Los toros dan y quitan

GUILLERMO GUTIÉRREZ "ARRUCITA" (XXXX - 1957)

GUILLERMO GUTIÉRREZ

La trágica muerte, en accidente, del banderillero Guillermo Gutiérrez "Arrucita"
Editorial del Semanario Gráfico de Los Toros "El Ruedo", No 692, del 26 de septiembre de 1957.
De la hemeroteca de don Rafael Gómez Lozano
http://torerosmexicanos.blogspot.mx/

Cabezuela, noble pueblo castellano de Segovia, coronaba gozosa el final de sus tradicionales festejos. Como todos los años no habían faltado sus dos espectáculos taurinos, y este año habían resultado magníficos; los novillos, de acreditada divisa, habían respondido en bravura y nobleza. Los novilleros Curro Lara, Juan Coello y Ramón Abascal habían triunfado... Pero la tragedia acechaba a dos kilómetros de carretera. En el cruce llamado (El Empalme). Allí, en aquel cruce mal trazado, y sin ninguna señal preventiva, acabaría toda la euforia de una íntima satisfacción de triunfo y, con ella, la vida del desventurado banderillero Guillermo Gutiérrez, "Arrucita". Cuando el taxi, que conducía a una parte de los toreros actuantes, salía de Cabezuela, la despedida que le prodigaron sus habitantes fue unánime y espontánea. Aún se repitieron los cálidos aplausos que horas antes se habían prodigado en la Plaza de toros... Diez minutos después cundió la voz: "El coche de los toreros se ha estrellado." Inmediatamente se movilizan todos los habitantes de Cabezuela, y su alcalde da órdenes concretas. Y todos colaboran: médicos, practicantes, sacerdotes, coches, camionetas. Médicos, más médicos de Cantalejo, de donde sea preciso. Y quien nada puede hacer, el pueblo en masa, se agrupa en una compacta manifestación de dolor. Han quedado suprimidos, sin necesidad de orden, todos los festejos porque ya sa sabe que "Arrucita" ha muerto.. Y Cabezuela está de luto. Y aquella enfermería que no fue preciso hacer uso de ella durante los festejos taurinos fue convertida en capilla ardiente y en hospital de sangre donde se asistía a los demás heridos. Todo Cabezuela asistió al cortejo fúnebre. Y allí, en Palencia, donde reside su anciana madre, han sido trasladados los restos mortales que la tragedia ha hecho presa en ese rejuego de sol y sombra, de brillo y mate, de caireles y luto que constituye la vida del torero, Pobre "Arrucita" J. B

Tristemente había muerto en este fatal accidente ese extraordinario banderillero palentino, que un 8 de octubre de 1954, había sido ensalzado en el diario "La Vanguardia Española", por su diestra y artística participación en una novillada en la Monumental toreada por José María Recondo, el palentino Marcos de Celis, y "El Greco", donde abrió rejoneando don Ángel Peralta y donde destacaron: "No quiero dejar de consignar que en el segundo novillo de la tarde, un subalterno llamado Guillermo Gutiérrez "Arrucita" clavó dos pares de banderillas con tanta arrogancia y valor, que levantaron una de las mayores ovaciones de la novillada." E.P.