SATURIO TORÓN GOYANES "SATURIO TORÓN " (1902 - 1937)
Nació en Tafalla (Navarra) en 1902; alto y con muchas facultades, fue banderillero valiente; quiso probar fortuna con la espada y se hizo novillero; en su deseo de avanzar, tomó la alternativa en Pamplona el día 8 de julio 1930 de manos de Marcial Lalanda, actuando Félix Rodríguez de testigo y lidiándose toros de Concha y Sierra; se la confirmó en Madrid Fausto Barajas el 12 de abril de 1931, en presencia de Antonio Posada, al cederle un toro de Bernaldo de Quiós... ¿A qué seguir? No le entró el toreo en la cabeza y se vino abajo en seguida, por lo que tornó a ser banderillero. Si se torease a puñetazos... Al estallar la revolución de 1936 se hizo miliciano rojo y murió en el frente de Madrid el 1º de enero de 1937. Se dijo que su ingreso en las milicias rojas lo hizo contra su voluntad, para librarse de las represalias con que le amenazaron por haber hecho manifestaciones falangistas; pero su fin fue el mencionado.
(Fuente: Crónica de don Abel Murillo Adame/ http://.historiadeltorero.com)
El año 1937 se inicia con la muerte, en el frente de Somosierra el 1 de enero, del torero navarro Saturio Torón, antiguo falangista y más tarde teniente del ejército republicano.
Fuente: Larga Cordobesa/El Zubi/http://rafazubi52.blogspot.com/
Saturio Torón Goyanes “el León Navarro”, era un hombre de gran envergadura que tras probar suerte como novillero pasó a ser banderillero en cuyo arte llegó a tener fama de valiente. Preguntado en una ocasión por ese cambio declaró que hubiera seguido como novillero si los toros pudiesen matarse a puñetazos. Su filiación falangista era conocida. Apareció como colaborador del primer número de "Arriba" y fue jefe de la escuadra que acuño el término "Escuadra de la muerte" (estandarte de la "Falange de la Sangre") y que fue disuelta tras la expulsión de Ansaldo y la reestructuración que impuso José Antonio a la Primera Línea de Madrid en 1935. Al iniciarse el conflicto, fue encarcelado y condenado a muerte cinco veces en el curso de dos meses (7), por lo que apadrinado por algunos compañeros de profesión se le ofreció la oportunidad alistarse en la Brigada de los Toreros, donde asumió su compromiso y luchó lealmente por el bando republicano en la Sierra de Guadarrama contra sus antiguos camaradas, llegando a ser capitán por sus méritos y heridas en el frente. El 1 de enero de 1937 muere en el frente (Guadarrama o Somosaguas) por una explosión de granada.
Fuente:
http://memoriazul.lacoctelera.net/post/2010/09/26/la-revista-del-grupo-estudios-del-frente-madrid-habria
Uno de los pocos toreros estelleses del siglo XX
Fotografía fechada en 1929.
http://www.sasua.net/estella/articulo.asp?f=toreros
La Asociación Toreo en Red Hondo publicó el 20 de marzo de 2020 una amplísima biografía de este personaje de la fiesta en su editorial: ¿Quién mató a Saturio Torón?, donde anotan:
QUIÉN MATÓ A SATURIO TORÓN?
Vamos a aprovechar estos días de zozobra y atribulación para intentar distraerles un poco. Hoy será a cuenta de Saturio Torón Goyanes, que empezó de banderillero y acabó de lo mismo tras pasar por tres años de alternativa, con un estrambote final en que tuvo que retirarse por la puerta de atrás.
Permanece en la duda la causa de su muerte en el frente de Madrid durante la guerra pero de eso hablaremos después. Curiosamente también es misterioso su lugar de nacimiento, Estella para unos y Tafalla para otros. Unos dicen que fue en la primera en 1902 y otros que en la segunda en 1898 (vean en los comentarios lo que nos aclara un amigo lector al respecto).
