ALFONSO LÓPEZ BARRENQUY (1937 - 2013)
Refieren en la página de Internet de la revista taurina "En los Medios" del buen amigo don Óscar Mejía, que la madrugada del viernes 10 de mayo dejó de existir don Alfonso López Barrenquy, a la edad de 76 años, a consecuencia de una embolia pulmonar, luego que el día anterior se cayera en su domicilio particular, fracturándose la cadera. Horas más tarde, no resistió la intervención quirúrgica y murió a consecuencia de una embolia pulmonar que le sobrevino.
Don Alfonso fue periodista por más de 40 años. Inicio primero en "El Redondel", escribiendo sus sonetos de donde se inspiró para la realización de su libro “De toro un poco” y luego en 1976, se integró al periódico "Excélsior" como periodista taurino, donde fue además editorialista y corrector de estilo. Entre otras habilidades fue por 25 años pelotari profesional que jugaba como zaguero, siendo del cuadro estelar del Frontón México. Fue campeón, con 18 años de edad, en la prueba de cesta punta (Jai-Alai, que en castellano significa "Fiesta Alegre") del Mundial de Pelota Vasca de Uruguay en 1955, de esa vivencia escribió posteriormente su libro “Vivir del Deporte”. Siempre recordaremos a nuestro entrañable compañero, amigo y sobre todo gran ser humano, muy querido en el ambiente taurino y en el deporte, Alfonso López. En estos momentos (se refiere al día 10) su cuerpo está siendo velando en el Panteón Francés ubicado en la Avenida Legaria (de México D.F.), y este sábado (11) será cremado. Nuestras más sinceras condolencias y pronta resignación a su Viuda Rosa María de las Heras, a sus hijos Alfonso, Rosa María, Dolores y nietos.
El prestigiado diario azteca "Excélsior" del 11 de diciembre de 2013, publicó de la mano de sus editorialistas Arturo Xicoténcatl y Alfonso López, que el periodismo estaba de luto por la muerte de don Alfonso López Barrenquy, cronista taurino de Excélsior, quien dejó de existir en las primeras horas del viernes 10 de mayo, para luego agregar con sentida nostalgia.- Era la época del papel revolución, de las máquinas Remington, del olor a tinta, de los dedos manchados periódicamente con el azul y a veces escarlata de la cinta de las máquinas de escribir, de la sinfonía metálica en cascada de los linotipos, del extraordinario proceso de ingeniería, combinación de teclas y palancas, que formaban las palabras invertidas en las ardientes barras de plomo y estaño fundidos, de los lingotes que se ordenaban en la caja y de ahí al ramal a la prueba de agua, el rodillo entintado resbalando en la hoja húmeda sobre los caracteres en relieve, en la que el corrector o el redactor de guardia se esmeraban en conservar, hasta el último momento, a las dos o tres de la mañana, la idea fiel del periodista.
Aquella era la modernidad de Excélsior en la que Alfonso López Barrenquy era el corrector de deportes y, poco después, de la página editorial. Llegaba, desaparecía, regresaba entrada la noche, en atenta labor nocturna. Siempre al pie del cañón. Su figura delgada, el rostro afilado, como un Quijote con pluma en ristre; apenas unas cuantas palabras, siempre concentrado y cargado de energía como si fuese a dar uno de sus poderosos golpes de revés que lo hicieron famoso en México, en Francia, en España, o acaso, en la imaginaria taurina, en el redondel, en un auténtico pase de pecho ejecutado con hondura y prosapia con la izquierda.
De alguna manera escribió, puliendo, dando claridad y exactitud a la prosa, con el nombre de todos nosotros. Se formó y colaboró desde aquella época del vate Campos Díaz, de don Lázaro Montes que ilustraba con la columna Gramatiquerías; tiempos de la mordacidad e ironía de Raúl Prieto, Nikito Nipongo, con sus Perlas Japonesas.
La vida y el corazón de Alfonso López Barrenquy se dividieron en el frontón, en la fiesta brava y en Excélsior. Si algo lo distinguió en los tres campos fue la seguridad y la honestidad que supo comunicar y reflejar como profesional. Fue hombre de entrega que trabajó con pasión; una persona de espíritu afable, atento, cortés, todo un caballero; un gran ser humano. Su presencia, en armonía con el ritmo del periódico, era de siempre.
En los 50 brilló como deportista. Fue campeón mundial amateur en pareja con Roberto Montes de Oca. A mediados de esa década durante la renovación de pelotaris en el Frontón México fue uno de los grandes personajes. En una actividad en la que fluía el dinero en las tribunas, recibió el reconocimiento de tirios y troyanos por su juego limpio. Jugó incluso en los albores de los 70. En la zaga, sostuvo grandes y emocionantes duelos con José Musi, padre; era garantía de coraje y honradez. Era difícil que perdiera una pelota, jugador de casta, estelarista, hábil, intuitivo, Alfonso López Barrenquy se elevó a la dimensión no sólo de ser el mejor zaguero sino el mejor reversista de México y uno de los más notables del planeta. En el círculo íntimo de la redacción, a don Alfonso le decíamos Matador y el Conde Drácula por su labor nocturna, y lo expreso con respeto y cariño.
El viernes cesó el tiempo de Alfonso López Barrenquy. A su esposa Rosa María, a sus hijos Alfonso, Rosa María y Dolores, y familiares les deseamos una pronta resignación. Conservamos el recuerdo de su energía, de excelente hombre y profesional. Siempre estará en la memoria.
Don Alfonso López tuvo una vida llena de éxitos.
- Nació en la Ciudad de México el 3 de agosto de 1937.
- En su juventud nació su gusto por la fiesta brava y el frontón; como deportista fue campeón, con 18 años de edad, en la prueba de cesta punta del Mundial de Pelota Vasca de Uruguay 1955.
- En la década de los 70 escribió para la publicación "El Redondel" sobre la fiesta brava; en 1976 comenzó su trayectoria en Excélsior como cronista taurino, corrector de estilo, editorialista.
- Publicó un par de libros: "De Toros un Poco", en el que mostró su talento para escribir sonetos, y "Vivir del Deporte", en el que cuenta su trayectoria como pelotari.
Fuentes:
http://www.excelsior.com.mx/adrenalina/2013/05/11/898555?imagen=1#link-content
https://bay168.mail.live.com/default.aspx?id=64855#n=1114501441&fid=1&mid=403ee85e-ba48-11e2-96ae-00215ad7bb74&fv=1