Los toros dan y quitan

JOSÉ NORIEGA "EL CASTIZO" (1867 - 1894)

JOSÉ NORIEGA "EL CASTIZO"

Vista de la Plaza Antigua de Murcia, España

Cortesía del Sitio Web: plazatorosmurcia.com

Novillero natural de Cazalla de la Sierra (Sevilla), nació el 30 de noviembre de 1867.  Fue corneado el 20 de mayo de 1894 en la Plaza de Toros La Condomina de Murcia, por un toro del Marqués de Mendela, muriendo en la madrugada del día 22 del mismo mes de mayo de 1894, de 27 años de edad. (Fuente: Sitio Web: plazatorosmurcia.com).

 

Al respecto de este personaje, el erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybrarra,  refiere en su obra “Víctimas de la Fiesta”, que << en el coso de Murcia alterna el 20 de mayo de 1894 el sevillano, de Cazalla de la Sierra, José Noriega (el Castizo) con Bartolomé Jiménez (Murcia) en la lidia de astados de la vacada del marqués de Mudela. El corrido en segundo lugar le cornea en la faena de muleta y, al no ser atendido el diestro en la enfermería con la debida rapidez, es trasladado a un hospital, donde se le practica muy tardíamente la primera cura. Tan increíble tardanza motivo la muerte del herido, lo que ocurrió dos días más tarde. "

 

El cronista Juan José Zaldívar Ortega refiere que << José Noriega (el Castizo), dejó de existir, en 1894, cuando contaba 27 años de edad. El 20 de mayo de 1894 se celebró en el coso de la ciudad de Murcia (España) una novillada a cargo de Bartolomé Jiménez (Murcia) y José Noriega. El segundo novillo, como todos los demás, era de la ganadería del marqués de Mudela; al darle un lance de capa el Castizo fue volteado sin consecuencias. Tomó luego los trastes el humilde espada, que vestía de encarnado y oro y cabos negros, y saludó a su adversario con un buen cambio; al darle el tercer pase natural fue enganchado, volteado y despedido con gran violencia. Se le condujo a la enfermería, donde no había servicio facultativo ni medicamentos, y el herido, que tenía una cornada de cuatro centímetros de profundidad y diez de extensión, cerca del peritoneo, en pleno vientre, permaneció allí sin ser atendido. Al cabo de mucho tiempo se le condujo al hospital, y a las cuatro horas de haber recibido la cornada le fue practicada la primera cura. Debido al abandono, y en medio de grandes dolores dejó de existir el desventurado Noriega dos días después, debido al abandono por falta de enfermería en la citada Plaza, en medio de grandes dolores, por las lesiones producidas en la cornada. Toreó por los pueblo de la provincia sin lograr otra fama que la de ser muy valiente y nada más. "