Los toros dan y quitan

BARTOLOMÉ CARMONA ARROYO (1756 - 1793)

Solo para efectos ilustrativos
“Corrida de toros en una aldea” (1812-1819)
Francisco José de Goya y Lucientes (1746-1828)
Museo de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando (Madrid)

Picador sevillano que en la corrida del 8 de julio de 1793, actuando con los espadas rondeños Pedro, José y Antonio Romero, y con el picador de tanda Miguel Pérez y el reserva Juan Antonio Domínguez. El toro, manso, de don Agustín Díaz Castro de Pajares de los Oteros, solo entró a una vara y le pusieron seis  banderillas de fuego. A la sexta saltó la barrera con el garapullo encendido. Se aprestó Pedro Romero a matarlo y el toro levantaba la cabeza a una considerable altura. Después de una estocada bien puesta pero poco profunda, debido a las condiciones del toro, el astado acometió al caballo que montaba el picador sevillano, aunque residente en Ronda, Bartolomé Carmona, hiriéndole de muerte, teniendo su jinete la mala fortuna de desnucarse al caer, falleciendo en breves momentos. (Debe explicarse que, en aquellos tiempos, los picadores permanecían en el ruedo, aunque alejados del toro, el resto de la lidia). Luego Pedro Romero remató al toro de una gran estocada, pero el mal estaba hecho y la tragedia cometida. (Crónica de don Juan José Zaldívar Ortega)

El erudito taurino,  Juan José de Bonifaz Ybarra,  refiere de este varilarguero en su obra Víctimas de la Fiesta, que << En el circo taurino de Madrid encontró la muerte Bartolomé Carmona Arroyo, gran amigo de los hermanos Romero, con los que actuaba frecuentemente, como en la mañana del 8 de julio de 1793. Un toro fogueado de la divisa de Agustín Díaz de Castro, tras recibir una estocada de Pedro Romero, acometió al caballo que montaba Carmona, cayendo éste con tan mala fortuna de golpearse fuertemente en la nuca, produciéndose tan grave lesión que el óbito ocurrió bien poco después. >>

Refiere el eximio cronista Daniel Tapia en su obra "Breve Historia del Toreo", que << En la corrida del 18 de julio de 1793 José Romero vio morir en la plaza a su picador Carmona, quien se desnucó de resultas de una tremenda caída. Carmona era íntimo de José y había acompañado desde antiguo a los Romero. >> Queda pues la duda viva, si la trágica corrida, acaeció el 8 o el 18 de julio de 1793.

