativo de estas latitudes, siendo el primer ganadero de bravo en México el Lic. Juan Gutiérrez Altamirano, primo de don Hernán Cortés Monroy Pizarro Altamirano, quien obtuvo de éste, como repartimiento de sus labores como conquistador, el pueblo de Calimaya con sus sujetos y con otras estancias que había adquirido en el valle de Toluca, para formar la hermosa “Hacienda de Atenco”. Para poblar esas tierras con ganado bovino, lanar y caballar, hizo traer de Las Antillas y de España los mejores ejemplares, entre otros 12 pares de toros y vacas navarras como pié de cría, cosa que replicaron otros hacendados españoles que hicieron lo propio trayendo reses bravas a México de las más afamadas ganaderías españolas de aquella época, tradición de importación de sementales, vientres y otras modernidades reproductivas que perdura hasta hoy en día entre los ganaderos mexicanos de las más añosas nombradías, y que han procurado el traer a México la sangre del más fino bravo español y portugués, por lo que en 2009, y a 20 años de cumplir la fiesta hispana de los toros 500 años de antigüedad en México, hemos de sentir verdadero orgullo de que el esfuerzo de nuestros antecesores, perdura y se agiganta en suelo azteca, una tradición que hermana a estas dos grandes naciones, y que fue impulsada en México también por don Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla y Gallaga Mondarte Villaseñor, Padre de la Patria, quien antes de encabezar la lucha armada de independencia, fue reputado criador de bravo, y amante de la fiesta de los toros.
Le correspondió al insigne maestro e ilustre erudito don Nicolás Rangel, nacido en León (Estado mexicano de Guanajuato), muerto en la ciudad de Cuernavaca (Morelos), el año 1935, consignar en su famosísima obra histórica denominada: «Historia del Toreo en México. Época Colonial, 1529-1821», editada en 1924, que «la primera corrida de toros se realizó en territorio de Anáhuac el (13-08-1529)». En la misma obra, don Nicolás Rangel sostiene los argumentos históricos para asegurar la fecha señalada, misma que anunció jubilosamente entre el distinguido grupo del que formaba parte, como lo era nada menos que el gran orador y hombre culto don Jesús Urieta, el finísimo poeta José Juan Tablada, Jesús Luján, Efrén Rebolledo, Ernesto Elorduy y muchos otros, cuya presencia habitual, hicieron famoso el todavía vigente Café Salón Bach y la Cervecería Salón del Comercio. Y sucedió que don Nicolás Rangel publicó la obra señalada el año de 1924, que incluía en el título del libro el mismísimo año de mil quinientos veintinueve, como lo señala el conocido cronista taurino mexicano don Manuel Montes de Oca «El Filibustero» (Diario La Afición, sábado 5 de junio de 1999, página 22). Sin embargo, el también importante historiador e investigador don José de Jesús Núñez y Domínguez, habiéndose ya publicado la obra de don Nicolás Rangel, encontró que en otra obra editada muchos años antes, se expone que la primera corrida de toros fue el 24 de junio de 1526. Núñez y Domínguez se apresuró a llevar el dato a don Nicolás y al conocer los datos, los hechos y su sustento histórico le manifestó que había que esperar a que la primera edición de su libro se agotara para poder hacer la aclaración en la segunda y poner las cosas en su lugar. Que de pues en firme que el día de San Juan Bautista (24-06-1526), se celebró la primera corrida de toros en el Continente Americano, en la Ciudad de México, ya que se saben fechas, nombres y lugares que precisan el nacimiento exacto de las corridas de toros en nuestro país. Es decir, que la primera noticia cierta de la celebración de una corrida de toros en tierras de América, concretamente en México, data del (24-06-1526). La contó Hernán Cortés en carta dirigida al Emperador Carlos V: "Otro día que fue de San Juan (24-06-1526) como despaché este mensajero llegó otro estando corriendo ciertos toros y en regocijo de cañas y otras fiestas…" (Textos originales del Dr. en veterinaria D. Juan José Zaldivar)