Para rizar el rizo, en la Enciclopedia Auñamendi combinan el nacimiento en Tafalla con el año 1902. Pero es que la misma incógnita sobre la fecha de su nacimiento volverá con la de su muerte, ya verán. De entrada, el bueno de Saturio no aparece en la quinta edición del Cossío de 1981 que es la que tenemos nosotros. Figura tan sólo un Manuel Torón, picador (página 727). Creemos que más adelante se solventó el gazapo.
Era Torón de aspecto fornido y con una fortaleza temible, de esos navarros con los que el único que se atreve a pelear es otro navarro. Añadan a ello que hizo sus pinitos como boxeador y que tenía facilidad para apuntarse a las broncas. Ridruejo lo conoció ya retirado en Madrid y dice esto en sus memorias:
'Era un gigantón de más de uno ochenta, con las espaldas como un muro, la nariz rota y unos puños descomunales'.
Cuando estuvo en Falange, le llamaron la atención por su digamos que excesivo ímpetu, ya lo contaremos luego. En esta instantánea de 1931 se aprecia su corpulencia:
En sus inicios como subalterno estuvo muy bien considerado. Se recuerda el 21 de abril de 1925 cuando figura en la cuadrilla de Eladio Amorós, que confirmaba alternativa. Ante la parroquia madrileña que llenaba la plaza, consiguió sujetar un manso huidizo de Nandín con el capote a una mano y tuvo una tarde pletórica que le llevó a plantearse dedicarse a la novillería aquel mismo año.
Un apuro de novillero en Madrid (1929)
Dicho y hecho, el 25 de agosto se presentaron en Madrid tres novilleros al unísono: Gordillo, Isidoro Álvarez y Saturio, quien mató a "Banderillo", de Manuel Arranz, que no se prestó a nada. Se reivindicó en el segundo cortando la oreja y siendo sacado a hombros. Esto comenta un revistero:
A su segundo lo mató recibiendo:
La crítica se dividió. Unos decían que pasaría de ser el mejor banderillero a un novillero más. Por contra, los de La Fiesta Brava apuestan por él y le dedican una portada:
Él sabe de sus limitaciones pero se propone mejorar:
Otros, capitaneados por Don Indalecio, lo defendían a capa y espada. Fue él quien le sacó el apodo de "el hombre de la férrea voluntad" aunque el que le hará famoso será "el león navarro".
En Bilbao también captan que la valentía es su mayor capital:
En un año torearía veintidós novilladas, entre ellas la triunfal de Tafalla el 12 de febrero de 1930:
Fue socio del Club Taurino Tafallés:
En un año torearía veintidós novilladas, entre ellas la triunfal de Tafalla el 12 de febrero de 1930:
Mereció a su vez la portada de Torerías:
Su última novillada fue un mano a mano con Jaime Noaín en Vitoria. De Noaín hablábamos aquí porque tomó la alternativa con miuras mientras que Torón lo hará con los del Conde de la Corte. En esas veintidós novilladas fue cogido en cuatro ocasiones y ahí se vio lo que iba a ser su talón de Aquiles. El navarro fue un torero de los valientes, quizás no tanto como el más valiente de todos (recuerden aquí quién era). Pero jamás volvió la cara y siempre suplió con coraje sus carencias artísticas. El problema será que cuando le cojan los toros, su fuerte complexión provocará que le hagan más daño que a otros toreros más livianos. Es lo mismo que sucedería años después con Rafael Ortega como contábamos aquí. Oigan, ya que seguro que tienen ustedes tiempo libre estos días, repasen lo que el as de espadas entendía que era el destoreo. Pulsen aquí porque está de plena actualidad.
