Los toros dan y quitan

JEISON GÓMEZ (1983 - 2006)

JEISON GÓMEZ

“El Malacrizanza”
Cortesía del Sitio Web: http://guanacastenoticias.blogspot.com

Refiere el diario web de Costa Rica: “Nuestro País” (http://www.elpais.cr),  del 10 de febrero de 2009,  en una editorial titulada: “Malacrianza” el toro que hace vibrar a Costa Rica (Ana Fernández AFP),  que un ejemplar criollo llamado “Malacrianza”, de 8 años y medio de edad y 750 kilos de peso, coloreado de todos los matices del negro al blanco, hijo de una vaca parda y de un toro de raza Brahman, que impresiona por su altura y sus cuernos que se yerguen al cielo, y que además de recio y potente, tira la cabeza hacia atrás aumentando su peligrosidad, propiedad de los Hermanos Rodríguez Vega , de la finca ganadera de Nueva Esperanza, en Playa Garza de Nicoya, en el litoral pacífico costarricense, tiene afincada su fama sobre dos muertes: La de un joven montador al que clavo uno de sus cachos en el cuello (Jeison Gómez), y otro al que lanzó al aire y cayó de cabeza al suelo (Juan Carlos Cubillo), muriendo poco después.

El Diario Costarricense (Al Día), en editorial de Ronny Rojas y Julio Peña, informó que el montador fallecido en julio de 2005 se llamaba Juan Carlos Cubillo y que fue muerto en San Vicente de Nicoya; mientras que el muerto en diciembre de 2006, se llamó Jeison Gómez y ocurrió en Caimital (Nicoya). La monta rústica es un estilo auténtico de la provincia de  Guanacaste, legado por los sabaneros de las grandes haciendas ganaderas. El montador utiliza unas espuelas llamadas corredizas, similares a las que lleva el sabanero al arrear el ganado. Al toro se le coloca un pretal de mecate de cabuya a dos vueltas.

El Diario “La Nación.com”, del 5 de marzo de 2007 (en editorial de don Carlos Arguedas C.) informaba que, el 18 de diciembre, en Río Grande de Nicoya, pereció el montador Jeison Gómez, de 23 años, luego de que un toro llamado “El Malacrianza” le destrozó la tráquea. Ese mismo animal mató el 19 de julio del 2005 a Juan Carlos Cubillo.

Foto del afamado montador de toros Jeison Gómez
El Malacrianza le clavó el cuerno derecho en el cuello
Cortesía de Oliver Pérez
http://wvw.nacion.com/ln_ee/2006/diciembre/20/sucesos936055.html

El diario "La Nación" de Costa Rica, del domingo 13 de enero de 2008, de la pluma de don Nicolás Aguilar R. y de don Oliver Pérez, publicó una nota editorial titulada: "Lo mató un toro y ahora nadie vela por sus dos hijos", donde cuentan con pesar que.- Su madre se lo advirtió muchas veces, pero Jeison Gómez Gómez, de 24 años, acudía una y otra vez a las corridas de toros para "ganarse una platilla extra". Aunque le pagaban ¢15.000 por montar un animal, muchas veces resultó herido y el dinero no le alcanzaba ni para "los remedios". El 18 de diciembre del 2006 el toro Malacrianza lo mató durante las fiestas populares de Caimital de Nicoya, Guanacaste.

"Los organizadores me ayudaron con el funeral, pero después nos olvidaron. Jeison me dejó dos hijos pequeños y nadie los ayuda", lamenta doña Blanca Gómez Gómez, de 60 años. Dylan, de dos años, y Karla, de cuatro, preguntan a menudo por su padre y su abuela ya no sabe qué decirles y suelta el llanto. "Viera cómo lloro a mi güila. Era quien más me ayudaba. Desde que murió no voy a las fiestas del pueblo, menos a los toros", expresó entre sollozos. Jeison se ganaba la vida como agricultor y, pese a no ganar mucho, "por lo menos traía alguito para el arroz y los frijoles". Al igual que en muchas comunidades guanacastecas, los organizadores de las corridas en que falleció Gómez no habían suscrito ninguna póliza con el Instituto Nacional de Seguros (INS). Quienes resultan heridos tampoco tienen seguro y algunos, según doña Blanca, "muchas veces se la tienen que jugar a puros remedios caseros". "Eso le pasó a mi hijo, pero siempre volvía a las corridas para divertir a la gente", recuerda. Aunque ha intentado conseguir ayuda estatal, "nadie nos mete el hombro". "En esas fiestas hacen mucha plata, pero nunca ayudan a los pobres que se medio matan o mueren en las corridas", afirmó. "La pasamos mal y los que más sufren son mis nietitos. Ahora nadie se hace responsable".


Doña Blanca Gómez lucha para sacar adelante a dos nietos.
"A mi hijo lo mató un toro y ahora nadie nos ayuda", expresó.
Oliver Pérez para LN