CRISTOBAL COLÓN DE TOLEDO << XV DUQUE DE VERAGUA >> (XXXX - 1936)
En 1833 falleció el rey Fernando VII, pasando la Real Vacada a poder de su cuarta esposa y viuda, doña María Cristina de Borbón de Nápoles, llamándose oficialmente a partir de entonces “Real Vacada de Su Majestad la Reina Gobernadora” quien, en 1835, por un valor de 300.000 reales, precio similar al pagado por su regio marido, la enajena a los duques de Osuna y Veragua, que se estrenaron como ganaderos en Madrid el 4 de julio de 1836 y que la llevan juntos hasta 1849, año en que el primero de ellos vende su parte al XIII duque de Veragua, don Pedro de Alcántara y Colón de Larreategui, quedando éste como único criador y continuador de lo más selecto, importante y puro de la raíz vazqueña. Su estreno en solitario como ganadero en Madrid data del 29 de septiembre de 1850. Esta ganadería estuvo en poder de los sucesivos duques de Veragua desde 1849 hasta 1928, en que se enajena a don Manuel Martín Alonso, vecino de la Alameda de la Sagra (Toledo) y abuelo por vía materna de los importantes y actuales empresarios señores Lozano. Dos años más tarde pasaría su propiedad a don Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio, trasladándola a Jerez de la Frontera, en la provincia de Cádiz. En estos 79 años, fundamentales para la historia del toreo, pues abarcan desde la mitad del siglo XIX hasta el primer tercio del XX, estos toros llegaron a conocerse como veragueños, o de Veragua, y se mantuvieron con el estado puro de la raíz vazqueña, llegando incluso a superar a la fundacional. Solo se conoce un cruce, realizado entre un reducido número de vacas con un semental de Miura, a finales del siglo XIX. A la muerte del XIII duque de Veragua, en 1866, le sucedió su hijo don Cristóbal Colón de la Cerda (1837-1910), quien con el título de XIV duque de Veragua continuó esmerándose en la crianza y selección, con los mismos resultados y éxitos. Su presentación en Madrid data del 24 de abril de 1867. De toda la familia fue el que más celo puso en el empeño ganadero. Para ello tentaba los utreros de cuatro hierbas todos los años, dejando para el matadero o para labor a los menos bravos. Lo mismo hacía con las vacas cada cinco o seis años. A la muerte de este último, en 1910, le sucede, al frente de la ganadería, su hijo don Cristóbal Colón de Toledo de Larreategui y Aguilera, XV duque de Veragua (1878-1936), estrenándose en Madrid el 17 de septiembre de 1911, quien la mantiene hasta su enajenación, antes mencionada, en 1928. El hierro de los toros de Veragua era una V con la corona ducal y la divisa encarnada y blanca.
Don Cristóbal Colón de Toledo de Larreategui y Aguilera, XV duque de Veragua, nacido el 12 de septiembre de 1878, era descendiente en línea directa de Cristóbal Colón, el famoso descubridor de la Nueva España, y quien sin lugar a dudas, como mérito importante, durante el período de 1920 al 36 da un toque personal muy importante a la crianza de caballos española. Apasionado por el purasangre árabe (aparentemente más que su gusto por los toros), obsesionado por el deseo constante de mejorar, siempre más, el patrimonio genético de sus caballos, no vacila en recorrer el mundo entero para importar caballos. La Guerra Civil estalla en 1936. Los Republicanos llegan a ocupar Madrid y Toledo. El Duque de Veragua muere asesinado en su palacio el 21 de septiembre (otras fuentes lo refieren sepultado el día 16 de septiembre), así como su hermano político y algunos criados, incluso queman el palacio con todo lo que contiene y se roban los animales de esa finca. Refieren testigos de la tragedia, que la realidad fue que un buen día se presento un pelotón de milicianos en la calle San Mateo, donde vivía esta persona, y sin orden ni papel alguno se llevaron al duque de Veragua, a su cuñado Manuel Carvajal, a un criado del duque que dijo que donde iba su señor, el iba también y una auxiliar de cocina de quince años que se atrevió a llamar a los milicianos por lo que eran, ¡Asesinos! Al tiempo el hijo mayor de Manuel Carvajal, era detenido por los milicianos en Toledo. Los milicianos tenían orden de no matarle, pues era un preso importante, pero consideraron una idea divertidísima ponerle en el paredón con los presos que llevaban en el camión camino de Madrid, junto con los "fascistas" de cada pueblo que encontraron. Fue " fusilado" catorce veces. Su hermano Ramón desapareció en la Checa de Fomento y fue rescatado " in extremis" por el embajador de Chile. Mientras las hijas de Ramón Carvajal peregrinaban por Madrid buscando apoyos entre el cuerpo diplomático. Bergamin fue un paradigma de nobleza al ponerlas en la calle al grito de "Fuera que me comprometéis". El cuerpo diplomático iberoamericano en pleno, excepto Méjico, se presentó ante el ministro de Gobernación y exigió la liberación inmediata del duque y su familia ya que este era ciudadano honorario de todos los países americanos. El ministro solo pudo reconocer su total impotencia ya que no sabía absolutamente nada de lo sucedido ni podía controlar a los elementos de las Chekas. A los pocos días aparecieron en Fuencarral los cuerpos sin vida del duque y su cuñado. A quien cortaron el dedo no fue al duque de Veragua, fue a Manuel Carvajal, y se lo pusieron en la boca. Lo se por que mi padre fue uno de los testigos cuando inhumaron los cadáveres en el 39. El único que queda vivo. Tras el asesinato se consiguió poner a salvo a lo que quedaba de la familia y las diferentes republicas americanas, menos Méjico, rompieron relaciones diplomáticas con la republica Española. Poco después reconocieron al gobierno de Burgos. Hasta el año 1939 se estuvieron cobrando cheques en el banco de España con las firmas del duque de Veragua y de su cuñado Manuel Carvajal, cheques al portador que les obligaron a firmar en la Cheka de la calle Fomento. Su muerte ocurrió en la carretera de Fuencarral en donde se bajaron cuatro milicianos, y el jefe de las “checas” que tendría más de 23 ó 24 años. Era Santiago Carrillo. Apearon a tres señores y una señora, les hicieron andar sobre la cuneta unos doce metros, sacaron las metralletas y los mataron a los cuatro. Después Carrillo sacó una pistola y disparó tres tiros sobre el cráneo del Duque, que ya estaba bien muerto.
Refiere don José Miguel de Mayoralgo y Lodo, conde de Los Acevedos, en su obra: Movimiento Nobiliario del Año 1936, que el 16 septiembre 1936 fueron enterrados en Madrid don Cristóbal Colón, Duque de Veragua, y su hermano político el Duque de la Vega, asesinados en las inmediaciones de la villa por los marxistas. Al entierro asistieron varios representantes diplomáticos hispanoamericanos y un funcionario británico amigo de los Duques, que fue quien descubrió los asesinatos.
Crónicas:
1) http://www.terralia.com/revista17/pagina84.htm
2) Don Carlos Abella/Historia del Toreo/Tomo 2 /Página 149/ Alianza Editorial
3)http://www.militar.org.ua/foro/anecdotas-curiosidades-refranes-cancionero-t7097-240.html
4)http://www.diarioya.es/content/un-documento-comprometedor-para-santiago-carrillo-vuelve-a-la-luz
5)http://www.ariasdereyna.com/Documentos/Libros-otros/Movimiento%20nobiliario%201936%20%20%28Zayas%20y%20Arias%20de%20Reina%29.pdf