Sobre las cogidas de Saturio, ya le avisaban:
Esta cogida es en Valencia:
Será el primer diestro navarro doctorado en la feria de san Fermín. Fue el ocho de julio de 1930 e iba vestido de verde y oro. Le dio la alternativa Marcial en presencia de Félix Rodríguez. El toro fue el condeso Pandito frente al que no tuvo opciones. Lo mató de dos pinchazos y media, dando una vuelta al ruedo regalada por el paisanaje. Este lance rodilla en tierra se lo habría visto a Marcial:
¿Recuerdan los aficionados navarros alguna corrida en que las peñas se hayan retirado calladas de la plaza con las charangas en completo silencio? Pues sucedió ese día a la muerte del sexto, que se llamaba Poderoso. Tras dos pinchazos, Saturio dejó una atravesada con tan mala fortuna que el toro hizo por él y lo estrelló contra la barrera como a Rafaelillo el año pasado. Los espectadores quedaron conmocionados mientras se lo llevaban y, como era el último toro, todo el mundo salió de la plaza nueva en completo silencio pensando que el bueno de Torón no lo iba a contar. Afortunadamente la cosa se saldó con rotura de clavícula, lo que le impidió repetir dos días después con toros de Encinas (lo substituiría Heriberto García).
Por cierto, el día de san Fermín había toreado Valencia II, El Chatet, otro torero falangista que también moriría en la guerra. Era tío de Victoriano Cuevas, el suegro de Ponce, apoderado de toreros célebres y empresario muchos años de la plaza de Tarragona, a veinte metros de donde les escribimos. Saturio reapareció en Estella con toros de Félix Gómez, cortando las orejas y saliendo a hombros.
Se las prometía muy felices pero en Ceuta un toro lo vuelve a coger un mes después cuando banderilleaba. Era de Esteban Hernández (recuerden esta ganadería aquí) y le acompañaban Enrique Torres y el Niño de la Palma.
El apoderado de Torón fue durante toda su carrera Julián Gorbea. Nunca tuvieron ningún problema y se separaron cuando el maestro decidió volver a vestirse de plata. Gorbea le había firmado para ese primer año doce corridas de las que sólo toreó siete por el problema de sus constantes percances.
Julián Gorbea
En 1931 toreó once y en 1932, nueve. Aparte añadan una temporada en México con otras nueve y unos pocos festejos más en sus dos viajes a Venezuela. En total, unas sesenta corridas. En México causo excelente impresión en su presentación:
Precisamente de México es su foto más bonita, plena de empaque:
Sabemos que también se le vio en Francia. Toreó miuras en Burdeos en junio de 1931 y en Marsella se anunció junto a Carnicerito de México en mayo de 1932 (otro alternante con miuras que dejaría su vida en el ruedo).
Justo volvía Saturio de México a principios de 1931 en un barco francés tras solventar con éxito su presentación allí cuando se dio cuenta de que había desaparecido el maletín donde llevaba todo el dinero que había ganado en el viaje. Tuvo que sobreponerse al tremendo disgusto porque al poco de regresar tenía que confirmar la alternativa en Madrid.
Es el 12 de abril de 1931, con Faustino Barajas y Antonio Posada. Cinco de Bernaldo de Quirós y uno de la viuda de Soler. Dio la vuelta en su primero. Esta foto la ponemos como testimonio de aquella tarde:
FOTO: ABC
En su cuadrilla iba de picador el cordobés Joaquín Girado Terremoto y de peón, el murciano Pachines. A otros dos de sus banderilleros los vio morir en el ruedo. El tafallés Cándido Tiebas estaba fumándose un pitillo en el callejón durante la lidia del segundo toro en las Fallas de 1930. Sintió un agudo dolor y lo llevaron rápidamente a la enfermería donde le diagnosticaron la muerte por angina de pecho. Tenía veintinueve años y el bueno de Saturio pagó su entierro. Un año después, un toro mata en Haro a su otro banderillero, Sotito.
El maestro se va librando de la muerte pero no de las cogidas. En Tudela, un toro de Alaiza lo persigue a la salida de un puyazo, lo derriba y le propina una cornada gravísima en el recto de 12 cms. Perdió doce corridas y casi la vida.
