Los toros dan y quitan

MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA (1753 - 1811)

MIGUEL HIDALGO Y COSTILLA

El Padre de la Patria de México, don Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla, nació el 8 de mayo de 1753 en el rancho de San Vicente, lugar perteneciente a  la hacienda de San Diego Corralejo, Jurisdicción de Pénjamo, de la Intendencia de Guanajuato permaneciendo ahí hasta los 12 años. Fue hijo de Cristóbal Hidalgo y Costilla y Ana María Gallaga Mandarte y Villaseñor. Estudió en el Colegio de San Nicolás Obispo, en Valladolid (hoy Morelia), donde recibió el grado de Bachiller en letras. En el mismo año se graduó como bachiller en artes en la Real y Pontificia Universidad de México; en 1773 obtuvo el bachillerato en teología, en la misma casa de estudios. Fue ordenado sacerdote en 1778. Impartió cátedra en el Colegio de San Nicolás, donde fue tesorero, vicerrector, secretario y rector, colabora como cura de las ciudades de Colima y San Felipe "Torresmochas". Hablaba francés, italiano, tarasco, otomí y náhuatl. En 1788 estaba encargado de la sacristía de Santa Clara del Cobre. En 1800 dejó el curato de San Felipe para atender su hacienda en Jaripeo, dedicada a la crianza de toros de lidia. Cuando falleció su hermano José Joaquín, quien fungía como cura de Dolores, pasó a ocupar su lugar en octubre de 1802, donde alfabetizó artesanos y campesinos. Hidalgo conoció al Capitán Ignacio Allende en San Miguel el Grande en diciembre de 1808. Por ese tiempo frecuentaba también al Teniente Mariano Abasolo, al corregidor de Querétaro, Miguel Domínguez y a la esposa de éste, Josefa Ortiz. Todos ellos formaron parte de una conspiración que, iniciada en 1809, se extendió a diversas ciudades del Bajío, a San Luis Potosí y aún a la ciudad de México, donde se formaron núcleos independentistas. Los preparativos fueron denunciados y la noche del 15 de septiembre, junto con su hermano Mariano, Aldama, Allende, José Santos Villa, los serenos Vicente Lobo, José Cecilio Arteaga y ocho hombres más, Hidalgo liberó y armó a los presos locales para después aprehender a los españoles. En la madrugada del 16 de septiembre convocó a luchar por la independencia a los fieles que se habían congregado en la parroquia. Reunió un grupo de 300 hombres y salió a Dolores. Al pasar por Atotonilco tomó una imagen de la Virgen de Guadalupe que convirtió en estandarte de sus fuerzas. El mismo día 16 llegó a San Miguel el Grande, donde se les unió el Regimiento de la Reina. Siguió por Chamacuero y llegó a Celaya el 21 de ese mes. En ese lugar, el 22 Hidalgo fue nombrado Capitán General mientras que a Allende se le designó Teniente General. Para esa fecha el Ejército Insurgente contaba con 50,000 hombres que el 28 de octubre ocuparon Guanajuato y vencieron la última resistencia de los realistas al tomar la Alhóndiga de Granaditas. Hidalgo estableció allí una casa de moneda y una fundición de cañones. El 24 de septiembre fue excomulgado por el obispo michoacano Manuel Abad Queipo. El 17 de octubre, en la ciudad de Valladolid, hizo publicar el decreto de abolición de la esclavitud. En Charo se le unió Morelos, a quien encargo organizar la insurrección en el sur del país. El 22 de octubre, en Zinapécuaro, fue nombrado Generalísimo y al día siguiente nombró secretario particular a Ignacio López Rayón. Llegó a Toluca el 28 y dos días después, en su avance hacia la capital del país, derrotó a los realistas en el Monte de las Cruces. Se detuvo en Cuajimalpa y se negó a atacar la ciudad de México, pese a la opinión de quienes tenían experiencia militar. Emprendió la retirada y el 7 de noviembre su ejército fue derrotado en Aculco por las fuerzas coloniales al mando del Brigadier español Félix María Calleja.  En Guadalajara, Hidalgo formó el primer gobierno independiente con López Rayón como Ministro de Estado. Nombró representante en Estados Unidos a Pascasio Ortiz de Letona y ordenó la publicación de “El Despertador Americano”. En la hacienda de Pabellón fue alcanzado por Allende y algunos jefes que, por su responsabilidad en la derrota ante los realistas, lo despojaron del mando militar. Todo se mantuvo en secreto hasta mediados de marzo cuando, en Saltillo, Hidalgo renunció públicamente a la jefatura del Ejército Insurgente. El 21 de enero de 1811, fueron capturados en Acatita de Baján, Coahuila, tras una traición de Ignacio Elizondo, un antiguo realista  y en ese entonces militante en las fuerzas revolucionarias, pero que no era más que un espía del gobierno virreinal. Allende, Aldama y Jiménez fueron encontrados culpables por el delito de alta traición, y se les condenó a muerte en mayo del mismo año. Abasolo aportó datos adicionales sobre la insurgencia que permitieron llevar a cabo redadas donde se obtuvo material para contrarrestar el movimiento. Su colaboración, sumada a los esfuerzos de su mujer, logró conmutar su condena a la de prisión perpetua en Cádiz, España, donde murió en 1816. Mientras, en Chihuahua, Allende, Aldama y Jiménez fueron pasados por las armas por la espalda en la plazuela de la ciudad el 26 de junio, más tarde sus cuerpos fueron decapitados y sus cabezas enjauladas. Hidalgo fue enterado de esta noticia la misma noche de la ejecución. Pocos días más tarde, el obispo de Durango procedió a degradar al ex párroco de Dolores de su condición sacerdotal, para quedar disponible para su ejecución. El día de su fusilamiento pidió que no le vendaran los ojos ni le dispararan por la espalda (como era la usanza al fusilar a los traidores). Pidió que le dispararan a su mano derecha, que puso sobre el corazón. Hubo necesidad de dos descargas de fusilería y el tiro de gracia para acabar con su vida, tras lo cual un comandante tarahumara, de apellido Salcedo, le cortó la cabeza de un solo tajo con un machete, para recibir una bonificación de veinte pesos. Miguel Hidalgo murió el 30 de julio de 1811 fusilado por las fuerzas realistas.