El erudito taurino Juan José Zaldivar Ortega, en su libro "Víctimas del Toreo", Apartado de Picadores, páginas 54 y 55, aborda con mayor detalle la biografía de este valeroso varilarguero al referir que: Bartolomé Carmona, picador de toros, nacido en Sevilla el (30-03-1756), falleció el (08-07-1793), a los 37 años de edad, día en que se celebró por la mañana una corrida de seis toros, en la Plaza de Toros de Madrid, dos de don Joseph Gijón, de Villarrubia de los Ojos del Guadiana; dos de don Agustín Díaz de Castro, de Pajares de los Oteros, y dos de don Gabriel Gómez, de Arquedas (Navarra). Figuraban como picadores Miguel Pérez y Bartolomé Carmona, y de reserva Juan Antonio Domínguez. Los espadas fueron los hermanos Pedro, José y Antonio Romero. Un revistero de la época dio de este modo la reseña de los cuatro primeros torosde aquella corrida: «El primer toro, que fue de la vacada de don Joseph Gijón, de Villarrubia, entró a doce varas y diez banderillas. Lo mató Pedro Romero a la segunda estocada; ambas estocadas fueron bien puestas, pero a la primera levantó el toro la cabeza y quitó a la espada mucha fuerza del empuje con que iba dirigida. El segundo, de la vacada de don Agustín Díaz de Castro, entró a nueve varas y nueve banderillas; fue bastante ligero en las varas y no recargaba; hirió a un caballo cerca de la cola, en la séptima vara. No entró bien a la espada, y lo mató José Romero a la tercera estocada, dada en la misma cruz. El tercero, de la vacada de don Gabriel Gómez, entró a trece varas y a ocho banderillas; a la cuarta vara mató un caballo; a la octava, otro: hirió uno a la décima y mató otro a la décima segunda. Antonio Romero le puso la primera estocada bien puesta; la segunda y la tercera fueron algo bajas y laterales, pero lo remató descabellándole. La suma viveza de este toro, que estaba en continuo movimiento, mudaba la dirección de la estocada. El cuarto, de Díaz de Castro, entró muy ligeramente a una vara y a seis banderillas de juego; a la sexta saltó la barrera con la banderilla encendida. Le mató Pedro Romero. Este toro no entró a la espada sin levantar la cabeza a una altura tan desmedida, que frustraba enteramente la acción de la espada. Después de la primera estocada, que fue bien puesta, pero que por dicha causa no pudo ser profunda, acometió al caballo en que estaba Bartolomé Carmona, quien no huyó a la carrera como hubiera podido, y cogió al caballo de manera que no tan sólo hirió a éste de muerte, sino que en la caída que dio Carmona le sucedió la desgracia de recibir un golpe fuerte en la nuca, que de resultas murió en breve rato.,» El toro que originó la tragedia murió de una gran estocada a manos de Pedro Romero. Bartolomé Carmona fue un picador de gallarda presencia, magnífico jinete, fuerte y lleno de valentía, uno de los más distinguidos de su tiempo. Se le llegó a considerar hijo de Ronda, donde residió algún tiempo, por este motivo y por ser amigo íntimo de los Romeros. Revisando carteles de la época he sabido que toreó en Madrid durante los años 1786, 1787, 1791, 1792 y el 1793, que fue el de su muerte. En otra crónica puede leerse: «El cuarto toro, de una ganadería de Castilla la Vieja, lidiado en la Plaza de Toros de Madrid en corrida de la mañana, el día (07-07-1793), entró muy rápido a una vara, y a 6 banderillas de fuego: a la sexta saltó la barrera con una de las banderillas de fuego encima. Lo mató Pedro Romero. Este toro no entró a la espada sin levantar la cabeza a una altura tan desmedida que frustraba enteramente la acción de la espada. Después de la primera estocada, que fue bien puesta, pero que por esta causa no pudo ser profunda, acometió al caballo en que estaba Bartolomé Carmona, quien huyó a carrera, como hubiera podido, y alcanzó al caballo de manera que no tan solo hirió a éste de muerte, sino que en la caída que dio a Carmona, le sucedió la desgracia de recibir un golpe en la nuca, que de resultas murió parece que al breve rato: lo mató Pedro Romero a la segunda estocada puesta con mucha inteligencia.»

En el libro "Dramas de el Toreo" (Relación de las cogidas de muerte que han tenido lugar desde el principio de estas fiestas hasta nuestros días, coleccionadas y redactadas por "El Niño de Dios", Tomás Orts, 1888), páginas 12-13, consigna: CARMONA. BARTOLOMÉ.- Picador de Pedro Romero. La tarde del 9 de julio de 1793, lidiando una corrida de toros castellanos, el cuarto de la tarde, cobarde y blando, después de tomar una sola vara, fue fogueado con tres pares. Tomó Romero los trastos y le puso una buena estocada, que no mató a la res por haber ésta levantado la cabeza; rabioso con ella se precipitó sobre el caballo que montaba Carmona, que no quiso o no pudo huir y mató al caballo, que al caer precipitó al jinete sobre las tablas, donde dio tan fuerte golpe sobre la cabeza, que murió al poco rato. Este picador fue causa años anteriores del gran quite de Pedro Romero.
Fuente:
http://bibliotecadigital.jcyl.es/i18n/consulta/resultados_ocr.cmd?id=2170&tipo=elem&posicion=18&tipoResultados=BIB&forma=ficha