En la feria de san Fermín de 1931 se anuncia dos tardes. El 7 mata toros de Concha y Sierra con Barrera y Bienvenida. El 9, junto a cinco compañeros mata un toro de Parladé. Poco a reseñar en su balance, una oreja pero por ser paisano, no por otra cosa.
En Barcelona debuta en 1933 y allí tendrá su colección de admiradores que fundarán la Peña Saturio Torón. Éste fue el brindis del maestro en la celebración del segundo aniversario de la Peña:
Ese mismo año de 1933 torea esta corrida en Madrid y se queja de que sólo le han quedado limpios 13 duros (el equivalente a 150 euros):
También en Madrid habrá un Club Saturio Torón. Precisamente en la capital pondrá un hotelito cerca del Retiro. Lo denominó 'Mis Cachorros', en homenaje a sus seis hijos. Aquí los tienen junto a su madre visitando al padre herido en el pie no por un toro sino por un casco de metralla en agosto de 1936:
La niña que Modesta coge en brazos tiene que ser María Pilar Torón Morales. Tendría tres años e ignoramos si seguirá viva. Su nieta sí lo está y reside en Canadá. A ver si nos encontramos con una sorpresa como cuando nos saludaba en nuestro blog María Isabel Ballesteros, la nieta de Florentino (recuerden esta entrada y vayan a los comentarios).
El presidente del Club Taurino Tafallés nos remite estas dos bonitas fotos de nuestro protagonista que le hizo llegar la nieta de Saturio. En esta primera es el cuarto por la izquierda. El de negro tiene que ser Julián Gorbea:
Y en esta otra es el segundo por la derecha. Si no nos rectifica nadie, es la primera vez que figuran estas instantáneas en la red:
En mayo de 1933, la facilidad con los palos que siempre conservó hace que Manolito Bienvenida le haga una tentadora oferta para ingresar en su cuadrilla. Saturio, por entonces un tanto desmoralizado, acepta y renuncia a la alternativa. De plata demostrará que sigue siendo muy bueno y el 7 de ese mismo mes lo sacan a hombros de Tetuán de las Victorias. Aquí proponen que otros matadores vulgares sigan su ejemplo:
Un año después quiso retornar de novillero pero un toro de Esteban Hernández lo vuelve a castigar en Madrid. La corrida había tenido que suspenderse por una campaña izquierdista contra el torero dada su militancia falangista. Al final se celebra el 16 de marzo de 1935 con pasquines y pintadas contra él en los aledaños. Para colmo de males, recibe una cornada en el muslo derecho y a pesar de ella, el maestro improvisa un torniquete e insiste en matar el toro. Anotemos que lo hace bajo las protestas del público, que le pide que se retire a la enfermería.
Tardará en recuperarse y quedará mermada su movilidad en esa pierna. No obstante, se presentará el día de san Miguel en Zaragoza. Se lidia una mansada total de Arturo Sánchez y Sánchez. En el cartel se anuncia junto a Bartolomé Guinda, Pepe Gracia y Lázaro Obón. Lo abroncan en su primero porque apenas puede arrastrar su pierna. El abucheo se recrudece durante la lidia de su segundo, de tal manera que cuando se perfila para matar, se arranca la castañeta despechado y descuerda al novillo de un feo espadazo. Ése fue el último que mató.
Como le gustaba escribir, su interés radicaba entonces en dedicarse a cronista taurino. Ese mismo año de 1935 se había presentado a las pruebas para la Escuela de Periodismo de Madrid. Tuvo que redactar dos textos: una crónica taurina, de la que salió con las dos orejas, y una redacción sobre cualquier obra de Lope de Vega, donde ya hubo división de opiniones. Colaborará en El Debate, diario de derechas, pero al poco le sorprenderá la guerra en Madrid.
