CARLOS MIGUEL ZAPATA RIVERO (1976 - 2014)
El Portal en Internet: "Lo Mejor del Coleo", de la pluma de su reportero César Villamizar publicó el martes 24 de marzo de 2014, que unos gatilleros matan a coleador barinés en plena competencia.-La muerte rondó en segundos en la manga de coleo de Quintero, estado Apure, para cargar con un coleador barinés y herir a otro de gravedad, en el momento en que ambos fueron baleados por pistoleros, segundos antes de salir a la competencia. La noche del pasado sábado (21), el ambiente en el asistido sitio era a reventar y el torneo estaba en pleno apogeo, pero una sombra negra irrumpió en un abrir y cerrar de ojos. El turno les correspondía a los coleadores Carlos Zapata Rivero y su tocayo Carlos Monasterios, ambos de 38 años de edad, cuando las detonaciones se escucharon en el momento en que ambos, montados en sus caballos, se disponían a salir al terreno.
La muerte terminó por llevarse a Zapata Rivero, conocido coleador residenciado en Ciudad de Nutrias, municipio Sosa, quien permaneció grave durante varias horas, hasta que expiró a las 7 y 30 de la mañana de ayer lunes. Su compañero de faenas y colega, Carlos Monasterios, se encuentra grave, luego que fuera blanco de varios balazos.
Alrededor de las 7 y 30 de la noche del pasado sábado, los gritos de alegría y furor se convirtieron en alaridos de terror y miedo tras varias detonaciones que sonaban como un cañón. “Los dos estaban listos para entrar en la competencia, cuando de repente les dispararon a mansalva”, refirió brevemente un cuñado del occiso. El que recibió más impactos de bala fue Carlos Monasterios, quien está domiciliado en Bruzual, en el mismo municipio Muñoz del estado Apure, quien recibió un total de cinco balazos, la mayoría de ellos en pecho y abdomen. Zapata, quien estaba al lado de su compañero y amigo, fue objeto de un tiro en el abdomen, lo que lo mantuvo muy delicado hasta que falleció en la mañana de ayer lunes. En base a estos datos, los investigadores presumen que el objetivo de los gatilleros era Carlos Monasterios, debido a que el ataque mayormente fue en su contra, pero uno de los proyectiles dio con su amigo Zapata Rivero, suficiente para herirlo de gravedad y causarle la muerte en horas.
La versión de que Carlos Monasterios fue víctima de sujetos de mal vivir vinculados a la mafia del coleo corrió como pólvora. “Carlos (Monasterios) estaba ganando y todo indicaba que sería el ganador absoluto de la competencia, pero a una gente no le gustaba eso, por lo que esperaron el momento para tirotearlo. Es lamentable lo sucedido y, aún más, para otro coleador que aparentemente no tenía nada que ver y que estaba en el lugar y en la hora equivocados”, señaló un allegado al campeonato que no quiso identificarse. Agregó que los balazos espantaron a los asistentes y enseguida el evento se transformó en un polvorín entre gritos angustiantes, alaridos y llanto. Los dos coleadores, malheridos, fueron auxiliados y trasladados en una ambulancia al hospital Dr. Luis Razetti, donde Zapata Rivero murió tras más de 30 horas grave y su compañero se mantiene grave.
Una comisión de la Policía Científica, sub delegación Sabaneta, inició las investigaciones en torno al homicidio del destacado coleador barinés de 38 años de edad. Son varias las hipótesis que los expertos policiales analizan a fin de establecer las causas del fatal suceso y tratar de dar con los responsables. Lo que parece estar claro para los investigadores es que el atentado criminal. Carlos Zapata Rivero era nativo de esta región y estaba encargado de un fundo familiar. Deja tres hijos adolescentes en la orfandad. Carlos Zapata Rivero (38), según los allegados, estaba en el lugar y en la hora equivocada. Publicado por www.laprensadebarinas.com.ve Editado por www.lomejordelcoleo.com.ve
Como sigan sin cuidar que la gente que entre a las mangas de coleo ande desarmada, van a acabar con este hermoso deporte nacional, tan imbuido de mafias de mala entraña. De por sí que cuadran jueces, corrompen contrincantes, y practican toda clase de trampas con reses y caballos, para aparte defender el premio y apuestas a bala, es el colmo del descaro y de peligro para la gente de buen obrar; ahí se llevan entre las patas a espectadores y jinetes sin que las policías intervengan con labores de prevención y de depuración. Hay que depurar de males y de malos este deporte para que no muera.