GENARO BARRERA ELBAL (1914 - 1966)
Rehiletero originario de Caravaca era hermano del famoso matador Pedro Barrera. Murió en Pastrana (Guadalajara), por una cogida de toro, siendo subalterno de Bartolomé Sánchez Coloma << SIMÓN " (Fuente: Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega, de su obra “Víctimas del Toreo- Apartado de Banderilleros”.)
El erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere en su obra “Víctimas de la Fiesta”, que << el mozo de estoques Genaro Barrera Elbar, hermano del que fuera espada de alternativa Pedro, fallecería en Madrid el 18 de julio de 1966 por las heridas que le produjo un novillo de Escolar en Pastrana (Guadalajara) en la misma fecha.
Refiere P. Barrera de la prestigiada página taurina en la Internet "Opinión y Toros" en una brillante editorial de su autoría titulada "A los mozos de espadas también puede matarlos el toro", que El 18 de julio de 1966 en Pastrana (Guadalajara), Genaro Barrera fue herido mortalmente por un novillo, bizco, de pelo cárdeno del hierro de José Escolar. La falta de enfermería y negligencia del conserje del Sanatorio de Toreros dieron lugar al fatal desenlace. Genaro Barrera es uno de los tres mozos de espadas muertos por asta de toro de los 200 últimos años documentados. Uno en la plaza de toros en Zaragoza en 1917 y otro en Perú en 1995. El fatídico 18 de julio de 1966. Genaro fue con su hijo Pedro y un sobrino, ambos de 15 años, a Pastrana (Guadalajara), a una novillada de José Escolar, en la que actuaban Salvador Ruiz Caro y Bartolomé Sánchez "Sánchez Coloma". El empresario, Ramón Elbal, le pidió que le ayudase a controlar las entradas, debido a la gran cantidad de público asistente. Finalizado su cometido el empresario lo ubicó en un burladero. El segundo novillo salió suelto del tercio de varas, pasó por el burladero sin mirar, con la mala fortuna que el novillo se volvió y empitonó al antiguo mozo de espadas contra el muro. La plaza no tenía enfermería, el herido fue trasladado a una casa de enfrente, donde los doctores Toledano y Cortijo le atendieron con los pocos medios que tenían. Un joven llamado Juan Martínez, en su Renault, lo llevó a Madrid con su hijo y sobrino. Genaro consciente de su gravedad dijo "Me ha matao". Y tuvo fuerzas para indicar la dirección del Sanatorio de Toreros. "A la calle Bocangel". Fueron sus últimas palabras. A la puerta del sanatorio "Salio un señor con bata blanca que les denegó el paso, alegando que no era torero profesional". Los enviaron al centro quirúrgico de la calle Montesa, especializado en accidentes de circulación. El cirujano que le atendió dijo que no tenía experiencia en este tipo de heridas. Allí ingresó con un parte medico que reflejaba:"Herida por asta de toro de 10 centímetros en la fosa Iliaca izquierda, penetrando en la cavidad abdominal con rotura del meso y hematoma peritoneal. De pronostico muy grave".Su estado no mejoró, falleciendo a las 02.00 horas. Según refleja un artículo del 21 de julio en el diario "El Alcázar".En un principio a la herida no se le dio importancia porque era del tamaño de un ojal. Sí Ramón Elbal hubiese ido con ellos al sanatorio habría informado que el herido tenía carné profesional actualizado de mozo de espadas, lo que ignoraba su hijo, y que además era muy amigo del doctor Jiménez Guinea, desde siempre, por sus largas estancias en el sanatorio, debido a las cogidas de su hermano Pedro. Su muerte fue un duro golpe para el matador de toros que se encontraba en su finca El Pinar en Caravaca (Murcia). Al llegar a Madrid comentó: "Tiene que ser el destino porque con el miedo que le tenía a los toros, uno lo ha matado, cuando lo normal es que hubiera sido a mí". La muerte de Genaro Barrera corrió como la pólvora. A pesar de la fecha acudieron al sepelio matadores de toros, ganaderos, empresarios y gran numero de amigos. El 27 de julio de 1966 en el diario "El Alcázar" salio una nota del Montepío de Toreros donde justificaban su actuación, acogiéndose al artículo 63. "El Sanatorio de Toreros no es una clínica de urgencias", firmado por el secretario Antonio Soto. La redacción del periódico insertó una nota de prensa que establecía; "Lo primero deben ser los intereses humanos y luego lo demás". Pedro no quiso demandar al Sanatorio de Toreros por "Omisión del deber de Socorro", pues ya a Genaro nadie le podía devolver la vida. En esta época la prensa hablada y escrita tendría tema para una larga temporada.
A la izquierda de Pedro Barrera, Genaro, a la derecha el banderillero José Mª Fuentes
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