Sabemos que él se alineó desde el principio con falangistas de pata negra, los Alvargonzález, Ruiz de Alda, Giménez Caballero, Ansaldo, Aloy, Orellana, González Sampedro, etc. Llegó a capitanear la llamada Escuadra de la Muerte o de la Sangre, que en la primavera del 36 obedecía a ese curioso nombre cuando, salvo error, las escuadras estaban simplemente numeradas. Sabemos seguro que nuestro protagonista estuvo presente de uniforme en este mitin de la campaña electoral de febrero del 36:
Torón no iba a la zaga en impulsividad a su correligionario Ansaldo y se cuenta que el propio José Antonio llegó a llamarlo al orden por ello. Recordemos que, contra lo que sucederá más adelante, al principio de su andadura la Falange intentaba no responder con violencia a pesar de que sus militantes cayeran en diferentes atentados (precisamente la prensa hacía la broma por aquel entonces de que las iniciales F.E. no significaban Falange Española sino Funeraria Española).
Dionisio Ridruejo lo conoció entonces y hace este retrato:
'Era un personaje novelesco, con un amor propio exacerbado y una sencillez de paloma, con fondo tierno y cáscara espinosa. Bueno como el pan e intuitivo aunque rudo. Sentía inclinación por el sindicalismo anarquista de su tierra pero no sé por qué había entrado en Falange, si bien se pasaba el día gruñendo porque ésta le parecía estar llena de señoritos. Era partidario de luchar en la calle y de la mano dura. Discutíamos por ello porque yo no estaba de acuerdo pero pronto fue mi amigo incondicional. A mí me gustaba Torón porque era pueblo puro, algo de agradecer cuando hay tanto petulante vulgar semiilustrado'.
Cuando estalla la guerra, el torero más comprometido con el gobierno era Manuel Vilches del Río, Parrita. Fue a ver a la socialista Margarita Nelken para poner a su disposición seiscientos toreros 'de los más humildes'. Muchos nos parecen pero los que se apuntaron formarán en el batallón de Francisco Galán (el hermano de Fermín). Además de Saturio y de Parrita, por allí estaban el sobrino de Fortuna y éste que ven aquí entrando a matar en 1933 en Barcelona:
Es Luis Prados, Litri II, que arranca con el brazo recogido, la mano bajo la barbilla y el estaquillador apuntando al morro del toro, ¡como tiene que ser!. De él la prensa del Alzamiento hacía chanza comparando algunos reveses sufridos en el frente de Madrid por los republicanos con sus malas tardes en el ruedo. Otro comentario recurrente entre los partidarios de la sublevación era que con ellos se habían alineado los mejores toreros:
No queremos dejarles sin que lean esta sabrosa anécdota que cuenta el mismo Litri:
La pregunta que nos hacemos todos es cómo fue posible que un falangista de camisa vieja como Torón disparase contra sus compañeros en Pozuelo y en Somosaguas. ¿Cabe la posibilidad de que fuese por los lazos que había entre falangistas y anarquistas? Ya saben que los carlistas se referían despectivamente a los failangistas. ¿Será que alguien habló en favor de Saturio? Sabemos que al final de la guerra Lalanda, Mejías Rapela y Fuentes Bejarano salvan a Litri II.
La respuesta quizás la tengamos en que precisamente la sospecha de ser un infiltrado le valió a nuestro torero cinco condenas a muerte. El apuntarse al batallón Galán podía salvarlo dándole ocasión de mostrar su arrojo en combate. Digamos que se jugó la vida en el frente para intentar salvar la suya en la retaguardia.
