Los toros dan y quitan

MANUEL GARCÍA Y GARCÍA (1832 - 1864)

MANUEL GARCÍA Y GARCÍA

Solo pare efectos ilustrativos

“Garrochista”  (1791-92)

Don Francisco de Goya y Lucientes (1746-1828)

Picador cogido por un toro de nombre “Manchego” el 15 de julio de 1864 y que falleció el mismo día. (Fuente: Accidentes Oculares en la Tauromaquia I de 1801 a 1941 de los Doctores Puertas y Celis)

En la obra “4000 Toros Bravos” - del escritor, historiador y editorialista-  don Juan José Zaldívar Ortega, refiere lo siguiente cuando escribe sobre un toro de nombre “Manchego”: El 15 de julio de 1864 trabajó en Victoria como picador, Manuel García y García, en una corrida en que actuaron como matadores Antonio Carmona “Gordito” y Domingo Mendivil, con seis toros de don Raimundo Díaz, y como sobresaliente de espada Rafael Molina “Lagartijo”. Salió el último, “Manchego”, retinto albardado -en otro lugar, don José María de Cossío, dice: "Toro del ganado de don Raimundo Díaz (debutó como tal en la plaza de Madrid el 3 de septiembre de1865), grande, cornalón y negro mulato..."; al prepararse para ponerle una tercera vara Manuel García, se le coló suelto el bicho y le dio tan enorme caída que murió en pocos minutos de un derrame cerebral. Todos los gastos del sepelio fueron abonados por “Gordito”, quien, en unión de Mendivil, encabezó una suscripción para socorrer a la viuda y un hijo ciego, que quedaron en la más aflictiva situación en Burgos, donde últimamente residían. Manuel García fue un picador escaso de condiciones, pero valiente, corajudo y trabajador, virtudes que demostró suficientemente.

 

Por su parte el erudito taurino, don Juan José de Bonifaz Ybarra, refiere de esta víctima de la fiesta, que << el famoso Rafael Molina (Lagartijo) actuaba de sobresaliente de espada en la corrida celebrada el 15 de agosto de 1864 en Vitoria. El cartel unía los nombres de Antonio Carmona (el Gordito) y Domingo Mendívil, quienes estoquearían, mano a mano, seis ejemplares de la vacada de Raimundo Díaz. El que cerró plaza, de nombre “Manchego”, derribó a caballo y caballero – Manuel García y García -, quien se diera tan terrible golpe en la cabeza contra la arena, que dejó de existir momentos después. "

Coincide con el cronista Bonifaz, el erudito taurino J. Sánchez de Neira, al referir en su obra "El Toreo: Gran Diccionario Tauromáquico", que " GARCÍA (Manuel). Era un picador de pocas condiciones, pero valiente y cumpliendo, por el año 60. Murió en Vitoria el 15 de Agosto de 1864, á consecuencia de la cornada que le infirió un toro llamado "Manchego", de la ganadería de Raimundo Díaz, divisa encamada y caña. "

Abundando en la singladura taurina de este personaje de la Fiesta, el erudito taurino Juan José Zaldívar Ortega consigna en su libro "Víctimas del Toreo"- Apartado de Picadores (Página 78) que Manuel García y García, picador de toros, nacido en Puente Gonzalo, el (23-03-1832), falleció el (15-08-1864), cuando contaba 32 años de edad. La tarde de aquel día trabajó en Victoria en una corrida en la que actuaron como matadores Antonio Carmona (el Gordito) y Domingo Mendivil, con seis toros de don Raimundo Díaz, y como sobresaliente de espada Rafael Molina (Lagartijo). Salió el último toro, de nombre "Manchego", retinto albardado; al prepararse para ponerle una tercera vara Manuel García, se le coló suelto el bicho y le dio tan enorme caída que murió en pocos minutos de un derrame cerebral. Todos los gastos del sepelio fueron abonados por Antonio Carmona (el Gordito), quien, en unión de Mendivil, encabezó una suscripción para socorrer a la viuda y un hijo ciego, que quedaron en la más aflictiva situación en Burgos, donde últimamente residían. Manuel García fue un picador escaso de condiciones, pero valiente, corajudo y trabajador, virtudes que demostró suficientemente. Se crió en Alcalá de Guadaira (Sevilla) y comenzó su vida en el oficio de labrador, dedicándose más tarde a la compra y venta de caballerías por las ferias de los pueblos. Apareció como picador el año 1853 en novilladas de poca monta. Al año siguiente se presentó en Sevilla como picador de reserva de novillos también. Fijó en él su atención el diestro Juan Lucas Blanco, a quien agradó su trabajo, y lo introdujo en su cuadrilla, llevándolo consigo por varias plazas, en las que alternó con Mariano Cortés y Francisco Oliver.