Los toros dan y quitan

JOSÉ IGNACIO DEL RÍO (1958 - 1978)

JOSÉ IGNACIO DEL RÍO

Solo para efectos ilustrativos
Paseo del Arenal, a la derecha de la imagen, visto desde el puente del Arenal
Cortesía de Don José Luis Filpo Cabana

El acreditado diario español "El País, del jueves 24 de agosto de 1978, informó de la pluma de su corresponsal en Bilbao, Jesús Ceberio, que un joven murió ayer (23) en Bilbao, Vizcaya, a las ocho de la mañana, aplastado por una marquesina que se derrumbó en el Paseo del Arenal bajo el peso de varias decenas de personas que se habían encaramado para presenciar el encierro del toro ensogado (Sokamuturra).

Tres jóvenes resultaron también heridos de gravedad -uno de ellos con amputación traumática de un pie- y otros ocho fueron atendidos de lesiones de pronóstico leve. Desde el mismo día en que comenzaron las fiestas de Bilbao, que han estrenado este año un marcado acento popular, los miembros de la comisión destacaron a través de los altavoces el peligro que entrañaba la utilización de las marquesinas y lo reiteraron el pasado martes en una rueda de prensa. Incluso unas horas antes de que ocurriera el accidente fueron recibidos con el grito de ¡que se vayan!, cuando trataron de desalojar a un grupo que se había subido a una de estas marquesinas.

El accidente se produjo apenas unos segundos después de que fuera soltado el toro. La víctima, José Ignacio del Río, de veinte años de edad, que corría delante del toro, quedó aprisionado materialmente bajo los escombros. La marquesina que sirve para proteger de la lluvia en la parada del autobús y que está construida para soportar pesos de unos mil kilos, sostenía en ese momento a unas 45 personas. Fue necesaria la presencia de los bomberos para extraer a las doce personas que habían quedado enterradas. En el hospital nada pudieron hacer por el joven Del Río, que llegó sin vida. Reunida la comisión de fiestas después del accidente, acordó que todos los actos festivos programados para ayer dieran comienzo con un minuto de silencio. Las comparsas tampoco hicieron uso de sus instrumentos musicales en la plaza de toros ni durante el desfile posterior que finalizó con la lectura de un comunicado en el mismo escenario en el que ocurrió la muerte de José Ignacio del Río.
Fuente:
http://elpais.com/diario/1978/08/24/espana/272757620_850215.html