Llevaba días en el frente sin que allí nadie tuviera ni idea de su adscripción a Falange hasta que un día se descubrió. Tuvo que decir que se había dejado inscribir bajo presión hacía un año. No podía ocultarlo y su única salida para reivindicarse era el combate. Nadie tendrá queja al respecto. Especialmente celebrado fue su comportamiento manteniendo un día a raya él solo a treinta sublevados en la zona de Somosierra. Disponemos del testimonio de primera mano de Pedro Mateo Merino, que luchó a su lado y que acabaría como teniente coronel de la 35 División del ejército republicano en el Ebro:
'Pronto llegó a ser capitán y jefe de una compañía de zapadores que se distinguió en múltiples ocasiones por su heroísmo y su combatividad. Toda su conducta hablaba a su favor. Más de una noche acudía Saturio Torón a ofrecernos su ayuda fraternal. Siempre que los tiroteos alarmaban por su intensidad, venía él con su unidad al puesto de mando por iniciativa propia. Su espíritu de solidaridad y su compañerismo impresionaban'.
Ya hemos dicho que quince días después de su incorporación al frente fue herido en un pie. Volvió tras recuperarse y a final de año resultó muerto en extrañas circunstancias. Eso es lo que nos ha dado la idea del título y la excusa para divagar sobre su figura. Sigue Merino su relato:
'Pero de pronto pasamos unos días sin verlo. Pensábamos en un traslado a otra parte del frente, algún motivo urgente.... Nos causo mucha extrañeza. Sólo a fines de año nos enteramos de la razón.'
Se habló de que había podido caer por una bala perdida del enemigo o por otra no tan perdida de sus propios compañeros. Se rumoreó que lo habrían sorprendido intentando pasarse al otro bando. Pues ni una cosa, ni la otra. De nuevo tenemos el testimonio, fehaciente en nuestra opinión, de Merino. Aquí cuenta lo que le dijeron unos zapadores de su compañía:
'Efectuábamos el trazado de nuevas trincheras en una noche cerrada. El capitán Torón marchaba delante a no mucha distancia. Nos detuvimos a clavar una estaca y él siguió... De pronto una llamarada envolvió su silueta y una tremenda explosión nos derribó. En el sitio del estallido había un gran hoyo y en las inmediaciones aparecían dispersos los miembros destrozados del capitán'.
Se habían metido sin darse cuenta en un campo de minas cuya existencia ignoraban. Merino deja claro su sentimiento al escuchar el relato:
'Nos dolió en lo más hondo su trágica muerte, la desaparición de aquel gran camarada de lucha, de aquel hombre honrado y valeroso que había sabido entender su error y corregirlo sin vacilaciones ni miedo al peligro. Vivió y toreó con valentía. Murió también como un valiente, cumpliendo con su deber, en una noche oscura y fría de diciembre...'
En todas partes pone que murió el 1 de enero de 1937 y es un error repetido en exceso. En el periódico Ahora del día 23 de diciembre aseguran que ya ha fallecido. Y observen este recorte del diario La Voz donde también lo dan por muerto en su edición del 26 de diciembre:
Por supuesto que en enero la noticia va saliendo en otros medios como La Prensa:
Como decíamos al principio, no sabemos si nació en 1898 o en 1902 pero habría que corregir lo de que murió en 1937.
No hemos visto en ningún texto falangista críticas a Saturio por su cambio de bando. Es algo que llama la atención cuando lo fácil sería censurar su traición. Pues nada, incluso otro camisa vieja navarro como García Serrano tiene este bonito recuerdo para él en sus memorias. Nos sirve para poner colofón a nuestras divagaciones sobre su figura:
Ojalá se hayan entretenido un rato con las andanzas del león navarro. Su nombre queda unido al de otros toreros que murieron durante la guerra como Pablo Lalanda, el citado Chatet, Cayetano de la Torre, Juan Luis de la Rosa, Serranito de Córdoba o Pepe El Algabeño. En cambio, tuvieron más suerte aquellos tres que acompañaron a Torón en el frente de Madrid ya que tanto Litri II, como Fortuna Chico y Parrita sobrevivieron a la guerra.
Fuente:
https://toreoenredhondo.blogspot.com/2020/03/quien-mato-saturio-toron.html