ANDRÉS CERRO HERAZO << EL QUILLA >> (1989 - 2010)
El 25 de agosto de 2010, el colombiano diario virtual “El Meridiano de Sucre” informaba que nueve días después de que el esforzado Yosimar Andrés Cerro Herazo, alias "El Quilla", de 21 años de edad, parecía haberle ganado la "corrida" a la muerte, tras ser corneado en 8 oportunidades por el toro No. 16 de las Fiestas en Corralejas del Corregimiento de Chochó en Colombia, murió como un valiente en una de las camillas del segundo piso del Hospital Universitario de Sincelejo. Eran las 5:00 de la tarde del 15 de agosto de 2010 y todo transcurría en calma en la fiesta brava, las bandas sonaban y una que otra persona hacía flojos malabares en el ruedo para impresionar al público, mientas Yosimar, trabajando como anuncio movedizo, caminaba con una pancarta publicitaria en la ardiente plaza, muy atento a las movidas del toro. Unos minutos más tarde, unos espectadores sobrados, tiraron varias bolsas de crispetas al ruedo, llamando la atención del ayunado joven, logrando que se descuidara, pues en su afán de agarrar unas cuantas para aplacar el hambre, luego de una asoleada jornada en el redondel, quedó preso de la bravura del astado que lo colgó en sus cuernos como si se tratara de un muñeco en varias oportunidades. Ocho cornadas tuvo que soportar Yosimar para que el que en ese momento era su enemigo diera la vuelta y lo dejara continuar con vida. Las heridas le comprometieron el estómago, duodeno, riñón, arterias y vena femoral derecha. Según un parte médico del Hospital Universitario, el paciente había evolucionado con mejoría, empero el 19 de agosto encontraron que los vasos de la pierna estaban permeables por lo que ordenaron continuar el tratamiento. Hacia el día 23 se deterioró su estado general presentando sangrado por drenes --probablemente originado por las lesiones del estómago-- lo que generó un paro respiratorio, siendo reanimado con éxito. Su estado continuó crítico, se solicitó quirófano y se diligenció remisión a UCI, pero presentó otro paro cardio-respiratorio, sin respuesta a las maniobras de reanimación falleciendo a las 7:20 p.m., sin alcanzar a ser intervenido. Según familiares, el joven era ebanista y desde el inicio de esa trágica semana un amigo lo convidó para que se fuera con él a las corralejas a trabajar haciéndole publicidad a un político con unas pancartas, y como "El Quilla" tenía el fin de semana libre, aceptó, para su desgracia… Pero en fin, ni que decir, ni que llorar, solo callar y mirar al cielo, que a veces, “más cornadas da el hambre”, decía el valeroso “Espartero”, porque el pobre en este mundo material, ha de exponerse a peligros sin cuento, con tal de seguir viviendo. Dios quiera que en el cielo los ángeles le colmen de todo cuanto pudo haber deseado en este mundo de estrecheces, y sea feliz en la vida eterna.
