CARMELO PÉREZ GUTIÉRREZ (1908 - 1931)
Matador de Toros, nacido en Texcoco (Méjico) el 23 de diciembre de 1908. Tomó la alternativa el 28 de agosto en el Puerto de Santamaría (Cádiz), y falleció en Ciudad Real (Madrid), el 18 de octubre de 1931.
La tarde del 17 de noviembre de 1929 en su segunda corrida como matador de toros, Carmelo Pérez alternaba con el torero español Antonio Márquez y con el tapatío Pepe Ortiz el bien llamado “Orfebre Tapatío” en el coso de la Plaza de Toros "El Toreo" de la Colonia Condesa de México, D.F; en la lidia de astados de la vacada mexiquense de San Diego de los Padres propiedad de D. Nicolás González Jáuregui, el hispano Antonio Márquez había triunfado con el cuarto de la tarde haciendo derroche de elegancia y de dominio. Cortó merecidísima oreja en medio de un ambiente tempestuoso, porque las pasiones de aquella tarde estaban desatadas en los tendidos y cuando salió el astado, sexto de la tarde de nombre “Michín”, castaño de poderosa cornamenta, que le correspondía a Carmelo, éste apenas dejó que los peones lo corrieran y le salió al paso con lances de verónicas, pero; se veía que el toro empujaba fuerte hacia las tablas y de esa manera se invertía su dominio sobre el torero, y no al revés. Carmelo quería salir de la plaza emparejado en trofeos con el español Márquez y de esa manera impetuoso, ciego de celo y coraje apenas lanceó al astado que corría suelto por el anillo, tomó al toro muy cerrado en tablas y éste que era bravo de verdad, fiero y codicioso que fue comiéndole el terreno de lance a lance, en la tercera verónica le enganchó por el muslo izquierdo y... lo que vino después fue aterrador pues las embestidas y las cornadas sobre Carmelo se multiplicaban de manera continua y ni la intervención de los subalternos, de los matadores que inclusive Márquez estaba "coleando" al toro, pudieron quitarle a Carmelo la fiereza de ese astado. Luego de verdaderos y largos momentos, por fin el toro fue llevado a otra parte del ruedo mientras que las asistencias recogían aquél cuerpo sangrante, deshecho, hecho un guiñapo y con la ropa hecha jirones, siendo llevado a la enfermería de la plaza advirtiendo los médicos que tenía dos cornadas graves: La más era la que tenía en el tórax del lado derecho, llegando el cuerno hasta desgarrar la pleura y la menos una cornada grande en el muslo izquierdo y otras tres de menor gravedad.
Pero; las manos maravillosas de los médicos Xavier Ibarra y José Rojo de la Vega lograron sacar adelante al diestro, y luego vendría una convalecencia desesperante y sin que la herida aquella del tórax pudiera ser cerrada según consejo de los mismos médicos mexicanos. Carmelo así se fue a España con la intención de confirmar su alternativa en Madrid cosa que hizo estando herido el 4 de junio de 1931en la Plaza de Toledo, en la que Manuel Jiménez “Chicuelo” le concedió la alternativa, en presencia de Domingo Ortega, al cederle al toro de nombre “Presidente” de la dehesa de d. Juan Terrones, y de paso para ponerse en manos de un médico, pues aquella fístula en la región torácica no le dejaba en paz. Y en cuanto pudo Carmelo se puso en manos del reputado doctor español Jacinto Segovia que se animó a operarle, con resultados previamente diagnosticados por los médicos mexicanos. Le vino entonces una complicación bronquial que pese a los esfuerzos, a la pericia y ciencia del médico español, puso término a su vida el 18 de octubre de 1931 en un hotel madrileño. Sólo la generosidad del afamado matador de toros español Manuel Mejías <<Bienvenida", los restos de Carmelo Pérez fueron enviados a México costeando él todos esos gastos. Y en llegando a Veracruz fue una odisea para Silverio Pérez, su hermano, el poder rescatar de la Aduana Marítima el cuerpo embalsamado de “Carmelo”, por venir documentado con el nombre de “Carmelo” siendo que su verdadero nombre era el de Armando Pérez Gutiérrez. Llevado finalmente a México, fue sepultado finalmente en el Panteón Civil de Dolores. (Fuente: Crónica de d. Juan José Zaldívar Ortega)
El maestro Juan José de Bonifaz refiere de su muerte que << siempre se ha considerado que el fallecimiento de Carmelo Pérez Gutiérrez, ocurrido en un hotel madrileño el 18 de octubre de 1931, fue como consecuencia de la grave cogida que sufrió toreando en su país, concretamente en la plaza de El Toreo del Distrito Federal mexicano, el 17 de noviembre de 1929. El toro agresor atendía por “Mechín” (otros cronistas lo tienen por “Michín”) y lucía la divisa de San Diego de los Padres. En España este espada azteca tan solo intervino en una corrida que tuvo por marco la plaza de Toledo, con fecha del 4 de junio de 1931, en la que Manuel Jiménez (Chicuelo) le concedió la alternativa, en presencia de Domingo Ortega, al cederle la muerte del toro “Presidente”, del hierro de Juan Terrones. Tras esta única actuación se resintió de la herida aún no totalmente curada, debiendo ser de nuevo intervenido quirúrgicamente, y la complicación de una pulmonía acabó con la vida de esta firme promesa del toreo ultramarino. "
Refiere el docto cronista, don Antonio Casanueva, que Carmelo, cuyo verdadero nombre era Armando, el que había cambiado deliberadamente para evitar que su madre doña Asunción Gutiérrez, mas conocida por el cariñoso apelativo de "Doña Chonita", se enterara que andaba dando tan malos pasos, es decir que había decidido convertirse en torero. Nació en Pentecostés, una pequeña población aledaña a Texcoco en el Estado de México, en 1908, pasando su infancia y los primeros años de su juventud en la casa con sus padres con quienes compartía la preparación y venta de barbacoa y con frecuencia asistía a la celebración de corridas de toros en diversas plazas aledañas a su lugar de residencia ya que su padre; don Alberto Pérez, era un apasionado seguidor del llamado "Indio Grande " Rodolfo Gaona por esas fechas, era nada menos que la gran y mas importante figura de la torería nacional.
