Los toros dan y quitan

MUERE J. A. A. G. EN ENCIERRO DE CUÉLLAR (1958 - 2019)

MUERE J. A. A. G. EN ENCIERRO DE CUÉLLAR

En el recuadro, el hombre que murió tras recibir cornadas en el cuello y el tórax – ICAL

30 de agosto de 2019.- Cuéllar se viste de luto tres días para despedir a su vecino J. A. A.G., de 61 años de edad. El municipio segoviano enmudeció este jueves (29) al conocer la noticia que empañó el quinto y último encierro del verano: un hombre de 61 años murió tras recibir dos cornadas en el tórax y en el cuello. La cogida tuvo lugar en la zona conocida como el embudo, la más peligrosa del recorrido.
Un toro rezagado de la ganadería Simón Caminero se dio la vuelta y se lanzó hacia uno de las tapias donde termina la ruta por el campo. En esta zona no se puede situar nadie, hay una señal que indica que está prohibido permanecer ahí, recalcó el alcalde de Cuéllar, Carlos Fraile, en declaraciones recogidas ayer por Ical. Aunque los vecinos saben que no pueden ver desde esa zona el encierro, el muro se llena de cuellaranos que ya lo asumen como una tradición veraniega.
En las imágenes que ayer recorrieron como la pólvora Twitter y Facebook se observa cómo el toro, para sorpresa de la decena larga de espectadores que se atrevieron a acercarse hasta el lugar prohibido, cambia de repente de dirección y se obceca con el muro que se encuentra en la bajada hacia las calles de Cuéllar. El público, que se percata de que la res se ha dado la vuelta, intenta subirse rápidamente a la tapia, de aproximadamente unos dos metros de altura. Hay quienes consiguieron escalar hacia la parte más alta y segura, otros que sufrieron un fuerte empujón del toro lanzándoles al suelo, pero la víctima fue la que se llevó la peor surte al sufrir una aparatosa cogida que terminó con su vida.
Tras la embestida, los caballistas se llevaron rápidamente de la zona al animal para que un todoterreno que estaba cerca del lugar de los hechos pudiera acercar al hombre de 61 años al casco urbano. Ya en las calles de Cuéllar, una ambulancia lo trasladó directamente a la enfermería de la plaza de toros, donde llegó ya sin vida.
Cuéllar, un municipio segoviano de unos 9,500 habitantes, presume de albergar el encierro más antiguo de España. Sus inicios se remontan al siglo XV. El desarrollo del recorrido consta de tres partes: una primera entre pinos, una segunda por el campo y una tercera por las calles de la localidad. A las 8.00 horas, los organizadores sueltan a los toros y los cabestros desde los corrales que hay en la vega del río Cega, en pleno mar de pinares, una zona arbolada del término. Desde allí, los caballistas conducen hasta el casco urbano a los animales. Incluso cruzan la carretera SG-205, que va desde Cuéllar a Cantalejo, cortada al tráfico a primera hora de la mañana. Una vez atravesada la calzada, los toros continúan su largo recorrido campero. El trayecto, amplío y abierto, no impide que la manada se escape. Solo los jinetes pueden controlar la dirección de los animales bravos. En el tramo final de esta segunda parte del encierro se encuentra el archiconocido embudo, una zona peligrosa y poco aconsejable, tal y como la definió ayer la subdelegada del Gobierno en Segovia, Lirio Martín. A partir de ahí arranca la última y decisiva fase. Los seis toros entran en Cuéllar y recorren las calles más míticas del pueblo acompañados por los más valientes. Unos 1,500 metros de recorrido hasta llegar a la plaza de toros, donde se pone fin a la más de una hora de encierro matutino.

La libertad de los toros hace del encierro de Cuéllar uno de los más preciados por los amantes de esta tradición y uno de los más peligrosos del cartel nacional. Un buen ejemplo de ello es el dibujo que realizó ayer el toro número 10, causante de la muerte del hombre de 61 años. Se quedó atrás, provocó más de un susto y supuso un problema para el trayecto por la ciudad. Se han repetido errores graves de otros años por meter en el recorrido urbano a toros rezagados, explicó la Asociación Encierros de Cuéllar. El toro protagonista del día cayó desfondado a la altura de la calle Las Parras y tuvo que ser anestesiado para que un camión se lo llevara.
No es la primera vez que alguien muere en el embudo. En agosto de 2015, José Alberto Peñas, un joven guipuzcoano de 36 años, falleció al recibir una cornada en el corazón.

Fuentes:
Don Pedro Julio Jiménez Villaseñor
Don Gonzalo Castro
https://www.abc.es/espana/castilla-leon/abci-fallecido-cuellar-corneado-toro-lugar-prohibido-encierro-201908301204_noticia.html
https://cadenaser.com/emisora/2019/08/29/radio_segovia/1567067151_515544.html