Los toros dan y quitan

CARLOS PEREIRA XXXX - 2002

CARLOS PEREIRA                  XXXX  -  2002

Finca La Navazuela, donde la víctima entró sin ver a un toro sesteando.
Cortesía de Telemadrid

El diario español ABC, de la pluma de su editorialista Adriana Ramírez, publicó en Madrid, el 4 de junio de 2002, que este infortunado vecino, albañil de profesión, había salido de su casa el pasado domingo por la tarde, para buscar un ramo de flores silvestres para su mujer, según contó un amigo y vecino del fallecido. Un paseo que hacía de forma habitual ya que era un gran amante de la naturaleza y le gustaba recoger los frutos del campo, como puedan ser lupios y setas. Pero llegada la medianoche Carlos Pereira no regresó a su casa, por lo que su familia denunció su ausencia a la Guardia Civil e iniciaron su búsqueda por los sitios habituales por donde solía pasear. Alrededor de las siete de la madrugada un familiar que participaba en su búsqueda encontró el cuerpo sin vida de este vecino. Al parecer, Carlos Pereira paseaba por el camino de Las Cebadillas, cuando se introdujo en la finca de La Navazuela. Tenía conocimiento de la presencia de ganado bravo, según coinciden vecinos y propietarios de la finca. Sospechan que Carlos comprobaría que no había reses cerca y luego saltó el muro. La hierba, muy crecida, no le dejó ver que un toro se hallaba tumbado cerca. La res embistió a Carlos, asestándole numerosas cornadas, que le causaron la muerte. El envite fue tan fuerte que según informó la Guardia Civil a los familiares y amigos más íntimos, se encontraron restos de los enseres que portaban en un radio de cerca de 30 metros. Una trágica muerte que pone de manifiesto el riesgo que conlleva meterse en una finca de ganado bravo, que está vallada con un muro perimetral de piedra y alambre sobre la misma, además de los carteles advirtiendo de la presencia de este ganado. Una de las propietarias de la finca, M. Mayoral, que no podía dar crédito a lo sucedido, explicó que últimamente se había producido un intrusismo en La Navazuela por parte de motoristas, ciclistas y excursionistas que hacen caso omiso de los avisos y se dedican a recorrer los caminos de la explotación.
Fuente:
http://www.abc.es/hemeroteca/historico-04-06-2002/Madrid/salta-a-una-finca-a-recoger-flores-y-lo-cornea-un-toro-hasta-matarlo_104248.html