Los toros dan y quitan

JOSÉ DELGADO GUERRA "PEPE-HILLO" (1754 - 1801)

JOSÉ DELGADO GUERRA "PEPE-HILLO"

Matador de toros que nació en la Hacienda de Villalvilla, en el término de Epartinas (Sevilla) el 11 de marzo de 1754.  Fue estudiante destacado del famoso “Costillares” a los 14 años de edad. Toma la alternativa en Málaga en 1774 de manos del también maestro Juan Romero. Fue cogido y muerto por el toro “Barbudo”, de la ganadería castellana de Peñaranda de Bracamonte, propiedad de don José  Rodríguez en la Plaza de Toros de Madrid, de la Puerta de Alcalá,  el 11 de mayo de 1801 a la hora de matar. Refieren los versados en el suceso que: "El toro le empuntó por el cañón izquierdo de su calzón y, volteándole contra sus lomos, le derribó de espaldas en el suelo. Cargó de nuevo contra el torero inerme, le ensartó el cuerno izquierdo por la boca del estómago y, le campaneó por un largo espacio de tiempo". Murió instantes después en la enfermería de la plaza a los 47 años de edad. Otros cronistas refieren que en los embates del toro también recibió una cornada en el pecho mortal de necesidad.

Aquella aciaga tarde alternaba  con José Romero y Antonio de los Santos; día que iba a torear Pepe-Hillo 16 toros en compañía de los aludidos matadores. Dos de los bichos les anunciaba el cartel como procedentes de la vacada brava de Peñaranda de Bracamonte, nueva en esta plaza, con divisa encarnada. Aun la leyenda añade el último presagio en la víspera misma de la corrida, contando que “Pepe-Hillo” acudió a caballo al arroyo Abroñigal, donde estaban los toros que habían de lidiarse al día siguiente y,  comentando su hermoso trapío con sus amigos, pidió a uno de los vaqueros que custodiaban el ganado,  que le reservase un toro negro zaino que se había adelantado hacia ellos desafiante y que había de ser el causante de su muerte. <<Tío Castuela, ese toro para mí", y para él se designó, según su deseo. “Pepe-Hillo” mantuvo durante años una fuerte rivalidad profesional con el excelso matador rondeño Pedro Romero. En 1796 publicó su “Tratado de Tauromaquia”, texto imprescindible para conocer la evolución de la fiesta desde entonces hasta nuestros tiempos. La obra fue probablemente redactada por D. José de la Tixera, gran amigo del torero. “Pepe-Hillo” inventó el lance de capa "de frente por detrás". Es considerado el verdadero fundador de la prestigiada “Escuela Sevillana”, en definitiva una de las dos catedrales del toreo, y a quien debe mucho la fiesta de los toros.

Tuvo Madrid dos quemaderos destinados a calcinar todo lo que era sentenciado a muerte por la Inquisición, ya fueran personas, libros u ornamentos sacrílegos. Uno de éstos se encontraba situado en la esquina de la calle de Serrano con la plaza de la Independencia. En 1734 dejó de prestar servicio a tan siniestra causa, y sobre sus cenizas del horror, nunca mejor dicho, fue levantada la plaza de toros de la Puerta de Alcalá, la primera de grandes dimensiones que tuvo la Villa. (Ángel del Río/ Diario El Mundo.)

La plaza de toros de la Puerta de Alcalá fue un coso utilizado entre los años 1749 y 1874. Estuvo situada entre las actuales calles de Claudio Coello, Conde de Aranda y Serrano, prácticamente pegada al Parque del Retiro. La puerta principal estaba orientada a la actual plaza de la Independencia. Supuestamente, el edificio fue mandado construir por el Rey Fernando VI, según el siguiente decreto: "Por cuanto entre las providencias que tuve por bien acordar, dirigidas al mayor beneficio de los Hospitales Generales de Madrid, fue una la de mandar que en el campo inmediato de la Puerta de Alcalá se erigiese la fábrica de una plaza, en que sin contingencia de riesgos se tuviesen las fiestas de toros que fueron de mi dignación permitir para recreo del publico, cuyo producto libre sirviese para aumentar de rentas y dotación de los mismos". Fue la primera plaza permanente de Madrid, construida con materiales perdurables: ladrillos, cemento, cal, yeso y madera. En los planos del edificio intervino el que era Arquitecto Mayor de la Villa de Madrid por entonces, Juan Bautista Sachetti. Los arquitectos que intervinieron en la obra fueron Ventura Rodríguez y Fernando Moradillo. La plaza tenía capacidad para unos 12.000 espectadores. En la segunda mitad del siglo XIX, se decide derribar este coso, debido principalmente por el crecimiento de la ciudad y por el nuevo plan de ensanchamiento de la misma. La arena de esta plaza fue pisada por figuras del toreo que han escrito su historia. En ella actuó Pepe-Hillo, en cuya plaza perdió la vida, el 11 de mayo de 1801, y es en esta plaza donde Goya presenció la corrida de toros que luego retrató en sus Tauromaquias. También actuaron en esta plaza Cuchares, Costillares y Paquiro. También mujeres, como es el caso de Nicolasa Escamilla, "La Pajuelera" (así llamada porque vendía antorchas o pajuelas de azufre). La plaza se demolió debido al crecimiento de la ciudad y los nuevos planes urbanísticos. La última corrida fue en el año 1874. En algún sitio refieren que fue en el mes de octubre, sin embargo, también he leído que la última corrida fue el 16 de agosto de 1874. En la arena, Martina García -de 60 años- y las jóvenes Juana López, Javiera Vidaurre, Celedonia Marina y Teresa Prieto. En los tendidos y gradas, numerosos espectadores organizando bulla, entre risas y protestas. Fuente: http://torosyarte.blogspot.com


