MANUEL GALLARDO GUTIÉRREZ (1840 - 1882)
Picador de toros nacido en El Puerto de Santa María (Cádiz) el 17 de septiembre de 1840, era hijo del famoso varilarguero Juan Gallardo. Abandonó el oficio de tonelero para picar toros, y a pesar de la oposición de sus padres, salió por primera vez a picar el 25 de diciembre de 1856 en la Plaza Real, contando sólo dieciséis años. Después de esto siguió ejerciendo en novilladas celebradas en plazas andaluzas, especialmente en la provincia de Cádiz, por lo que debió torear en la Plaza Real. En Madrid aparece su nombre en un cartel del año 1861, así como en 1862. Sin embargo, Manuel Gallardo trabajó muchos otros años en el circo madrileño, pero parece que no contaba con muchos admiradores, de ahí que la mayoría de las veces actuase, según parece, como reserva. Recortes refiere que no se presentó en la Real Maestranza de Caballería de Sevilla hasta el 13 de septiembre de 1868, agregado a la cuadrilla de Jaqueta, cuando éste aún era novillero, por lo que nos extraña mucho que habiéndolo hecho en Madrid tardase hasta tener veintiocho años de edad para presentarse en Sevilla, y este año, en una corrida de novillos. En la Real Maestranza Sevillana salió el 13 de junio de 1869. En una biografía publicada por El Tío Jindama, en 1878, afirma que hasta ese año picó a las órdenes de Manuel Domínguez. En provincias actuó mucho agregado unas veces a la plantilla de José María Ponce, del Gordito o de Hermosilla. El 11 de agosto de 1872 sufrió una grave cogida en Jerez de la Frontera, corneándole el toro después de caer del caballo, ocasionándole una herida de seis pulgadas de extensión en la región axilar izquierda, de fuera adentro, hasta el borde externo del gran pectoral, otra superficial de una pulgada en el occipucio, lesiones que unidas a otros padecimientos, fueron la causa de que tuviera que estar alejado tres años de la profesión. En la citada corrida se dio el caso, doloroso y pintoresco a la vez, de que el público, creyendo a los matadores culpables del percance, arremetiese con gran furia contra ellos, arrojando gran cantidad de piedras y ladrillos al redondel. El 18 de mayo de1882 se dio en Valencia una corrida en la que alternaron los Manuel Hermosilla y Fernando Gómez (Gallo), siendo los toros del marqués del Saltillo. Al poner Manuel Gallardo una vara al último toro, llamado “Perrunito”, negro zaino, sufrió una grave caída que le ocasionó la fractura de una clavícula y tres costillas; la cura de este accidente fue francamente mala, ya que empujado por la falta de recursos tuvo que reintegrase a la profesión sin haberse restablecido debidamente…y aquellas contusiones terminaron mermaron sus facultades. En ese sentido, cuando el 9 de julio de 1882, actuó en una corrida celebrada en Cádiz, se resintió de la cogida de Valencia y tuvo que retirarse de la plaza antes de terminar la función. Días después, el 17 de agosto de 1882, moría el infeliz picador en su casa de Jerez. Manuel Caballero no llegó a poseer la habilidad de su padre, pero fue muy voluntarioso y seguro, entrando a los toros por derecho, aunque en ocasiones se apartaba de las suertes antes de tiempo. (Fuente: Don Juan José Zaldívar Ortega-“Los Varilargueros de El Puerto de Santa María”-2008)
El ilustre cronista, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de esta víctima de la fiesta, que << el 18 de mayo de 1882, en la plaza de Valencia, el toro “Perrunito”, del hierro del marqués de Saltillo, derribó a Manuel Gallardo Gutiérrez, de la cuadrilla de Manuel Hermosilla, produciéndole, además de una fuerte conmoción cerebral, las fracturas de tres costillas y de una clavícula. Se repone de tales lesiones en su domicilio de Jerez de la Frontera e, imprudentemente, toma parte en la corrida que tuvo por marco el coso de Cádiz el siguiente 9 de julio, en la que es nuevamente derribado. Agravadas las dolencias anteriores, dejaría de existir el 17 de agosto de 1882. "