Luis Antonio Vallejo “El Pimpi”

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Efectivos de los servicios de emergencia encontraron la madrugada del 11 de septiembre de 2010 el cuerpo sin vida del valeroso y admirado picador Luis Antonio Vallejo Carmena “El Pimpi”, en el llamado Polígono Industrial de Los Villares en Salamanca, España. 'El Pimpi' estaba contratado para torear en una novillada el viernes 10 de septiembre de 2010 en la capital charra a las órdenes del novillero francés Thomas Duffau, pero tuvo que ser sustituido al no llegar a la cita, por lo que llegada la hora del festejo, y ante el contratiempo, Duffau tuvo que recomponer su cuadrilla, picando los dos novillos el mismo picador. Al parecer  Luis Antonio pudo haber llamado a un taxi tras el sorteo de la novillada, por la mañana, celebrado en La Glorieta, momento desde el cual no volvió a saberse su paradero. Refieren testigos que “El Pimpi” montó sus puyas con total normalidad y abandonó la plaza manifestando que tenía que salir a comprar una espuela. Por la forma en que se encontró el cuerpo, fuentes cercanas  al varilarguero y la propia Autoridad manifestaron que se quitó la vida por propia mano, un suicidio por ahorcamiento por causas desconocidas. Su cuerpo no presentó lesión externa, ni rastros de violencia. “El Pimpi”, reconocido profesional, estaba cuajando una buena temporada al lado del novillero galo, incluso hacía pocos días, que había sido galardonado con el trofeo al mejor puyazo de la Feria del Arroz de Calasparra, por la suerte de varas al primer novillo de Luis Algarra el día 8 de septiembre. El genial picador también había dado cátedra de su grande oficio en la coqueta plaza de Vic Fezensac, el 6 de agosto, en una corrida de concurso exclusivamente francesa, donde el toro más importante de la tarde para los críticos  fue el sexto. Un toro de bandera de Pagés Mailhan (Arranz), con el que se vivió un tercio de varas de una emoción indescriptible. “El Pimpi”, como maestro que lo era,  puso tres puyazos en la yema, después de torear a caballo de verdad. El doloroso trance de su prematura despedida se desarrolló la tarde del 14 de septiembre en la que fuera su localidad natal, Añover del Tajo, donde se ofició una misa en la parroquia del pueblo y se le sepultó en el Cementerio Municipal en medio del sentir de sus familiares y amigos.

Refiere en forma sucinta, el prestigiado editorialista Don Israel Pérez Valencia,  que hay psicoanalistas que aseguran, que quien se expone al peligro por el simple placer de hacerlo tiene tendencias suicidas subconscientes, considerando que los seres mentalmente equilibrados solo lo hacen en situación extrema, cuando no existe ninguna otra opción que les libre de exponer su vida. Sin embargo, esta adicción a la adrenalina y al peligro constante, también se afronta a veces por el deseo de ser alguien en la vida. Acaso el reconocimiento y el dinero aparejado, son el motor que impele y justifica el tener que lidiar con la muerte y el confrontar con valor y con miedo su  oscuro trajinar frente a los toros;  luego colijo con esta referencia científica, que esta difícil profesión exige nervios de acero y un dominio constante del placer y del miedo para resultar indemne, y para llegar a viejo mentalmente equilibrado si las cosas no resultan tal cual su deseo, siempre que no reciba, además,  demasiados golpes en la cabeza para evitar los incontrolables trastornos de personalidad, depresiones suicidas, o la locura misma que guía en cada faena, para que se le juzgue superior,  entre los muchos censores que le aplauden a rabiar cuando se le acerca demasiado al toro, o cuando parea palitroques cortos, o cuando se arrodilla sin muleta frente a la cansada bestia, o cuando le da la espalda, arrodillado o inmóvil, o mil lances demenciales, como el incomparable farol, que se adula a cada tarde, sin medir peligros. De ahí que cuando se suicidan tan agobiados como valerosos personajes, pocos saben a ciencia cierta el porqué sucedió la tragedia, o el porqué decidió poner fin a la lucha, o el porqué no detectamos su grave desequilibrio mental a tiempo. Dios le tenga en su Santa Gloria y le de la paz interior que su alma ansiaba.