Los toros dan y quitan

FLORENCIO VICENTE CASADO "FRASCUELITO " (1871 - 1896)

FLORENCIO VICENTE CASADO "FRASCUELITO "

Cortesía de D. José Antonio Román Romero

Vio la luz en Zaragoza el año 1871, en su más tierna infancia quedó huérfano de padre, y desamparado, pues su madre, ciega y privada de la razón, tuvo que acogerse en un asilo benéfico de Madrid. A los diez años comenzó el aprendizaje del oficio de hojalatero. Pero después se despertó en él la afición a la lidia de reses bravas y abandonó el oficio para asistir a todas las capeas de que tenía noticia. Harto de fatigas y de cornadas regresó al cabo de algún tiempo a Zaragoza, donde encontró el ansiado ajuste formal y donde empezó a darse a conocer y a conquistar amigos y admiradores.

Florencio, ya torero conocido y ovacionado, soñó con un porvenir brillante y lleno de satisfacciones. Quiso que fuese la primera consagración de su amor y pidió la mano de su amada. Para concedérsela se le puso por condición que renunciara al toreo y volviera a su antiguo oficio, encargándose de regentar el taller de su futuro suegro. Por fin se llegó a una avenencia. Florencio Vicente se retiraría de los toros después de torear las corridas de Bergara que tenía contratadas. Se caso y  fue feliz unos días, muy pocos, los que mediaron entre el de su enlace y la fecha de las corridas de Bergara de 1896, en las cuales tomaba parte como banderillero. El 25 de julio de 1896, el primer astado que salió a la plaza (de la ganadería navarra de Peralta, y “Perdigón”  de mote), cogió a "Frascuelito" cuando este intentaba lancearle de capa y le ocasionó tan gravísimas lesiones, que al día siguiente, a la misma hora de dar principio la segunda corrida, falleció el infeliz Florencio. Tenía veinticinco años Esta es la crónica. Y también es cierto, que el día en que "Frascuelito" muriera, momento antes de que se soltara al primero de los toros, sonó la campana de la parroquia de San Pedro anunciando su muerte. Toreros y público, sobrecogidos, elevaron al Cielo una plegaria.

Don Juan José Zaldívar Ortega, comenta para abundamiento sobre la tragedia, <<que ese día 25 de julio de 1896, Francisco Vicente y Casado (Así lo refiere, como Francisco) se enfrentó al primer novillo, “Perdigón”, de don Pedro Galo Elorza, y al salir de unos capotazos, se resbaló “Frascuelito”  y el animal le produjo unas contusiones en el vientre. Por su pie fue a la enfermería y todos pensaron que la cogida carecía de importancia. Al día siguiente se le presentó la peritonitis, falleciendo a la misma hora en que empezaba la segunda novillada, última que debía haber toreado en su vida. "

En el estudio accidentes oculares en la Tauromaquia de 1801 a 1949 de los doctores  Puertas y Celis lo refieren como el banderillero (Florencio Vicente y Casado “Frascuelito”) cogido por un novillo de nombre “Perdigón”  el 25 de julio de 1896 y fallecido el 26 de julio de 1896.

El erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de esta víctima de la fiesta, que << no le acompaño la fortuna en diversos lances de su existencia al zaragozano Florencio Vicente Casado (Frascuelito) y ello culminó en las circunstancias de su muerte, registrada en Vergara (Guipúzcoa) el 26 de julio de 1896 - fecha en que pensaba retirarse del toreo- , al presentarse una peritonitis como consecuencia de un golpe recibido la víspera y propinado por el novillo “Perdigón”, de la divisa de Pedro Galo Elorza. A la cogida no se le concedió importancia alguna, pero su derivación no pudo ser más funesta. "

Refiere el cronista José Antonio Román Romero en su Blog en la Red "De Hombres, Toros y Caballos", que, Florencio Vicente y Casado “Frascuelito” nació en Zaragoza el Año 1871, y fue bautizado en la parroquia de San Pablo. Un muchacho nacido pobre, que queda huérfano en su tierna infancia, puesto que a la muerte del padre la pobre viuda pierde la vista, sus facultades mentales sufren serios trastornos, y la indigencia la obliga a buscar amparo en un asilo benéfico de Madrid. El hijo, protegido por unos parientes, se educa esmeradamente encuentro de enseñanza de Zaragoza, y a los 10 años comienza a aprender el oficio de hojalatero. Pronto se cansa, y en su cabeza bulle la afición por los toros. Sin ropa, sin recursos, sin amigos, va de capea en Capea. Aragón es poco para él. Ve la gloria lejos de su tierra, de su pueblo natal, y allá va, a recorrer España, Portugal y Francia. La muerte de este apreciable torero ocurrió en Vergara, la tarde del 26 de Julio de 1896, toreando de banderillero en la cuadrilla de un matador de novillos. El primer bicho de los que se lidiaron, llamado Perdigón, pertenecía á la ganadería navarra, de Peralta, que legó D.Pedro Galo Elorz, y era un novillote serio, royo, algo flaco y bien puesto de velamen. Salió el cornúpeto muy bravo, y Frascuelito, a quien la sangre le hervía en el cuerpo, se adelantó a torearlo de capa, y sea porque el muchacho perdía terreno a cada lanceó porque fue trompicado, el caso es que al salir resbaló y cayó, y al incorporarse lo hizo tan rápidamente, que no dio lugar a que los capotes acudieran en su auxilio; el novillo hizo por él y lo arrastró hasta la pared, donde le tiró nuevamente varios derrotes, que le ocasionaron dos pequeños puntazos y la lesión mortal.  Por su pie marchó a la enfermería, y nadie creyó que la cogida tuviera importancia alguna. Al día siguiente se presentó la peritonitis y los médicos declararon la gravedad inminente, recomendando le administraran los auxilios de la Religión inmediatamente, como así se hizo. No tardaron en cumplirse las profecías de los Galenos. A las cuatro de la tarde dejó de existir, al mismo tiempo que sus compañeros; iban a dar comienzo a la segunda función.  El certificado que extendió el facultativo forense dice así: Médico auxiliar de la Administración de Justicia y de la Penitenciaria del partido judicial de vergara que suscribe, licenciado en Medicina y Cirugía: Certifico: Que D. Florencio Vicente y Casado, natural y vecino de Zaragoza, de veinticinco años de edad y casado, ha fallecido el día de ayer, a las cuatro de la tarde, a consecuencia de una peritonitis, desarrollada por la contusión que sufrió en el hipogastrio en la lidia del primer toro que se corrió en la Plaza de esta villa el día 25 del corriente mes. Para que conste expido la presente certificación. Vergara 27 Julio de 1896. Félix Zumalabe. A Vergara llegaron al siguiente día, algunos individuos de la familia, y se celebró la conducción del cadáver, que fue una manifestación de sentimiento, en la que tomaron parte el Ayuntamiento, la aristocracia, el pueblo, sus compañeros y la familia. El Ayuntamiento de la villa de Vergara costeó unos funerales, y los aficionados de Zaragoza mandaron celebrar otros, por suscripción, que se celebraron con gran pompa en San Pablo.