Fue seguramente en esas idas a diferentes plazas en compañía de su padre, en donde le nació la afición y posteriormente decidiera olvidarse de la barbacoa para dedicarse profesionalmente a dicha actividad, siendo inicialmente ayudado por el "Ciego" Jesús Muñoz, para debutar formalmente vistiendo por primera vez el terno de luces en la Plaza "Merced Gómez", la que se encontraba en el barrio de Mixcoac de la ciudad de México, el 20 de noviembre de 1927, alternando con Gonzalo Marcué, a quien apodaban "Montalbán I" con novillos de Múzquiz, novillada que fuera el principio de una triunfal trayectoria novilleril que lo llevó a tomar una primera alternativa, el 13 de enero de 1929 en "El Toreo" de Puebla, de manos del español Joaquín Rodríguez "Cagancho" y conocido mundialmente como "El Gitano de los ojos Verdes" siendo testigo de la ceremonia Heriberto García, quienes se enfrentaron a un encierro de San Nicolás Peralta, renunciando a dicha alternativa poco tiempo después.
Al renunciar a esa primera alternativa seguramente para llegar a ella, posteriormente mejor preparado y en óptimas condiciones. Fue entonces cuando debutó en la plaza capitalina de "El Toreo" para que luego de una brillante campaña como novillero retomara la alternativa en ese mismo coso, el día 3 de noviembre 1929 de manos nuevamente del ya mencionado "Cagancho", repitiendo como testigo nuevamente Heriberto García, con el toro de nombre "Granadino" de Piedras Negras.
Pocos domingos mas tarde, precisamente el día 17 de noviembre, fecha que conmemoramos con esta triste efeméride, en la misma plaza capitalina, Carmelo reapareció durante la quinta corrida de la temporada 1929-1930 en un cartel en que actuaban el español Antonio Márquez, Pepe Ortiz, llamado "El Orfebre Tapatío" y Carmelo Pérez y 6 toros de San Diego de los Padres .
Estando muy mal este último en el tercero de la tarde, al grado de parecer un "sonámbulo", siendo fuertemente abucheado, según lo comenta en sus libros Don Heriberto Lafranchi, conocido y prestigiado recopilador de la historia taurina de nuestro país.
Según los textos de don Heriberto, en aquella tarde para la salida del sexto, al que Carmelo recibió muy pegado en tablas, sucediendo lo inevitable: El toro se le venció, tirándolo violentamente a la arena, donde lo cogió, permaneciendo por largos momentos sobre el torero, en que estuvo jugando macabramente con su cuerpo, tal y se tratara de un muñeco de trapo, impidiendo que las asistencias se le acercaran y pudieran hacerle el quite, ya que "Michín", un codicioso ejemplar que no soltaba a su presa, pudiendo finalmente, alejar a la fiera del lugar de la tragedia y cual piltrafa humana, el torero fuera llevado por las asistencias a la enfermería de la plaza en donde los doctores le apreciaron dos cornadas tremendas, una en el muslo izquierdo y la otra en el tórax de la que manaba profusamente un líquido sanguinolento de horrible aspecto.
Luego de una larga y difícil recuperación, Carmelo, quien pese a las graves cornadas recibidas en aquella tarde y tras un verdadero viacrucis, innumerables atenciones y visitas a los médicos que le atendían salvó su vida, Carmelo quien insistía en continuar con su carrera, reapareció el 4 de enero de 1931 en el mismo coso en donde había sido tan tremendamente corneado, por cierto que aparentemente recuperado volvió a confiarse, tuvo diversas actuaciones exitosas, incluyendo una en Guadalajara en donde realizó gran faena a un toro de Zacatepec con el que enloqueció a ese público, al dar 27 naturales en varias tandas, así como otros muchos derechazos ambos magníficamente rematados, según lo recuerdan tanto los viejos aficionados del lugar, como las crónicas periodísticas de la época, actuando por última vez en México, el 22 de de febrero, en la plaza capitalina de "El Toreo".
Posteriormente viajó a España en donde confirmó su alternativa en Toledo el 4 de junio del mismo año de 1931, de manos de Manuel Jiménez "Chicuelo, siendo testigo de la ceremonia Domingo Ortega con el toro "Presidente" de la ganadería de don Juan Terrones, siendo ésta y de acuerdo con las notas recibidas de España, su postrer actuación vistiendo el terno de luces. Para entonces, las heridas recibidas en México, especialmente las del tórax, le seguían molestando por lo que debió ser intervenido nuevamente en donde se le apreció una fístula, declarándosele posteriormente, una grave pleuresía, falleciendo el 18 de octubre de 1931, siendo sus restaos embarcados de regreso a nuestro país.
Fuente de la crónica e Ilustraciones (4) cortesía de: Don Antonio Casanueva
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