Los toros dan y quitan

FRANCISCO VILLAFAÑA (1933 - 1997)

FRANCISCO VILLAFAÑA

Solo para efectos ilustrativos
“La Cita”
Obra del renombrado dibujante español
Lorenzo Goñi

Refiere el historiador taurino (LRQ), en las efemérides taurinas de la página de Internet Campo Bravo-México de la Asociación Nacional de Criadores de Toros de Lidia (ANCTL) que el 10 de febrero de 1997, muere en Autlán, Jalisco, México, a consecuencia de dos cornadas,  el torilero Francisco Villafaña.

Refiere el erudito Rafael Gómez Lozano (Dientefino) haber leído en el diario ESTO del 31 de enero de 2005, que el toro que le dio muerte al torilero, era de la ganadería de Francisco Rivera Aguero (Curro Rivera).

El domingo 10 de noviembre de 2013, recibí un valioso complemento del mismo cronista Rafael Gómez Lozano, donde me anexa en forma digital una publicación del diario ESTO, del 11 de febrero de 1997 (página 34), donde cuenta el editorialista José Humberto Magaña, que ayer (se refiere al día 10), en Autlán de la Grana Jalisco, un toro mató a un torilero.- Un lamentable accidente se produjo hoy en los corrales de la plaza, vistiendo de luto la feria, y a la familia taurina, con la muerte del torilero Francisco Villafaña, de 64 años de edad, y 40 de torilero, cuando el toro número 12, "Enamorado", con 494 kilos de la ganadería de Fermín Rivera, le infirió dos cornadas mortales; una en el tórax que le atravesó uno de los pulmones y le fracturó cuatro costillas y la otra en el vientre, destrozándole los intestinos, el páncreas e hígado. El desagradable suceso se registró a las 3:30 de la mañana, hora de entorilar. Se improvisa un carril con redilas; una de ellas no embonó y fue sostenida por medio de mecates. El finado se encontraba atrás de la redila, el toro lo sintió y se volteó violentamente y arrancó la redila dejando al descubierto al torilero quien no pudo hacerse para ningún lado y ahí el toro se ensaño, quitándole la vida. Deja a su esposa e hijos; anoche le estaban velando y hoy lo sepultarán en el panteón local. No pueden entorilar después del sorteo porque los toriles están ocupados por los toros que se juegan en el rodeo y en el toro de once. El festejo se dio normalmente dejando un desolador ambiente. Ese toro, el menos malo del encierro, le correspondió al español Raúl Gracia "El Tato", y le cortó las dos orejas. En su primero, aplausos. El encierro fue malo, descastado y los toros huyendo. Manolo Mejía aplaudido en uno y en el otro se metieron con él. Ricardo "Negro" Montaño, también estuvo tesonero y dio vuelta en uno, y aplaudido en el otro.