DOROTEO ARANGO ARÁMBULA << PANCHO VILLA >> (1876 - 1923)
Fuente:
Arturo Gómez Alarcón
http://fichasdehistoria.blogspot.com/2009/09/biografia-de-pancho-villa-resumen.html
Hurgando anécdotas de Villa, reencontré un escritor norteamericano, injustamente excluido de los catálogos de los historiadores importantes de México, que da noticias del “Centauro del Norte” como sólo los fuereños pueden hacerlo. Se trata de John Reed, reportero norteamericano que estuvo con Villa unos años acompañándolo en sus batallas y gozó la oportunidad de conversar mucho con él. Escribió una pequeña obra llamada “México Insurgente”, que por cierto fue motivo de un rollo fílmico deplorable. De esas pláticas dio cuenta sabrosa de los temas que surgieron al chisporroteo de las fogatas y que nos dicen mucho de Villa y por supuesto del mismo Reed, cuyas preguntas y métodos para abordar la conversación eran (y son ) envidiables. Este John Reed tuvo tanta certeza en sus reportes y sagacidad en su periodismo que convivió con los comunistas durante la revolución rusa del 17. Escribió “Diez días que Conmovieron al Mundo”, un libro tan hecho al gusto de los triunfadores, que durante mucho tiempo el fue el único norteamericano sepultado en el Kremlin, ya que murió muy joven, en tierras rusas. Regresando al toro nos cuenta que Francisco Villa era muy aficionado a las peleas de gallos y a las corridas de toros. Dice Reed, “Nunca perdía una corrida de toros, todas las tardes, a las cuatro, se le encontraba en la gallera, donde peleaban sus propios gallos con la entusiasta alegría de un muchacho (...) En ocasiones ya avanzada la mañana, mandaba buscar con un correo rápido a Luis León, el torero; llamaba personalmente por teléfono al matador, preguntando si tenían algunos toros bravos en el corral. Casi siempre los tenían y entonces corríamos a caballo por las calles, como más de medio kilómetro a los grandes corrales de adobe.” Sigue Reed, “Veinte vaqueros separaban al toro de la manada, lo derribaban y ataban para recortarle los cuernos. Entonces, Villa, Luis León y todo el que quería, tomaba las capas rojas profesionales del toreo y bajaba a la arena. Luis León, con la cautela del conocedor, Villa tan porfiado y tosco como el toro, nada ligero con los pies, pero rápido como un animal con el cuerpo y los brazos. Villa se iba directamente hasta el animal que piafaba enfurecido, y lo golpeaba, atrevido, en la cara, con la capa doble y así, por media hora, practicaba el deporte más grande que jamás he visto. Algunas veces, los cuernos recortados del toro alcanzaban a Villa en las asentaderas de su pantalones y lo lanzaban a través del coso; entonces se revolvía y cogía al animal por los cuernos luchaba con él, bañado de sudor el rostro, hasta que cinco o seis compañeros se colgaban de la cola del toro y lo arrastraban bramando y levantando una gran polvareda”
Fuente: Don Eugenio Guerrero Guemes
http://depitonapiton.blogspot.com/2010/02/pancho-villa-y-otros-heroes-toreros.html