José Delgado Guerra Pepe-Hillo
Cortesía de don Rafael González Zubieta "El Zubi"

El ilustrado cronista taurino Rafael González Zubieta "El Zubi", refiere en su Blog Taurino en la Internet "Larga Cordobesa" que: José Delgado Guerra Pepe-Hillo nació en Sevilla el 14 de marzo de 1754 y murió con 48 años en la Plaza de Toros de Madrid, un 11 de mayo de 1801, hace ahora mas de 200 años, a consecuencia de las cornadas que le infirió en el estómago el toro "Barbudo" de la ganadería de Joaquín Rodríguez, de Peñaranda de Bracamonte (Salamanca). Pepe-Hillo se decantó desde niño por el toreo. Pronto su fama fue creciendo en Andalucía, pero es en Madrid donde adquiere su plenitud como torero de leyenda. Mantuvo una gran rivalidad en los ruedos con el legendario maestro rondeño Pedro Romero, una rivalidad que llegó a desembocar en enemistad personal entre ambos, a causa de la afición que se dividió entre las dos escuelas: la rondeña, profunda y seria, y la sevillana, alegre y vistosa. La fama de Pepe-Hillo se incrementa en gran parte tras la publicación de su "Tratado de la Tauromaquia", cosa que ocurrió en Cádiz en 1796. Este fue el primer libro publicado sobre esta materia, que desde entonces se convirtió en esencial para conocer la evolución del toreo. Al parecer el libro fue redactado por José de la Tixera, amigo personal del torero. José Delgado iba cada día adquiriendo mayor fama de tal forma que se convirtió en un ídolo popular, adorado por el pueblo y la nobleza. En 1801 fue contratado para torear en Madrid el 11 de mayo, en la tercera corrida de abono. Fue aquella una corrida larguísima, duró todo el día ya que se lidiaron 16 toros: 8 colmenareños, 6 de Villarubia de los Ojos y 2 de Peñaranda de Bracamonte. Pepe-Hillo alternó cartel aquel día con Costillares y Pedro Romero. Por la mañana Pepe-Hillo sufrió un leve percance pero siguió en el ruedo. A primera hora de la tarde comenzó a resentirse un poco y se baraja la posibilidad de que el diestro abandone la corrida, pero el torero no accede. Ya por la tarde sale el séptimo toro, de nombre "Barbudo" de la ganadería de Joaquín Rodríguez. Un toro negro de capa de una gran envergadura. Tomó sólo cinco varas y llegó a la muleta con mucha fuerza y un poco crudo, al parecer no le castigaron adecuadamente. Pepe-Hillo le dio dos naturales y uno de pecho cerca de chiqueros. El torero prepara al toro para la muerte cerca de la querencia de las tablas. Quiere matarlo recibiendo pero el toro no acude al cite, y es el espada el que se arranca a volapié dejándole media estocada en todo lo alto. Pero en el encuentro resultó empitonado por la pierna izquierda, volteado y lanzado con fuerza a tierra, donde queda tendido conmocionado y sin conocimiento. El torero cayó boca arriba, con los brazos en cruz, quedando a merced del toro, que en efecto hizo por él, de tal forma que le hundió violentamente el pitón izquierdo en el estómago y lo levantó como a un pelele campaneándole. Un vez que le quitaron al bicho de encima, pues se enceló con el cuerpo del torero, las asistencias le llevaron a la enfermería en estado agónico y allí falleció a los 20 minutos. Su muerte causó una gran conmoción en todo el país, incluso se suspendieron en Madrid las corridas de toros durante lo que restaba de mes de mayo en señal de luto. El torero tenía entonces 48 años y le había dado tiempo a amasar una gran fortuna. Su viuda María Salado, percibió el importe de esta última corrida toreada por su marido: 2.800 reales. Pepe-Hillo fue enterrado entre un duelo multitudinario en Madrid, en la parroquia de San Ginés, que se encuentra en la calle Arenal número 13.