Los toros dan y quitan

UN DIFUNTO EN LA PLAZA DE TOROS DE MADRID EN (1914)

UN DIFUNTO EN LA PLAZA DE TOROS DE MADRID EN

Solo para efectos ilustrativos
Obra  la excelente  pintora portuguesa Maria Antonieta de Bastos Janeiro Alves Pena-Ramos é natural de Lisboa

Refiere el aplicado cronista, don Guillermo Salas Alonso, del Diario Universal de México, que << la tragedia ocurrió en la plaza de toros de Madrid, el 12 de julio de 1914, en una becerrada matinal para los zapateros, que dirigía Antonio Boto (Regaterín), un estoque saltó al tendido y se clavó en el corazón de un espectador que murió en el quirófano, donde, de forma insólita, había llegado por su pie."

En abundamiento a la tragedia ocurrida, el 23 de enero de 2015 recibí un amable correo electrónico del historiógrafo taurino Rafael Gómez Lozano, que mantiene en la Red el Blog enciclopédico "Toreros Mexicanos", donde adjunta, la digitalización de la revista taurina "Palmas y Pitos", del 13 de julio de 1914, y donde en su página 10, "El Tío Paco" describe: Madrid, 12 de julio de 1914. Día aciago.- Un espectador y Miguel Freg muertos y un herido grave.

Por la mañana en "La Becerrada de los Zapateros" con gran alegría y animación se lidiaron una becerra y cinco becerros, siendo infinito el número de revolcones. Presidieron las guapísimas Aurora y Pilar Molina, Anita García, Manolita Gómez, Pepita Masegosa y Concha Montes. ¡De allí al cielo! De los matadores se destacó José Díaz, que es un "vivo" con mucho salero.

Incidentes:

Uno de los lidiadores se clavó una banderilla en el pecho.

A un joven espectador, llamado Ángel Herencia, le ocurrió un gravísimo percance. "Regaterín" intentó el descabello en el último becerro y el estoque, saltando velozmente, fue a clavarse en el pecho del infortunado Ángel, interesándole el corazón. Cuando llegó a la enfermería, trasladado por otros espectadores, era ya cadáver.

Por la tarde el cartel era: Seis novillos (desecho de tienta) de D. Juan Centreras, para "Valencia", Miguel Freg y el debutante "Hipólito". El segundo se llama "Saltador", de capa negra (núm. 8), apretado de pitones y de bonita estampa. Justifica su nombre porque toda la lidia la hace nerviosillo, pero dando la cara. Miguel Freg se abre de capa y le saluda con unas verónicas de valiente y metiendo el cuerpo entre los pitones. Una de las verónicas, marca belmontina, hizo levantar de sus asientos al público, y el diestro fue objeto de una ovación estruendosa y merecida. Banderilleado el "Saltador" por Rivera y el hermano de Freg, pasa a manos de Miguel (de encarnado y oro) que da unos naturales apañaditos, para un pinchazo en buen sitio. "Saltador" salta de un lado á otro como un saltamontes. Vuelve Freg á pasar y, en cuanto iguala el morucho, se tira junto á los toriles, resultando enganchado y arrollado aparatosamente. Freg se levanta echándose la mano al cuello, que aparece lleno de sangre. Por su pie se dirige al callejón y pasa á la enfermería, sin que nadie crea que la cornada sea grave. Continúa la lidia, pues "Valencia" coge los trastos y de dos metidos hace que el toro doble. Llegó Freg á la enfermería casi sin alientos, pronunciando estas frases: ¡Me ahogo! ¡Me muero! Pudo administrársele la Extremaunción. Veinte minutos después de su entrada en la enfermería, falleció. Parte facultativo.-"El espada Miguel Freg ha ingresado en esta enfermería, padeciendo una herida contusa en la región infracoidea derecha de doce centímetros de extensión, con rotura del esternoideomastoideo, llegando hasta las apófixis transversas cervicales, dejando al descubierto el paquete vásculo-nervioso del cuello; lesión que le impide continuar la lidia. -Doctor Mateo Milano".

El miércoles 19 de septiembre de 2018 recibí un amable correo electrónico del historiógrafo D. José Antonio Román Romero, que mantiene en la Red el conocido Blog taurino: "De hombres, toros y caballos", donde me allega una foto del fallecido, seguido del siguiente texto: Le adjunto la foto de Ángel Herencia, espectador que resultó muerto el 12 de julio de 1914 en la becerrada de los zapateros celebrada en Madrid como consecuencia de un estoque que se le clavo en el pecho; lo tiene contemplado en 1914 como: "Un difunto en la plaza de toros de Madrid"