Miguel Hidalgo y Costilla fue fusilado al amanecer, sentado en un banco, con la mano en el corazón, los ojos vendados y un crucifijo en el patio del antiguo Colegio de los Jesuitas en Chihuahua, entonces habilitado como cuartel y cárcel y que en la actualidad es el Palacio de Gobierno de Chihuahua. A pesar de haber recibido dos descargas del pelotón, no murió; por lo que el teniente al mando ordenó a dos de los soldados disparar a quemarropa sobre el corazón del padre Hidalgo, acabando así con su existencia. Su cadáver fue posteriormente decapitado y su cuerpo enterrado en la capilla de San Antonio del templo de San Francisco de Asís en la misma ciudad de Chihuahua; su cabeza fue enviada a Guanajuato y colocada en la Alhóndiga de Granaditas, junto a las de Allende, Aldama y Jiménez. En 1821 fue exhumado su cuerpo de Chihuahua y junto con su cabeza se le enterró en el Altar de los Reyes, de la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México. Finalmente, desde 1925 reposa en el Ángel de la Independencia, en la capital. En 1868 fue erigido en su honor el Estado de Hidalgo.

Para mayor abundamiento de su andadura en el mundo de la tauromaquia, hay que señalar que don Miguel Hidalgo y Costilla, fue aficionado a los toros, amigo de toreros, y tuvo las haciendas ganaderas de Jaripeo, Santa Rosa y la reconocida San Nicolás de Peralta, estando las tres ubicadas en la región de Irimbo, criando toros de lidia en esta última hacienda, desde donde antes del conflicto bélico insurgente, se vendieron reses para diversos festejos.

 

http://www.sedena.gob.mx/index.php?id_art=132

http://es.wikipedia.org/wiki/Miguel_Hidalgo_y_Costilla

http://www.contoromex.com/bienvenidos.html